Y para hablar de este pensamiento lateral aplicado al urbanismo, tenemos un invitado de lujo, el arquitecto Alberto Yarza. ¿Nos puedes dar un ejemplo de algún proyecto en donde el cambio de perspectiva sea fundamental para encontrar la solución? >> Sí, con todo gusto. Puede ser un proyecto de tipo urbanístico en el cual, generalmente las ciudades, empieza uno diseñando con trazos de ciudad, y después va uno entrando en las posibilidades de lo que serían las diferentes partes. En este caso las diferentes partes sería la arquitectura, los servicios, todo lo que conforma el equipamiento urbano, hasta llegar a la conformación de una, de un barrio o de una metrópoli y la metrópoli pues una gran ciudad, ¿no? Este planteamiento que estamos exponiendo entra dentro de la línea de pensamiento lateral. ¿Y esto qué quiere decir? Uno no entra con los servicios y con todo esto primero, porque eso genera las grandes cuadrículas. Las grandes cuadrículas es el destroce de las ciudades, de la identidad de la misma en el sentido de que va uno formando ciudades repetitivas casi tinacolandias, en las cuales sobre todo la pérdida de identidad del usuario es terrible. Este método propone entrar al revés. Primero hacer las calles y la conformación a través de un plato roto, de calles que no sean continuas, que tenemos una perspectiva múltiple y los cuales el gobierno provee la parte de las fachadas de la arquitectura, los pisos, el drenaje, el agua y la luz, que es la inversión. A partir de ahí, y sobre todo en las ciudades perdidas de rápida urbanización, se conforma la arquitectura atrás de esa estructura mental, urbanística, que es precisamente el negativo del positivo de lo que es la forma, y es un pensamiento que no se ha hecho, sino que todo es al final, al final logras ver la imagen de la ciudad. Pero ¿quién conforma la tercera dimensión de la ciudad? No se sabe. Los planificadores lo hacen en dos dimensiones y la tercera dimensión de identidad final de ciudad no se puede concebir como método creativo. De manera que este método es aprovechar los servicios, el dinero, la infraestructura, para la conformación de los tejidos urbanos y de las alternativas de mejores morfologías de ciudad a través de pensamientos diferentes. >> Para lograr este pensamiento lateral vale la pena involucrarnos en una serie de rutinas. Por ejemplo, es importante enfrentarnos con mucha frecuencia a problemas difusos. Es decir, no estos problemas de escuela planteados perfectamente en donde nada más existe una solución. Sino enfrentarnos a cuestiones que tengamos que procesar un poco más y que nos impulsan a pensar de maneras diferentes. También es importante no conformarnos con una sola solución. Siempre pensar de qué otra manera podría yo hacer esto. Y una cosa fundamental, que veremos también más adelante, es que está bien tener errores. Los errores son parte de el proceso creativo. Las verbalizaciones internas para generar este tipo de pensamiento lateral incluyen frases como las siguientes. Me voy a arriesgar. Mientras más poco común, mejor. Voy a explorar algo totalmente desconocido. ¿De qué forma no se ha hecho esto antes?