El sentido común nos dice, que es más fácil trabajar un proyecto creativo si tenemos la página en blanco, si no hay nada que nos limite. Sin embargo, hay investigación que dice lo contrario. Trabajar con restricciones puede ser algo muy positivo. Pero vamos a experimentarlo en nosotros mismos. Te invito a que hagamos un pequeño experimento. Te voy a pedir que a partir de este instante inventes algo. ¿Qué tal? ¿Cómo te sentiste con esta instrucción de inventa algo? ¿Fue algo complicado o fue sencillo? Bueno, para ser muy objetivos, vamos a utilizar una rúbrica similar a la que hemos venido usando. Te invito a que califiques el producto o idea o concepto que trabajaste en este tiempo con la siguiente tabla. Bueno, la segunda parte de este experimento, de este pequeño estudio, es que vamos a pedirte algo un poco más concreto. Va a haber tres restricciones. La primera es que te pedimos que diseñes un contenedor. De lo que tú quieras. Líquido, gaseoso o sólido, grande, chiquito, lo que tú digas. Un contenedor. Esta es la primera restricción. La segunda es que tienes que utilizar tres ingredientes necesariamente. El primero es harina. El segundo es una hoja de papel. Y el tercero es un pedacito de hilo o cordel. Además puedes usar los materiales que tú quieras, pero estos tres tienen que estar presentes en tu diseño. Y finalmente, la tercera restricción es que tienes que tardarte un minuto. ¿Todo listo? Corre el tiempo. ¿Cómo te fue? ¿Cómo es diferente esta experiencia de la primera? Para comparar de manera equitativa, vamos a llenar nuevamente la rúbrica, que aparece en esta tabla. No olvides totalizar los puntos. ¿you? A ver, ¿cómo compara la primera experiencia con la segunda? ¿Cuál tuvo mejor puntaje? Y, ¿cuál fue tu experiencia subjetiva? ¿Te fue más fácil trabajar totalmente en libertad o con ciertas restricciones?