Si muchas funciones cognitivas son difíciles de separar del cuerpo, ¿qué tan factible es separar a la cognición del entorno? [MÚSICA] La mente "embebida", también llamada "cognición situada", es la idea de que los sistemas inteligentes requieren un acoplamiento estrecho con su entorno. Muchos argumentos de la mente encarnada pueden usarse de manera similar con la mente embebida; por ejemplo, los vehículos de Braitenberg no pueden estudiarse sin considerar a su entorno. Si un vehículo capaz de exhibir fototaxis se estudia de manera aislada sin considerar fuentes de luz, sería difícil describir su comportamiento. Así como para muchas funciones cognitivas la idea del cerebro en un frasco es problemática, estudiar a un cuerpo aislado también tiene inconvenientes. De manera similar al caso de la mente encarnada, se puede argumentar que separar el cuerpo de su entorno no implica ignorar la relevancia de sus interacciones; simplemente, se pueden considerar como “entradas” y “salidas”. Una limitante se da cuando las mismas entradas o salidas producen resultados distintos dependiendo del entorno. Podemos ver un ejemplo de la relevancia del entorno en la cognición para una función cognitiva que podría parecer abstracta y, por lo tanto, separable del cuerpo y el entorno: la adquisición de significados, también conocido como el "problema del anclaje de símbolos", en inglés "symbol grounding problem". El filósofo John Searle planteó el argumento del cuarto chino: Supongamos que hay una persona que no sabe chino en un cuarto, por una rendija recibe instrucciones en chino, que son las entradas; tiene un manual en el cual hay instrucciones para procesar los símbolos en chino y producir símbolos de salida. Para un observador externo, la persona puede comunicarse en chino, en el sentido de que pasaría la prueba tipo Turing. Pero ¿realmente entiende el chino? Searle argumenta que una máquina está en una situación similar, podría exhibir comportamiento inteligente, pero realmente no sabe qué es lo que está haciendo. Más bien, es una imitación de la capacidad humana de hablar chino. Sin embargo, podríamos aplicar el argumento del cuarto chino a nosotros mismos: hacemos muchas cosas, pero no sabemos lo que hacemos. Corremos sin saber cómo correr, si supiéramos, ya hubiéramos construido robots capaces de hacerlo; ganamos dinero sin saber cómo funciona la economía; amamos sin saber qué es el amor. En otras palabras, no sabemos realmente qué es la cognición, pero frecuentemente pasamos la prueba de Turing. Regresando al problema del anclaje de símbolos, ¿cómo es que adquirimos significados y cómo las máquinas podrían lograrlo? Supongamos que tomamos un diccionario en un idioma que no conocemos, pero podemos leer. Cada palabra está definida en términos de otras palabras que tampoco conocemos; si buscamos recursivamente los significados de las palabras, veremos que están definidas de una manera circular. ¿Cómo podríamos aterrizar el significado de las palabras, algo que hacemos todos los días? Según Ludwig Wittgenstein, el significado de las palabras lo da el uso que hagamos de ellas; sin embargo, si no consideramos al entorno, es difícil ver cómo podríamos determinar el uso de las palabras. Aunque lo hacemos constantemente, no está claro cómo podrían las máquinas resolver el problema del anclaje de símbolos; pero sí podemos decir que, para entender el significado, requerimos de interacción de cerebro, cuerpo y entorno. Este es, precisamente, el argumento central del libro de Andy Clark, Being there, de 1997: "La mente no es para pensar, sino para hacer". En este contexto, el entorno se vuelve una parte de los sistemas cognitivos. [MÚSICA]