[SONIDO] [MÚSICA] A pesar de que nuestra cognición es lo suficientemente sofisticada como para caracterizar a nuestra especie, sólo hace unas décadas se empezaron a estudiar de manera integrada las ciencias cognitivas, donde todavía hay muchas preguntas abiertas. Soy Carlos Gershenson y los acompañaré en el curso de Cognición Encarnada. [MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA] El conocimiento, la mente, el pensamiento, la razón, el alma, el espíritu, todos estos se han descrito desde la antigüedad; principalmente, el enfoque había sido filosófico. Más tarde, hacia fines del siglo XIX y principios del XX, su estudio científico comenzó con el desarrollo de la psicología. Con el desarrollo de las computadoras electrónicas, muy pronto se especuló la posibilidad de construir mentes artificiales, siendo el artículo de Alan Turing de 1950, un ejemplo claro de las ideas de la época. En las décadas de los 50 y 60, se popularizó el término “Ciencia cognitiva”, con la intención de desarrollar un estudio interdisciplinario de la mente, involucrando la psicología, filosofía, lingüística, antropología, neurociencias y las ciencias de la computación, principalmente la Inteligencia artificial. Sin embargo, después de varias décadas, no se ha logrado una integración de disciplinas, y ha convergido a ser un dominio de la psicología cognitiva. No obstante, un elemento importante de ciencia cognitiva ha sido, desde sus inicios, el uso del método sintético como herramienta para estudiar la mente. La inteligencia artificial es útil no sólo para construir sistemas inteligentes, sino también para comprenderlos. Como se explica en el primer curso de este programa especializado, el método sintético trata de construir un sistema artificial para validar una teoría modelo. Si el sistema artificial exhibe un comportamiento similar al sistema biológico que lo inspiró, no podemos decir que necesariamente funcione con los mismos mecanismos, pero al tener propiedades similares, el sistema artificial nos da una idea de los requerimientos de esas propiedades también en los sistemas naturales. Inicialmente en la ciencia cognitiva, se usó la metáfora computacional para describir a la mente humana: la cognición es básicamente el procesamiento de información por el cerebro, de manera similar al procesador central de una computadora digital. Esto implica una visión de cognición centralizada en el cerebro, donde la percepción y acción son periféricas. Esto también se conoce como el “modelo del sandwich”, donde la cognición es la ‘carne’ entre la percepción y la acción. Llevando esta perspectiva al extremo, un cerebro en un frasco podría exhibir inteligencia con tan sólo unas conexiones, las cuales podrían intercambiarse fácilmente, por ejemplo: ojos por cámaras, o patas por ruedas. La ciencia cognitiva en sus inicios brindó una visión novedosa y multidisciplinaria al estudio de la mente. Steven Pinker identificó cinco ideas clave de la también llamada “revolución de la cognición”, aunque ahora más bien se conoce como “ciencia cognitiva clásica”. La primera: el mundo mental puede anclarse en el mundo físico por medio de los conceptos de información, computación y retroalimentación. La segunda: la mente no puede ser una tábula rasa, porque las tábulas rasas no hacen nada, por lo que se requiere de mecanismos innatos. La tercera: un rango infinito de comportamientos pueden ser generados por la combinación de programas en la mente. La cuarta: mecanismos universales de la mente pueden subyacer a variaciones superficiales entre culturas. Y la quinta: la mente es un sistema complejo compuesto de muchas partes que interactúan entre sí. La perspectiva clásica de la cognición empezó a provocar severas críticas en los 80, varias de las cuales se mencionan en el curso de Comportamiento Adaptativo. Algunas de estas críticas tienen su raíz en trabajos anteriores. Por ejemplo, el filósofo Maurice Merleau-Ponty defendió a la fenomenología, argumentando que la percepción y la interacción con el mundo son esenciales para poder entenderlo. Según Merleau-Ponty, el cuerpo es una fuente primordial para conocer el mundo, no la conciencia, como se había considerado tradicionalmente. Por ejemplo, en su Fenomenología de la Percepción, de 1962, escribió: “Mientras tenga manos, pies, un cuerpo, sostengo alrededor de mí intenciones que no dependen de mis decisiones, y que afectan a mi entorno de una manera que yo no elijo. Desde esta perspectiva, el cuerpo no se puede separar tan fácilmente de la cognición. De hecho, antes ya se había notado la relevancia del cuerpo y su historia en la psicología del desarrollo, notablemente en el trabajo de Jean Piaget, que todavía sigue siendo influyente en inteligencia artificial. Otros experimentos en psicología resaltaron el fuerte acoplamiento entre mente y cuerpo. Por ejemplo, George Stratton realizó experimentos de inversión sensorial, dotando a participantes con lentes con espejo que alteraban la percepción visual. Al igual que con la inversión auditiva, el cerebro puede adaptarse a estos cambios radicales en la percepción. La flexibilidad de los cambios de percepción, mejor conocida como neuroplasticidad, fue aplicada notablemente por Paul Bach-y-Rita, egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM, en el área de Sustitución sensorial. Hacia fines de los 60, conectó cámaras a actuadores táctiles, de manera que estimulaban el pecho o la espalda de personas invidentes. Más recientemente, se han usado estimuladores que se colocan debajo de la lengua y permiten una mejor resolución. De esta manera, los pacientes reportan que pueden ver de nuevo, a pesar de no usar los ojos. Esto muestra que la visión y otras experiencias no dependen tanto de órganos oculares, como de las contingencias sensoriomotoras de los organismos. También se ha usado esta técnica con éxito para sustituir la percepción vestibular, usando un casco que detecta cambios en la orientación de la cabeza y también estimula la lengua. Regresando a la perspectiva clásica en la ciencia cognitiva e inteligencia artificial, se describen a los sistemas cognitivos como sistemas de símbolos. Sin embargo, parecía que se asumía que, si un sistema no maneja símbolos o reglas lógicas para manipularlos, entonces no era cognitivo. Desde esta perspectiva, la mayoría de los animales no serían cognitivos, ya que no manejan símbolos. Por otra parte, si examinamos un cerebro humano, tampoco encontraremos símbolos. En oposición a esta perspectiva, se desarrolló el enfoque conexionista, el cual asume que la cognición emerge de la interacción de muchas unidades de procesamiento, o sea, las neuronas. Hubo un intenso debate entre el llamado simbolismo y el llamado conexionismo a finales de los 80; pero más que asentarse el debate, los contendientes acabaron ignorándose. Sin embargo, en retrospectiva podemos decir que ambos enfoques tienen sus ventajas y desventajas, dependiendo del contexto en que se usen. Que tengamos descripciones diferentes del mismo fenómeno no implica que una esté mal, especialmente si las descripciones son apropiadas a distintas escalas, como lo es el caso del simbolismo y el conexionismo. Ambos pueden verse como un tipo de computación, pero a distinto nivel. Los sistemas basados en el comportamiento, propuestos, entre otros, por Rodney Brooks, Pattie Maes y Randall Beer a finales de los 80 y principios de los 90, detallados en el curso de Comportamiento Adaptativo, tuvieron impacto no sólo en inteligencia artificial, sino también en ciencia cognitiva. Estos sistemas notaban la relevancia del cuerpo y el entorno en diversos procesos cognitivos. El chileno Francisco Varela, junto con diversos colaboradores, propuso a principios de los 90 la corriente Enactiva, la cual tiene afinidades con ideas de la filosofía budista. Con sustento en experimentos de neurociencias, Varela y otros propusieron que la cognición surge de la constante interacción de un agente y su entorno; a esto se le conoce como el enfoque Enactivista, el cual detallaremos en el siguiente módulo. El estudio científico de la conciencia se ha desarrollado más recientemente, con cierta dificultad debido a que hay muchos tipos de conciencia; también porque, en muchos casos, se estudia desde una perspectiva de primera persona, ya que reporta una experiencia individual. Esto limita el grado de objetividad que pueden tener dichos estudios; sin embargo, no ha limitado el desarrollo del área de Conciencia Artificial, la cual emplea el método sintético de manera similar al estudio de otros aspectos de la cognición. Este tema se abordará en el último módulo. En el siglo XXI ha habido muchos avances en ciencia cognitiva, sin embargo, no se ha integrado como una sola ciencia, porque se habla más bien de ‘Ciencias Cognitivas’. Además, ha sido subsumida por la psicología cognitiva, aunque el enfoque computacional para estudiar la mente, permanece. Otras disciplinas continúan estudiando la mente, pero en ellas el enfoque computacional ha perdido peso. No se ha llegado a un consenso sobre la mejor manera de estudiar la cognición; podríamos decir que una diversidad de enfoques la enriquecen, siendo la Cognición Encarnada uno de estos enfoques. [MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA]