Vamos a describir, este caso que you se ha convertido en un caso emblemático en el estudio de las tomas de decisiones en políticas publicas. Para entender cuales son o cual es la naturaleza de los conflictos, de los intereses, de las tensiones que existen de una forma inherentes a la definición de los problemas en las políticas publicas. En su libro: La lucha por el agua, Wendy Spellen explica el siguiente caso. A lo largo de muchos años la oficina de reclamaciones Americana desarrolló un plan para construir una presa en Arizona. El lugar propuesto estaba situado donde confluían dos ríos. Lo que hacia mas atractiva desde el punto de vista del diseño, la presa. La presa ademas era una puesta por la modernización del lejano oeste. Sin embargo, esta presa iba a inundar las tierras ancestrales de los indios Yarapai. La historia que relató Spellen en 1998 es un ejemplo clásico de objetivos encontrados que son además inconmensurables. Que resultan de visiones de mundo diferentes y de la importancia de la flexibilidad y el diálogo para alcanzar una solución. El primer grupo de Ingenieros que llegó a Arizona para resolver el problema de la sequía que era un gran obstáculo para el desarrollo económico de la región, propuso construir una enorme presa que además de resolver este problema de orden ambiental es decir la falta de agua y económico sin agua no hay un desarrollo ganadero y agrícola. Se convertiría en un icono del proceso civilizador del lejano oeste. Pero había un problema, la enorme presa negaría y haría desaparecer las tierras ancestrales de los indios Yarapai. Sin embargo, los intereses a favor eran tan fuertes que pensaron que una compensación económica generosa haría a esta tribu aceptar el plan. La tribu Yarapai en un referéndum realizado en 1966 votó en contra de la aceptación del plan. Lo que la oficina de recuperación y los ingenieros no fueron capaces de ver es que el tema iba mucho más allá de un asunto de acuerdo económico, tenía que ver con la defensa de una tierra y con ella la defensa de una tradición de una cultura. El problema siguió sin solución a la oficina de reclamaciones fueron llegando nuevos ingenieros que buscaban una aproximación diferente al problema. Estos nuevos ingenieros estaban de la vieja guardia de ingenieros con sus infraestructuras gloriosas y se inclinaban más por actuaciones pequeñas, es decir, en vez de una enorme presa proponían multitud de presas en distintos lugares. En este proceso encontraron un proyecto que evitaba inundar las tierras de los Yarapai pero que tenia los mimos beneficios desde el punto de vista económico y ambiental. Al final, esta fue la propuesta que se puso en práctica. Nosotros cuando empezamos a gobernar en 2003, decidimos que el concepto paraguas en el que ir vertebrando las políticas seria concepto de inclusión social. Y es un concepto que ese momento era muy académico pero que todavía no formaba parte de la práctica política. Y no se hablaba de inclusión, se hablaba de atención social pero de inclusión social no se hablaba. Incluso se hablaba algo más de lucha con la exclusión pero el concepto de inclusión como alternativa no estaba en circulación. Y nosotros mantuvimos una puesta muy fuerte. El primer plan de inclusión social, de considerar que todas las políticas debería tener una dimensión de inclusión, de considerar que la inclusión estaba puesta para atender a la población pero sin cronificar dependencias sino hacer que las propias personas fueran protagonistas de sus propios procesos de inclusión. De colgar los conceptos de empoderamiento, personal y colectivo. Y la verdad fue que nos costó mucho pero fue avanzando el tema de inclusión y tal ¿no? Y en paralelo a avanzar en el tema de inclusión siempre había quien te decía: -Bueno pero al final cuando tu estas hablando de inclusión, exclusión no estas hablando de lo que siempre se ha llamado pobreza- . Y nosotros decimos: -No, no. La inclusión y la exclusión va muchísimo más allá de la pobreza ¿no? La pobreza es la dimensión económica de la exclusión, pero tenemos inclusión exclusión por factores relacionales, por factores que tienen que ver con el género, con la edad, con la diversidad, con la in-equidad con el acceso a equipamientos públicos, con la segregación territorial de renta en los barrios. Tantas y tantas cosas que no podemos seguir hablando de pobreza, como hablábamos antes tenemos que hablar de cosas nuevas. De como conseguimos proceso de inclusión relacional, acabar con la adultocracia para poder hacer una política de inclusión de la gente joven ¿no? en recursos tangibles e intangibles. Bueno, muchas cosas. Y nos costó. Es verdad que no es fácil digamos ¿eh? introducir estos conceptos. Es verdad nos costó pero fue avanzando y si en 2003 nadie nos entendía, en 2008 pues todo el mundo hablaba de inclusión, con problemas y tal. Pero, bueno en 2008 se inicia una crisis brutal. Y la crisis, ¿Que provoca? Sobretodo, sobretodo lo que provoca es la emergencia de la pobreza otra vez. De la dimensión económico de la inclusión es la que vuelve a situarse en el centro. Empiezan a llegar a los servicios sociales personas que no pueden cubrir sus necesidades básicas porque están en el paro, porque en el núcleo familiar you no hay ingresos, los ingresos son muy precarios ¿no? Se habían hipotecado, habían contratado un alquiler altísimo, etcétera ¿no? Remerge la pobreza. ¿Qué hacemos? Hemos estado explicando hasta ahora que you no se tiene que hablar de pobreza ¿no? Nos mantenemos con el concepto de exclusión social. Bueno, no podemos negar la realidad ¿no? Nadie había previsto, yo no había previsto nunca, ni yo ni nadie que en 2004, 2005, 2006 ¿no? En una perspectiva de dos o tres años la pobreza volvería a ocupar la centralidad de los procesos de exclusión social. Como ha pasado el de estos últimos años ¿no? Cuando además el gobierno nacional central se carga la renta mínima de inserción, cuando el gobierno del estado se carga las prestaciones económicas de los cuidadores no profesionales de la dependencia, es decir, es tan apabullante la remergencia de la pobreza bueno, pues que al final decidimos volver a la pobreza digamos ¿no? Y generar un proceso de elaboración de un programa municipal de lucha contra la pobreza específico, estricto y por lo tanto volver a generar un proceso participativo con entidades donde de alguna forma tenemos que deconstruir nuestra reflexión durante cuatro o cinco años ¿no? Habíamos dicho, no es que yo recuerdo Sí ingenuamente, pero yo decía es que no volverá la pobreza a estar en el centro de los procesos de inclusión social. Y no habíamos pasado ni dos años cuando teníamos a la pobreza instalada en el centro de los procesos de inclusión social y si, tuvimos que hacer un programa de lucha contra la pobreza y volver a situar las políticas de lucha contra la pobreza como una columna vertebral de las políticas sociales en las ciudades. Un paso trascendental en el tratamiento de las políticas públicas es la definición de la cuestión o del problema que se pretende, que se pretende regular o que se pretende resolver si se quiere ser más ambicioso. Según se defina a través de unas características o de otras es muy probable que los medios, las fórmulas, las soluciones, los actores, que intervengan en ese proceso sean unos o sean otros. O se de prioridad a unos respecto a otros. Podemos verlo con algún ejemplo. La política penitenciaria que tiene que desarrollar una administración. La política de reclusión de los condenados por actividades delictivas, puede ser considerada como una política de seguridad. Es decir, asegurar que aquellas personas presuntamente peligrosas no constituyan un riesgo para el resto de la sociedad. O puede ser considerada como una política con una dimensión social. Es decir, una política que debe tratar con personas que por lo general son resultado de condiciones de vida sociales que les han llevado al fracaso escolar, al fracaso familiar, a la marginación laboral. Y por tanto, la práctica penitenciaria debe acentuar los aspectos de rehabilitación, a fin de que esas personas una vez cumplida la pena y no regresen a esa condición de marginación social y no reincidan en el delito se habrá podido en una política penitenciaria considerada desde la perspectiva de seguridad; se habrá podido recluir a elementos presuntamente peligrosos durante unos años, pero en el momento que la condena se ha cumplido y esas personas regresan a la sociedad no se asegura que esas personas no vuelvan otra vez a verse abocadas a unas conductas antisociales. Por tanto, los medios, los recursos, las fórmulas, el tipo de personal que se aplique a una política penitenciaria será diverso, serán diferentes según se halla puesto el acento en el aspecto de seguridad, que forma parte de la política penitenciaria pero no puede ser el predominante en la política penitenciaria. O se halla puesto el acento en el aspecto social o de recuperación social que en buena medida define aún más un sistema penitenciario en una sociedad democrática.