[MUSIC] Hola amigos, en esta tercera lección de la cuarta semana del curso proseguiremos analizando las dos versiones de la traducción al español de El guardián entre el centeno, realizadas por Carmen Criado. En concreto, en esta tercera lección nos centraremos en estos tres aspectos. En primer lugar, en los refuerzos del enunciado. En segundo lugar, en las colocaciones. Y finalizaremos esta breve presentación abordando algunos casos de frases hechas. Queremos mencionar respecto al primer aspecto, que cuando hablamos de refuerzos de la oración nos referimos al uso de expresiones sin un contenido informativo propio que tiene la función de confirmar, destacar o reforzar lo dicho previamente. Y que es algo muy caracterÃstico en la lengua del protagonista. Abordaremos, por tanto, en primer lugar, estos refuerzos de la oración que se ponen de manifiesto en las oraciones que aparecen en 1 y en 4. En 1a, por ejemplo, se señala, a veces hago cosas de persona mayor, en serio, pero de eso nadie se da cuenta. O, en la versión de 1b, a veces me comporto como si fuera mucho mayor de lo que soy, de verdad, pero de eso no se da cuenta nadie. Donde tenemos dos refuerzos de la oración, que están marcados en las oraciones, y que vamos a analizar a continuación. En las oraciones de 4 se pone de manifiesto otro tipo de refuerzos de la oración. Dice la oración de 4a, no hace falta que te mates. Pero eso sÃ, you sabes, que sea de muchÃsima descripción, ¿eh? Frente al caso de 4b, no hace falta que te mates, pero que sea descriptiva más no poder. ¿De acuerdo? Por tanto, vamos a ver a continuación qué tipos de refuerzos se dan en las dos versiones que estamos analizando. El primer tipo de refuerzo es el uso de estos elementos, en serio, la verdad, o palabra. Algo que you habÃamos observado en la oración de 1, fÃjense por ejemplo en 1a, enserio, frente a 1b, de verdad. En la oración de 2a y de 2b tenemos el uso de otros refuerzos de la oración diferentes. De verdad en el primer caso, y en serio en el segundo. Y, finalmente, en la oración de 3 tenemos el caso del uso de palabra al final de la oración, que es sustituido en la versión b por en serio. En cualquier caso, queremos hacer hincapié no en el cambio de una versión a otra del refuerzo en la negación, que parece no estar condicionado, sino en el uso bastante sistemático de estos refuerzos durante todo el texto. Por tanto, son formas muy comunes de refuerzo del enunciado y no están condicionadas desde ningún punto de vista. Estos refuerzos del enunciado que estamos analizando, se relacionan estrechamente con lo que se llaman las preguntas eco. Estas preguntas eco no significan que no aparezcan en la obra, sà que aparecen, lo que pasa es que muchas veces aparecen sustituidas por estos enunciados que hemos visto de refuerzo. Pero, aquà hay unos ejemplos, los de 5 y los de 4, en los que se dan esas preguntas eco. Por ejemplo, pero eso sÃ, you sabes que sea de muchÃsima descripción, ¿eh? Bueno, pues ese, eh, entre interrogaciones es precisamente esa pregunta eco que estamos mencionando. Y que es sustituida en la versión b por de acuerdo, y lo mismo sucede en la oración de 5. Cuando dice, ¿no?, ¿te molesta?, o, ¿verdad?, ¿te importarÃa mucho? Esas son esas preguntas de tipo eco que no tienen ningún tipo de contenido, sino solo rea reafirmar lo dicho previamente. Y, por tanto, se acercarÃa mucho a la función que tienen esos refuerzos del enunciado, que hemos visto anteriormente. Por tanto, esas marcas de refuerzo, como hemos dicho, de 1 a 3, que se planeaban en esos ejemplos, que tiene en ese sentido de reafirmar lo dicho, pues están muy cercanas a estas preguntas eco que mencionamos en nuestros ejemplos de 4 y de 5. Finalmente, queremos abordar una cuestión muy relevante, que es la aparición en algunos casos de unos elementos metatextuales, que no solo ayudan a reafirmar lo dicho, sino que tiene una función valorativa muy importante, y que se ponen de manifiesto los ejemplos de 6 y de 7. Obsérvese, por ejemplo, el caso de 6a, dice, empezó a limpiarse las uñas con una cerilla. Siempre estaba haciendo lo mismo. Donde no hay ningún elemento metatextual, simplemente la oración, las dos oraciones aparecen tal cual en el ejemplo. En cambio, en la versión b se añaden una serie de elementos metatextuales que poseen ese valor que señalábamos al principio. Empezó a limpiarse las malditas uñas con la punta de una cerilla. Siempre se estaba limpiando las uñas. En cierto modo, tenÃa gracia. Estos elementos subrayados son elementos metatextuales que lo que hacen es, pues, hacer una valoración de determinados elementos que aparecen en el fragmento. Y que, además, no aparecen en la versión a, como se puede observar. En el caso de las oraciones de 7, tenemos algo distinto en el sentido en el que sà que aparecen los elementos metatextuales en las dos versiones, aunque el empleo de uno u otro elemento metatextual tiene o implica cierta diferencia en su significación. Señala la oración de 7a, empezó contando como 50 chistes, todos malÃsimos, solo para demostrarnos lo campechanote que era. Menudo rollazo. Donde menudo rollazo serÃa ese elemento de tipo metatextual. Frente a la oración de 7b, donde se señala, empezó como con cincuenta chistes viejÃsimos, solo para demostrarnos que era un tÃo de lo más normal. Vaya cosa. Como se puede observar, el matiz valorativo de ambos segmentos es bastante distinto, quizás en el primero caso se redunda en el hecho de que es aburrido, y en el segundo caso en el hecho de que tienen una calidad pésima. Pero, en cualquier caso, serÃan dos elementos de tipo metatextual que tendrÃan, pues ese matriz valorativo, ¿no? Como se señala a continuación, es decir, los utilizarÃamos para referirnos, calificar o destacar, con un sentido peyorativo o desdeñoso, algún enunciado o segmento textual precedente. Por tanto, podemos concluir que pues, el uso de estas expresiones de refuerzo, muy cercano como hemos dicho al de las preguntas eco, son marcas evidentes de la lengua del protagonista. Y, con ello, lo que hace es reafirmar ante el lector lo dicho o hecho y lo explicado por él mismo. Y, además, podemos sobretodo destacar que no hay una diferencia entre las dos versiones que estamos analizando, en este sentido. A continuación abordaremos algunos casos de colocaciones. Y son las que se ponen de manifiesto en las oraciones de 8 y de 9. En 8a se señala, cuando me pongo puedo ser bastante sarcástico, pero él ni se enteró. Frente a la oración de 8b, cuando estoy en vena puedo ser bastante sarcástico. Pero él no lo entendió. En las oraciones de 9 se utiliza otro tipo de colocación. Por ejemplo, habÃan caÃdo como tres pulgadas de nieve y seguÃa nevando a manta. Frente a la oración de 9b, habÃa como seis centÃmetros de nieve en el suelo y seguÃa nevando como un loco. Vamos a analizar estas oraciones para ver realmente si el empleo de estas colocaciones es del todo adecuado en los contextos en los que aparecen. Pues bien, las colocaciones, si vamos a la información de los diccionarios y buscamos el verbo poner y la construcción estar en vena, podemos observar lo siguiente. Respecto al verbo poner, en la acepción número 43, se indica que se puede utilizar dentro de un contexto coloquial para dedicarse a algo, o especialmente, comenzar a hacerlo. Y los ejemplos que se ponen de manifiesto son los siguientes. Se pone con los juguetes y se olvida de todo. A eso de las nueve, me pongo con la cena. En cuanto a la colocación, estar alguien en vena, se señala que tiene dos acepciones y que ambas son de registro coloquial, como se puede observar. Y en la primera acepción significarÃa estar inspirado para componer versos, o para llevar a cabo alguna empresa. Y la segunda acepción serÃa ocurrÃrsele con afluencia y fecundidad las ideas. Como hemos visto en los ejemplos, quizás por el significado que se manifiesta en estas dos acepciones, serÃa más válido o más adecuado en este contexto, utilizar la construcción estar en vena. Además cazarÃa con el contexto coloquial del segmento en el que aparece. El caso de poner, pues no serÃa inválido, serÃa incorrecto en este contexto, pero de alguna manera utilizar un verbo tan general, como el verbo poner, que hasta la acepción número 43 no aporta el significado especÃfico que usamos en ese contexto, quizás convendrÃa sustituirlo por estar alguien en vena. De todas maneras, como vemos en los ejemplos, alternan en el uso coloquial, y por tanto, ambos serÃan válidos. Lo que ocurre es que quizás el de ponerse serÃa menos preciso que el de estar en vena en el contexto que estamos analizando. A continuación abordaremos el otro ejemplo, el ejemplo de 10 que hemos visto antes, y sumarÃamos otro ejemplo muy parecido en 11. Obsérvese el caso de 10a, habÃan caÃdo como tres pulgadas de nieve, seguÃa nevando amanta. Frente a 10b, habÃa como seis centÃmetros de nieve en el suelo y seguÃa nevando como un loco. Del mismo modo, como señalábamos en la oración de 11a, me disculpé a toda prisa porque la orquesta empezaba a tocar una pieza rápida. Frente a, me disculpé como un loco porque la orquesta empezaba a tocar una pieza rápida. Y, nos vamos a fijar en el segmento, como un loco, en esa colocación. De hecho, en el diccionario no aparece recogida esta colocación, y por tanto, no nos queda otro remedio de ver si realmente se sanciona esta colocación a partir del uso. Y vemos que si hacemos una consulta en el CREA y consultamos, como un loco, vemos que se encuentran ejemplos. Y lo más interesante en este sentido es comprobar como esta colocación se combina más habitualmente con una serie de verbos como, por ejemplo, el verbo gritar, el verbo chillar, el verbo disfrutar, el verbo correr, el verbo trabajar, disparar, aplaudir, mirar y perseguir. Por tanto, podemos gritar como un loco, chillar como un loco, disfrutar como un loco, correr como un loco, trabajar como un loco. En cambio, no aparece en ninguna ocasión combinada esta colocación con verbos como los que aparecen en el texto que estamos analizando. Es decir, no aparece con llover o con nevar ni con ningún otro verbo que aluda a un fenómeno de tipo meteorológico o de la naturaleza, ni tampoco con otros verbos como disculparse, fumar o mentir. Por tanto, eso de nevar como un loco no serÃa del todo adecuado, y deberÃamos utilizar otra expresión que significara en exceso y que no fuese como un loco, que se utiliza con otros verbos, para significar precisamente mucho o en exceso. Por tanto, el contexto de como un loco en este caso no serÃa el adecuado para el empleo de esta colocación. Por tanto, podemos concluir que una caracterÃstica muy importante de la lengua del protagonista de la obra El guardián entre centeno, es precisamente el uso de estas colocaciones y formulismos. Lo que ocurre es que parece ser que la versión b, muchas veces se resuelve mejor el empleo de estas colocaciones que no en la versión a de la traducción de la obra de Salinger. Finalmente, acabaremos esta breve presentación analizando un caso de una frase hecha que aparece con bastante frecuencia en la versión b de El guardián. Obsérvese, por ejemplo, las oraciones de 12. Como no tenÃa nada que hacer me fui a los lavabos con él y, para matar el tiempo, me puse a darle conversación mientras se afeitaba. Frente a la versión b, no tenÃa nada especial que hacer, asà que me fui a los lavabos y pegué un rato la hebra con él mientras se afeitaba. Las oraciones de 13 presentan la misma frase hecha en la versión b. En 13a, además, you te digo que también me gusta esto. Estar aquà sentado contigo perdiendo el tiempo. Frente a la versión de 13b, además, también me gusta esto, dije. Quiero decir lo de ahora. Estar sentado contigo pegando la hebra. Vamos a ver qué sucede en relación a pegar la hebra y qué dicen los diccionarios. Por ejemplo, el DRAE señala que pegar la hebra es una expresión de tipo coloquial, y que hace referencia a la siguiente significación. Trabar accidentalmente conversación, o prolongarla más de la cuenta. Y remarcamos este, accidentalmente. Por su parte, el Diccionario de uso del español, señala también que, pegar la hebra, es entablar una conversación, por ejemplo al encontrarse con alguien, o prolongarla demasiado. Hemos remarcado tanto el accidentalmente del diccionario de la academia, como el encontrarse a alguien del de MarÃa Moliner, porque precisamente esas dos circunstancias se dan en el contexto que estamos analizando. Por tanto, de alguna manera, el uso de, pegar la hebra, parece ser bastante adecuado en el contexto que estamos analizando. Sin embargo, si documentamos este, pegar la hebra, en el uso, primero, podemos ratificar que se emplea esta construcción, esta frase hecha, porque se hallan 17 casos en CREA. Como los ejemplos que aparecen a continuación, tienen facilidad para pegar la hebra, daba tiempo a pegar la hebra, etc. Pero, si profundizamos un poquito más en los datos del uso, vemos que esos 17 casos de CREA más los 9 que se pueden encontrar en el CORPES, son exclusivamente de fuentes españolas. Por tanto, no aparece ningún caso de pegar la hebra en ningún documento del español fuera del español peninsular. Por tanto, esta expresión quedarÃa bastante marcada como perteneciente al español de España. En ese sentido debemos señalar, y por tanto concluimos, que para evitar que el texto tuviera una clara presencia exclusiva del español de España, convendrÃa sustituir esta expresión por otra que fuera más generalizadora, más abarcadora de toda la realidad hispanohablante. Y, quizás, serÃa más preciso y, por tanto, menos restringido al español de España, el empleo de colocaciones o de frases hechas como las siguientes. Darle a la lengua, echar una parrafada, estar de palique, o dar palique. Con esto concluimos esta tercera lección de la cuarta semana del curso. Y, como siempre, remitimos a las referencias y a los apuntes que recomendamos leer antes de ver esta presentación, para poder llevar a cabo un mejor aprovechamiento de la misma. Un saludo y hasta la siguiente lección del curso.