[MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA] El ser humano nace con la capacidad de sentir y percibir las emociones. Estas nos permiten no solo percibir sino interpretar los estímulos externos. Aparte que nos permite también adaptarnos adecuadamente al entorno. Y por otro lado, tiene un efecto importante en nuestra comunicación con nuestro entorno familiar y amistades. No debemos caer en la trampa de pensar que siempre vamos a percibir emociones positivas. La vida se compone de lo negativo y lo positivo al mismo tiempo. Quizás el objetivo, y que es más importante, sería cierta estabilidad en la manera en que gestionamos nuestras emociones. Teniendo en cuenta que en ocasiones vamos a sentir aspectos negativos y positivos o el tipo de relación o de situación que estemos viviendo, todo va a verse alterado también en ese momento. Y además podemos recordar que existen ejercicios que nos pueden ayudar a visualizar nuestro estado interior. Imaginaos ahora un termómetro emocional. ¿En qué punto del termómetro creéis que podríais estar? La verdad es que no os vamos a pedir que realicéis este ejercicio en el foro, de manera abierta. Simplemente es un punto para que podáis visualizar interiormente cómo os sentís. Igualmente pensad que tenemos una gran variabilidad en nuestro estado emocional en el tiempo. Como si pudieras imaginaros un océano en el que vais navegando ante la incertidumbre, vuestras emociones son la brújula emocional que os permite llegar allá donde queráis. Sin embargo, en ocasiones podemos perder un poco la orientación. Y a veces seguiremos más hacia lo negativo que hacia lo positivo. Pero quizás lo importante es que penséis, ¿qué es lo que realmente deseáis? ¿Cómo estáis y cómo os queréis sentir ante las situaciones de la vida? Y por otro lado, pensad en lo siguiente. Tenemos siempre como personas la capacidad de cambiar aquellas cosas que directamente dependen de nosotras. Como personas con dolor, en ocasiones os váis a sentir desbordadas, y deberéis lidiar con el hecho emocional de sufrir ese dolor. Lo importante es quizás es afrontar esas situaciones de vida e intentar tirar adelante ante esas situaciones con inteligencia emocional. ¿Pero cómo podemos aprender a gestionar las emociones con inteligencia emocional? No existe una fórmula mágica. Simplemente se trata de desarrollar un hábito para expresar las emociones de manera adecuada. No existen por tanto emociones ni positivas ni negativas. Simplemente se trata de que apliquemos aquella emoción de manera oportuna con el grado adecuado y que evaluemos el impacto que tiene en el entorno. Maríscota Elías, experto en educación emocional, durante sus talleres recomienda a los padres que desarrollen un ejercicio que puede ser de utilidad para mejorar la comunicación con sus hijos. Este ejercicio se puede aplicar en otros contextos. No es necesario tener hijos para realizarlo. Imaginaos que estáis en casa. Y se está desarrollando un gran conflicto, hay discusiones, gritos, recriminaciones, y de pronto alguien llama a la puerta. Es un vecino al que tenéis mucha estima. De pronto toda la situación queda totalmente congelada. Y parece que todo el mundo disfruta de la presencia de esa persona. Se le hace pasar, sentar, se le ofrece un refresco. Y de pronto toda la tensión que existía desaparece totalmente. Bien, pues precisamente ese es el objetivo del ejercicio. Ver cómo podemos en ocasiones frenar esas situaciones de conflicto y conseguir distender la situación de repente. Elsa Punset, en su libro Brújula para navegantes emocionales, recomienda que realicemos al menos ese ejercicio una vez a la semana. Porque puede ser útil para reflexionar sobre cómo o qué papel juegan las emociones en nuestra comunicación con el entorno. Y aprendamos a atar esas situaciones en las que se dispara todos los conflictos debido a las emociones mal gestionadas. Y además pensad en, como si se tratara una brújula emocional, debemos aprender a visualizar esas situaciones de conflicto y utilizar esa brújula para ir hacia lo positivo y no hacia lo negativo, con el objetivo especialmente que pongamos stop a las emociones que finalmente generan ese conflicto en nuestro entorno. ¿Qué podemos hacer para mejorar el clima? Básicamente, como hemos visto en el ejercicio de una visita inesperada, se trata de poner un stop y mejorar la manera en que gestionamos las emociones. Y especialmente en esas situaciones en que estas emociones se disparan. También tenemos que identificar nuestras emociones y los sentimientos que se generan en relación a las mismas. Y para ello es importante que realicemos un camino de autoconocimiento, que nos conozcamos a nosotros mismos con el objetivo de mejorar la relación con nuestro entorno. Y para ello os recomendamos que reviséis en los materiales adicionales una guía con diferentes ejercicios que puede ser de vuestro interés. Vamos a ver a continuación un ejercicio práctico de esta guía que puede ser de mucha utilidad. En primer lugar, vamos a identificar una situación objetiva que nos genera malestar. Por ejemplo, una situación cotidiana, que pueda ser que nuestra pareja no ayude en las tareas del hogar. A continuación, vamos a señalar el pensamiento que vinculamos con esta situación. Por ejemplo, mi pareja siempre dice que lo hará pero al final nunca lo hace y encima me responde mal. A continuación es importante que nombremos los sentimientos que vinculamos con esta situación. Por ejemplo, enfado, frustración, ira, y posteriormente debemos volver a pensar. Se trata de que evaluemos la situación que se ha dado pero desde una manera no tan vinculándola con otras situaciones que se pueden dar al mismo tiempo o que estén en nuestro pasado sino intentando aislar la situación y concretarla y ver si es proporcionada, si es cierta, completamente cierta, si ha pasado con ese grado de intensidad, o con ese conflicto que hemos visto o estamos haciendo una interpretación incorrecta. Y por otro lugar, tenemos que pensar si hay algún detalle algún aspecto que realmente hace que no tengamos una buena percepción de toda la situación en su conjunto. También en esta interpretación de los hechos, es interesante que evaluemos realmente si estamos logrando el objetivo final, si las emociones que se han puesto en juego han sido las más sanas, o hemos conseguido realmente transmitir los valores que queríamos transmitir a nuestro entorno. Y finalmente tras realizar toda esta reflexión you podemos pasar a modificar ese pensamiento de manera más positiva. Evidentemente se trata de matizar o de modular la emoción vinculada a ese pensamiento y se puede hacer de manera sencilla. Aunque quizás en ciertos momentos pensemos que el pensamiento a lo mejor se queda igual. No pasa nada. En ocasiones los pensamientos son los que son y quizás el problema no ha sido tanto el pensamiento o la manera en que lo hemos expresado. Y también pensad que no siempre se trata de hacer una renuncia al enfado lógico que se pueda sentir en una situación. Sino tratar de suavizarlo para lograr un estilo de comunicación y una gestión de nuestras emociones menos tóxica, más sana, más cercana, más clara y más directa con nuestro entorno. Sobre todo con el objetivo de no caer en la desproporción de una discusión que no conduce a nada. Por tanto, gracias a la gestión con inteligencia emocional podemos lograr, quizás, que nuestras emociones no nos perjudiquen y mejoren nuestra comunicación con nuestro entorno. [MÚSICA] [MÚSICA]