Fíjense cómo el prefijo, el morfema que se coloca antes de la palabra, como "de" o "des". Tenemos muchas. Los invito a que construyan, a que busquen palabras así y que incluso puedan formar otras palabras. "Decrecimiento", "desacuerdo", "desengaño", "desafuero", "desequilibrio", etcétera. Otro prefijo, otro morfema que se coloca antes de alguna palabra para formar un sustantivo derivado es "con", "com" con la "m" o simplemente "co". Fíjense que es el mismo prefijo. Dependiendo de la combinación se pone una "n", una "m" o simplemente la "o". Por ejemplo, "consuegro", "compaginación", "coinquilino". Es muy frecuente este "co". Otro prefijo también es "sub" con "b", o "su". Entonces tenemos "subsuelo", "subproducto", "subtítulo", "suscripción". Imagínense cuántas palabras, cuántos nombres pudiéramos formar. Que no precisamente existan, pero que las podríamos generar para producir algún efecto estilístico de algún tipo. Podríamos también citar el caso de los sufijos, desinencias que se ponen al final y que nos sirven para formar nuevos sustantivos. Es la terminación "-sión" con "s". "Precisión", "te preciso"; "expulsión", que viene de un verbo; "revisión". Son palabras que se escriben con "s". "Revisión". Podríamos mencionar también, por supuesto, la otra terminación que se escribe con "c", "-ción". Coincide la fonética, pero la ortografía es distinta. Es "-ción" con "c", con su variante "zon" con "z". Veamos las primeras. "-Ción": transportación; alimentación, por ejemplo; de constituir, constitución. Todos esos son nombres. "Distracción", por ejemplo; "prostitución", "destrucción". Tenemos un montón. Número abundantísimo de sustantivos así y con la variante "-zon", pero con "z". "Picazón", por ejemplo; "cerrazón"; "matazón" también. La terminación "-eza" con "z" es también muy productiva. De torpe, "torpeza"; de gentil, "gentileza"; "bajeza"; "limpieza"; "simpleza"; etcétera. También tenemos la terminación "-ez", que también resulta muy productivo. "-Ez": de viejo, "vejez", por ejemplo; de maduro, "madurez"; de estúpido, "estupidez"; líquido, "liquidez"; "exquisitez". Hay muchas palabras. Otra desinencia también productiva, sobre todo la primera, es la desinencia en "-ura", como "blancura", "amargura" de amargo. Fíjense que son hombres: la amargura, la blancura, la dulzura. La terminación "-or" para formar: frescor; verdor, por ejemplo; grosor. O "-icia" o "-icie" es menos productivo. "Icie" como planicie; plano, planicie. Con "icia" tenemos: justicia, avaricia. Tenemos calvicie con "e", etcétera. Otros que podrían citarse serían la terminación "-dad". Es también muy productiva para formar sustantivos derivados. Piensen en falsedad, en beldad, obviedad, terquedad, colectividad. Hay muchísimos sustantivos formadas con esta desinencia. La terminación "-ismo", el morfema "-ismo" también es muy útil. Así tenemos: civismo, racismo. Tengo aquí varias: belicismo, realismo, cinismo, fatalismo, socialismo. En fin, muchas palabras. La terminación "-miento" también nos es muy útil para formar sustantivos derivados: abultamiento; estacionamiento, por ejemplo; amaneramiento; comportamiento, también; arrepentimiento. La terminación "-dor" o la femenina "-dora" también es muy útil. Por ejemplo: aviador, cazador, trabajador o el femenino, por supuesto, también, que es muy común. La terminación "-nte": comediante; terrateniente, por ejemplo; hablante también; simpatizante. Para terminar, los sustantivos derivados que están formados mediante prefijos y sufijos, o ambos incluso, es un fenómeno morfológico en los sustantivos muy ricos para tener nuevos sustantivos. Para no dejar de mencionar, el caso de la composición en los sustantivos también tenemos abundantes sustantivos formados mediante la unión, la yuxtaposición de dos palabras, que pueden venir de distintas categorías. Ya mencioné algunos cuando hablábamos de morfología: cortaúñas, limpiabotas, ferrocarril, vinagre. Son sustantivos que son así: yerbabuena, matasanos, pelagatos, ciempiés, tocadiscos. Hay muchos, compuestos, estos no se consideran derivados. Fíjense que son dos sustantivos que se han unido, que se han yuxtapuesto. Finalmente, tenemos también las llamadas locuciones sustantivas nominales, que son frases nominales, congeladas, lexicalizadas, que equivalen a un solo sustantivo. Por eso vale la pena mencionarlas: la clase media, la juventud mexicana, la policía secreta, la delincuencia organizada. Funcionan como un solo sustantivo, como un solo nombre. Si uno piensa qué es un cabo suelto, qué es una media naranja, por ejemplo. El referente es uno, son nombres compuestos, que mediante la formación de un sintagma nominal (no es composición, es locución nominal), que las tenemos que incluir como nombres, como sustantivos.