[AUDIO EN BLANCO] Evidentemente hay un código detrás de esto, hay un lenguaje donde estamos construyendo. Heidegger dijo el lenguaje es la casa del ser, en su morada habita el hombre. Esto tiene varias lecturas. No necesariamente la que va a dar ahora es la que dio Heidegger. Pero en mi lectura, es que si yo tengo tengo un mundo pequeño, tengo una capacidad de codificación restringida por los elementos que yo manejo en mi lenguaje, la casa que yo voy a poder construir es pequeña. Si mi lenguaje es rico, voy a poder tener una casa más grande. ¿Por qué queremos que nuestros niños lean? Para que tengan un lenguaje más rico para poder construir una casa más grande. Ahora, lo importante es darnos cuenta que no existe un lenguaje. Vean por ejemplo las ecuaciones de Maxwell con las cuales se describe el fenómeno eléctrico. Estas son por ejemplo nabla, punto campo magnético igual cero. Ustedes dirán ¿señor dónde leyó eso? Bueno, yo alguna una vez aprendà eso. Entonces es un lenguaje que no todos dominan, ahora no todos necesitan construir una casa en esta dirección, pero algunos sà necesitan estas casas, sà necesitan estos dominios. Acá tenemos otro lenguaje, el lenguaje de la música. Yo este lenguaje lamentablemente no lo manejo, a mà esto no me habla. Mi señora, que se dedica a la música, es cantante de ópera, escucha esto, lo ve y lo escucha y yo veo esto y no me dice nada. Mi casa no existe, mi señora ve un palacio ahÃ. Acá tenemos un electroencefalograma, probablemente ni ustedes ni a mà esto nos habla, pero un especialista dice pero miren sus ondas alfa, pero esto es peligroso hay que intervenir inmediatamente. Él ve un palacio, yo no veo nada. Entonces ¿qué tenemos que hace? El anclaje, la manera que nosotros mandamos nuestros mensajes a nuestros niños debe de estar dentro del lenguaje del niño, no debemos olvidarnos del lenguaje, del contexto y la realidad de nuestros niños y construir sobre ellos. Tenemos que manejar el mundo, el niño, el juego es su lenguaje, usemos su mundo, usemos su lenguaje y la narrativa, la construcción, el cuento que estamos contando debe pertenecer al niño y no hablarles de elementos que les son distantes, que no les interesan y que no les pertenecen. Es fundamental construir con el lenguaje que le pertenece a la persona y no imponer un lenguaje. Debo mediar con los elementos de la persona, para que el lenguaje no tenga que apropiarlo sino ya es parte de él. No podemos imponer un lenguaje y menos imponer elementos, usar elementos que son ajenos al individuo. FÃjense lo siguiente, la importancia de los lenguajes y la cultura. Déjenme leerles lo siguiente, ¿cómo se dice en aimara ese tarro de allá está entre la bolsa y el balde? Le pregunta Rafael Núñez a la señora Dominga de Socoroma. SolÃcita, ella responde, sin entender el sentido de la pregunta. ¿Quiere que se lo traiga? ¿Cómo se dice después del verano viene el otoño?, retruca él. Eso no se puede decir en aimara. FÃjense qué interesante. En no todas las culturas se conocÃa el eje de los números, la recta de los números. Si yo no manejo la recta de los números no hay secuencia, si yo no manejo la recta de los números no hay orden, si no hay secuencia y no hay orden no hay tiempo y si no hay tiempo, no hay un antes, no hay un después, no hay un entremedio. Entonces fÃjense cómo los elementos que nosotros conocemos nos hacen construir dentro del lenguaje y por eso yo uso a Heidegger decir el lenguaje es la casa del ser, en su morada habita el hombre. No estoy diciendo que los aimara vivan en una casa más pobre, estoy diciendo que en ciertas dimensiones ellos tienen elementos que nosotros no tenemos. Pero por otros elementos, por ejemplo en otros elementos como en la experiencia de la cultura aimara, es mucho más importante que la cultura occidental. Por eso tenemos que reconocer cuáles son los elementos sobre los cuales nosotros podemos construir.