[AUDIO EN BLANCO] Sigamos con nuestro modelo entender. Vimos los datos y la predisposición. Vemos la codificación en el capítulo anterior, hablamos de la importancia de los lenguajes. Déjenme leerles algo que es bastante dramático y que es cierto. Siempre me han conmovido extrañamente las historias de esos lenguajes que solo son entendidos por unos pocos y me aterrorizan aquellos relatos en los que alguien intenta explicarse pero nadie le entiende. Como sucedió por ejemplo con la pobre Lucy, la chimpancé. Lucy fue educada en Kenia dentro de una familia de biólogos, vivió desde bebé con ellos dentro de la casa y le enseñaron a comunicarse con el lenguaje de los signos de los sordomudos, una forma de expresión que muchos otros primates han aprendido. Porque como dice la paleontóloga Meave Leakey los simios no hablan porque carecen del aparato fonador adecuado pero sin duda posee la capacidad del lenguaje dentro de sus cabezas, si tú le dices a un chimpancé vete a la cocina, abre la nevera y coge un plátano, el animal va a la cocina, abre la nevera y coge un plátano. Y al regresar puede ser que te diga por medio del código de signos, estaba muy rico, muchas gracias. La chimpancé Lucy en fin vivió los 20 primeros años de su existencia con su familia de biólogos. Pero luego cambiaron de empleo, tuvieron que regresar a Londres y dejaron a Lucy en África. Muchos años después un profesor inglés especializado en discapacitados estaba visitando Kenia y entró a un parque zoológico, y allí encontró metida en una jaula a un chimpancé que pasaba el día haciendo gestos furiosos a todo el mundo. El profesor se acercó a los barrotes y de repente se quedó espantado, no eran gestos furiosos, sino la repetición frenética de una frase en el sistema de los sordomudos. Sáquenme de aquí, decía, sáquenme de aquí. Era Lucy, debía llevar años y años hablando a todo el mundo sin conseguir que nadie la entendiera. Esta historia absolutamente real, es para mi una de las más horribles que jamás me han contado. ¿Qué le pasó a la pobre Lucy? La Lucy decía, y nadie la entendía, porque no manejaban los códigos de Lucy, y si uno no maneja los códigos esto parece que hubiera enloquecido y no, no estoy enloquecido, estoy simulando evidentemente hablando en el lenguaje de los sordomudos. Veamos un siguiente ejemplo. Esta historia también es real. De vacaciones donde mi cuñada viene y me dice, se me cayó el celular, se me abrió la cartera, se me cayó todo, recogí las piezas, armé el celular de vuelta y no, no anduvo el celular. Recogí el lápiz, la pila la puse, puse la tapa, guardé las monedas y le digo el chip, mira ahí está el chip, el chip. ¿Qué chip me dice? El chip, el pobre chip decía, cuñado Miguel, cuñado Miguel, no me dejes, no me dejes. Y ella se fue y dejó el chip en el suelo, porque el chip no le hablaba, no manejaba el código, no existía para ella el chip, y se perdió el chip. Los lenguajes que no manejamos no existen. Aquí en el ejemplo del perro, tres personas hablando y el pobre perro no entiende y cuando el perro dice guau, guau, guau, nosotros tampoco manejamos el código y tampoco entendemos. Ahora, significante significado, esos lenguajes están ocurriendo en un contexto. Yo me preocupo de verme bien, vestirme a la moda y con ropa fina y no consigo la felicidad. Eso no basta. Tienes que cambiar. Sí, he pensado en eso. Yo uso ropa ajustada, sexy y creo que debo cambiar a ropa más suelta, menos llamativa. No, no me entiendes, tu cambio debe ser interior. ¿Sí, tú crees que debo cambiar mi ropa interior también? ¿Por qué no se produjo comunicación, por qué no llegó el mensaje a ver si se acuerdan la clase anterior? No llegó el mensaje porque fue contextualizado en un dominio distinto, porque ella leía que estaban hablando de la ropa, y la otra no estaba hablando de la ropa, la otra estaba hablando de la persona, el mensaje llegó a la ropa y estaban hablando de personas y por eso no entendió el mensaje. Esta historia es real y me la contó un alumno mío que trabajaba en el sur de Chile. A una prueba una vez hicieron la pregunta, tengo 20 ovejas en un establo, una salta del establo, ¿cuántas ovejas me quedan? Entonces uno espera que digan 19, tenía 20 y saltó una del establo quedan 19. Pero los niños que son de la iii y ovejas dicen no quedó ninguna. ¿Cómo que no queda ninguna? Porque si saltó una oveja, salta todo el rebaño por detrás y se va el rebaño completo. Eso es información de contexto, no es llegar y restar, saltó una oveja y saltaron las otras 19 también. Y no me queda ninguna oveja. Y eso se entiende si uno maneja el contexto. Acá tengo un último ejemplo, el perro tiene los pajaritos, las mariposas y dice es una fiesta, música, encajes, magia, todos son artistas. En cambio el gato ve la ardilla, ve las avispas, dice es una emboscada, tropas aéreas, tropas terrestres, armas químicas, la vida es una guerra. Cada uno contextualiza en su mundo y el mensaje llega donde uno lo puede recibir y se leen cosas muy distintas. Los invito pues a la siguiente pregunta.