Hola, soy maestra en terapia de heridas, estomas y quemaduras por la Universidad Panamericana. En esta ocasión me toca acompañarlos en este, nuestro último módulo, del curso: Cuidado de heridas; con la finalidad de fortalecer y de integrar los conocimientos que ustedes han adquirido en los módulos anteriores. Una herida quirúrgica podemos definirla como aquella incisión en la piel que se realiza en un ambiente controlado, regularmente el quirófano, en donde se espera un cierre sin mayor complicaciones y que puede tener fines diagnósticos o terapéuticos. De acuerdo a López en la GuÃa de Práctica de Cuidado de Herida en el 2014, podemos dividir estas heridas en heridas limpias que van a ser aquellas que se realizan en un ambiente controlado y que no tienen afección a sistemas como el genitourinario, el respiratorio o el sistema digestivo y que tienen un riesgo de infección del 1 al 5% por ciento. Las heridas limpias contaminadas son aquellas en donde sà hay afectación del sistema respiratorio, genitourinario, digestivo y cavidad orofarÃngea. Sin embargo, esto se realiza bajo condiciones de asepsia, es decir, nuevamente en condiciones controladas y el riesgo de infección va a ser del 5 al 10% por ciento. Finalmente, la herida sucia contaminada, que va a ser aquella en donde principalmente es una herida traumática de más de cuatro horas de evolución, en donde hay afección de todos estos sistemas, genitourinario, orofarÃngeo o genitourinario, pero aquà va a haber tejido desvitalizado y el riesgo de infección es del 10 al 40% por ciento. El reto entonces en el cuidado de una herida quirúrgica aguda es conservarla libre de complicaciones, siendo la infección del sitio quirúrgico la principal complicación y una de las infecciones nosocomiales más frecuentes en las instituciones de salud. De acuerdo a la OMS en publicaciones del 2016, nos dice que estas infecciones de sitio quirúrgico hacen que los pacientes pasen más de 400.000 dÃas hospitalarios agregados a su procedimiento, los cuales involucran más de 900 millones de dólares de gastos extraordinarios en este tipo de complicaciones. Las heridas infectadas las podemos clasificar de acuerdo a la profundidad del proceso infeccioso. La Asociación Mexicana de CirugÃa General en el 2014, las divide en infección de sitio quirúrgico superficial en donde se ve afectada la piel y el tejido subcutáneo. Debe de cubrir ciertos requisitos, entre ellos salida de lÃquido, secreción purulenta. Debe de tener un cultivo positivo, ya sea tomado por hisopado o por biopsia y además debe de cumplir con ciertos criterios. La siguiente clasificación es la de incisión con infección profunda, esto involucra la afección de los tejidos profundos, es decir, la fase y el músculo con el cumplimiento también de ciertos criterios. Nuevamente podemos tener secreción purulenta pero esta vez de un plano más profundo sin que incluya el órgano o la cavidad afectada. Debe de haber también fiebre mayor de 38 grados y además del cultivo positivo como lo mencionábamos en el punto anterior, éste debe de cumplir también sÃntomas o signos como son eritema, dolor e inflamación, nuevamente. El último punto incluye la infección de la cavidad o del órgano del sitio quirúrgico. ¿Esto qué quiere decir? Bueno, esto implica la infección directamente del sitio intervenido quirúrgicamente. Es decir, debemos de tener secreción purulenta pero esta vez a través de algún drenaje que vaya directo al sitio en que se intervino quirúrgicamente. Además debe de cumplir también con un cultivo positivo, ya sea por hisopado o por biopsia y además cumplir con los criterios antes mencionados: dolor, fiebre, eritema o inflamación y la dehiscencia de la que habÃamos hablado antes más la presencia de algún absceso obviamente de planos profundos. Retomando entonces el objetivo de evitar que nuestras heridas se compliquen, podemos identificar en nuestros pacientes distintos factores de riesgo que pueden ser tanto derivados del paciente como ajenos a él. Dentro de los derivados del paciente podemos encontrar obviamente la edad, en donde los extremos van a ser los de mayor riesgo, ya sea los pediátricos o los ancianos. Podemos encontrar aquellas comorbilidades o enfermedades agregadas como pueden ser diabetes, hipertensión, enfermedad pulmonar o sobre todo aquellas afecciones de la piel principalmente las infecciosas. Dentro de estos otros factores de riesgo podemos encontrar desde la técnica quirúrgica, el órgano afectado, el personal e inclusive el instrumental utilizado durante la cirugÃa y por supuesto los cuidados que se le brindan de manera inmediata a nuestra herida. ¿Pero qué podemos hacer, entonces, para poder prevenir estas complicaciones? de acuerdo a la OMS, los puntos para la prevención van a estar encaminados a tres ejes principales. El primero es el encaminado a el control del ambiente, ¿qué quiere decir esto? a realizar una técnica quirúrgica adecuada, equipo e insumos estériles, principalmente con la desinfección adecuada de todo el quirófano. El segundo punto es la preparación del paciente, en donde vamos a encontrar medidas como el baño antes de la cirugÃa, cepillado de dientes y es que esto es importante, además de la ropa y campos estériles y la antisepsia del sitio quirúrgico de manera adecuada. Y por último tenemos también lo relacionado al personal de salud, esto incluye el lavado de manos, el uso para ellos también de ropa quirúrgica estéril y el control o el mantenimiento de nuestra técnica aséptica o estéril. ¿Qué cuidados debemos de llevar a cabo para evitarle complicaciones a nuestras heridas? en primera instancia, debemos de vigilar estrechamente ante algún dato de alarma. Se debe de evaluar y estadificar el nivel de riesgo en nuestros pacientes, en primera instancia de acuerdo a la clasificación que vimos anteriormente, si nuestra herida es limpia, limpia contaminada o sucia, teniendo en cuenta por supuesto todos los demás factores de riesgo que puedan encontrarse en nuestro paciente o en el ambiente de acuerdo a como ya lo vimos. Y por último, se debe de realizar las curaciones de estas heridas con una técnica estéril y por supuesto con materiales clÃnicos asépticos. Se recomienda también no descubrir la herida durante las primeras 24 o 48 horas, ya que estas primeras horas son de vital importancia para evitar complicaciones en este sitio. La limpieza de esta zona se recomienda con solución salina o con agua estéril. También debemos evitar manipulaciones innecesarias, asà como la duración de nuestra curación o la frecuencia dependerá del tipo de material que nosotros utilicemos, es decir, si en nuestra unidad hospitalaria sólo contamos con gasas y cinta microporosa, la duración de esta curación será de 24 horas. Sin embargo, si nosotros utilizamos la curación o los materiales bajo principios de cura húmeda esto implicará el uso de materiales y apósitos que tengan una mayor duración que puede ser desde 48 hasta siete dÃas, dependiendo del material que nosotros usemos. En este apartado vimos entonces a los cuidados principales de la herida quirúrgica y vimos la infección como su principal complicación. Además vimos los factores de riesgo y aquellas medidas encaminadas a la prevención de dichas complicaciones. Gracias.