Antes de pasar a la recategorización de los continuos, fíjense que es frecuente que para poder acotarlos, poder referirnos a porciones de esas sustancias continuas, en español usamos ciertas clases de palabras que nos sirven para limitar, para acotar. Y entonces, y hay que tener cuidado porque decimos, por ejemplo, "cerveza", que es una sustancia, es continuo. "Mucha cerveza", por ejemplo, "vino" también, "mucho vino" o "leche"; son sustantivos continuos. Pero si ponemos un sustantivo contenedor que lo contenga, que contenga una unidad determinada, una medida, entonces podemos tener "una botella de vino" o de leche. Pero observen que lo acotado en la frase incluso se refiere al contenedor, "la botella de vino". "Vino" sigue siendo continuo. Es una botella de esa masa, una botella de vino, una botella, frasco, como le quieran llamar, de leche, de agua. Incluso cuando decimos "dos tazas de café", ese "dos" lo estamos aplicando a tazas, no a café. Entonces, fijarnos que existen estas palabras que nos sirven para limitar esas sustancias que son los sustantivos contenedores como taza, botella, cucharadita. Estas palabras que aluden al objeto que contiene a la sustancia, la materia. También se usan estos nombres de medida, que están establecidos culturalmente, como litro, libra, metro. "Metro de tela". "Tela" es continuo, entonces le ponemos "tela". Pero fíjense que el continuo sigue siendo continuo. Lo que está acotado es el contenedor o la unidad de medida, sustantivos de medida, como litro, o estos que acabo de mencionar, onza, todas las unidades de medida que existen en el mundo. También se utiliza otra clase de sustantivos que sirven para esa misma función, que son sustantivos cuantificativos de grupo, que aluden a cantidades de grupo un poco indefinidas. Fíjense: "un montón de basura". "Basura" es continuo. Por eso decimos "mucha basura", en singular el cuantificador. Entonces, "un montón", ese "montón" es sustantivo cuantificativo de grupo. Estos cuantificativos de grupo también acompañan a los contables. Tenemos varios: una hilera de lamentaciones, un rosario de quejas. Estos nombres, tanto los cuantificativos de grupo como las unidades de medida, que son litro, metro, onza, libra, etcétera, y los parceladores o contenedores, como son taza, botella. "Diente de ajo", por ejemplo, "grano de uva". Estas tres clases de sustantivos, que sirven para acotar en cierta forma, fíjense que no son argumentales. Observen. Fíjense que si decimos "Se tomó una taza de café", lo tomado, argumentalmente, a lo que se alude es a la infusión, al café, al contenido. "Se tomó dos tazas de café", y "tazas" lo que alude es a medida. Pero si digo "Quebré unas tazas de café", ahí lo quebrado es la taza, el café no cuenta. Todos ellos son así. Cuando decimos, por ejemplo, "Dijo un montón de quejas". La palabra "montón" alude a cantidades como una especie de cuantificador. Por eso se llama "sustantivo cuantitativo de grupo". Se caracterizan estos sustantivos que sirven para limitar a los nombres, para cuantificarlos en cierta forma, para poder referirnos a unidades pequeñas de los nombres, sobre todo los continuos, no son argumentales, excepto en ciertos contextos cuando aludimos a ellos: "se quebró la taza", "se quebró la botella de vino", por ejemplo. Otra propiedad que podríamos señalar que los diferencia a los sustantivos contables de los continuos, es que cuando los empleamos como objetos directos, los continuos, los que aluden a estas masas, se pueden usar en singular, se usan en singular. "Necesito harina", "Compré carne, pan", "Vimos niebla", "Compré gas", etcétera. En cambio, los otros, los que se cuentan, los contables, no se usan así. "Leí libro", no se dice eso. "Leí el libro", tenemos que ponerle determinante a los contables. "Compré diccionario", no. "Compré un diccionario", "el diccionario", "dos diccionarios", o sea, ponerle un determinante. Esta es una diferencia gramatical que se ve en la gramática, en la sintaxis, cómo la concordancia es distinta y cómo se manifiestan en singular y en plural de manera distinta estas dos clases. Entonces, la diferencia entre contables y continuos no está basada solamente en la semántica, sino en su comportamiento sintáctico diferente a la hora de tomar o no determinantes, dependiendo de si toma o no determinantes, en qué contexto; si los cuantificadores que toma están en singular, están en plural. Observen que eso es gramática, eso es sintaxis pura. Y es esta diferencia la que nos lo explica.