Empezamos esta sesión de implementación, despliegue, de puesta en práctica, de ejecución de las políticas públicas hablando de una pregunta importante y es, ¿y después de la decisión, qué? Es decir, hasta ahora en este curso hemos visto que podemos por lo menos observar diferentes tipos de actividades alrededor de ciertas problemáticas que eventualmente pueden o no llegar a ser objeto de decisión. De hecho hemos visto a través de qué procedimientos pueden llegar a entrar en la agenda incluso de los poderes públicos. Y en algunos casos llegan a ser objeto de decisión estos temas. Sin embargo, una vez hemos observado el interés por un determinado tema, el que eventualmente es objeto de una decisión, entramos en un proceso en el cual se supone que debemos observar el despliegue de esa decisión, la puesta en práctica de esa decisión. Y por lo tanto podríamos incluso decir que pasamos de un proceso en el cual ha prevalecido la política, podríamos decir esa actividad que es mucho más mediática, a la que seguramente estamos mucho más expuestos, a través de los medios de comunicación, por ejemplo. Y entramos en un terreno en el cual seguramente hablamos más de gestión, administración, puesta en práctica. En este momento entramos en una especie de etapa si podemos llamarlo así, en la cual la visibilidad de esos procesos es mucho menor. Es mucho menor porque atrae mucho menos la atención tanto de los medios de comunicación como incluso de la propia sociedad. Porque son procesos seguramente mucho más tediosos, mucho más técnicos, con lo cual pasamos a un ámbito en el que seguramente predomina un tipo de actividades distinto. Entonces, en este tipo de actividad lo que seguramente observamos es que hay nuevos actores, nuevos agentes que alcanzan un protagonismo importante dentro de este proceso. Es decir, una vez la decisión se ha tomado, hay nuevos actores, seguramente podríamos hablar con especialización de rol en determinadas actividades distintas de las que se han realizado hasta ahora alrededor de esa temática. Con lo cual podríamos pensar que cuando hasta ahora el protagonismo ha estado en el nivel político, en el nivel de los decisores públicos, ahora entramos en un terreno en el que otros actores distintos tienen responsabilidades diferentes, responsabilidades alrededor de poner en práctica aquello que se ha decidido. Entonces, aquí seguramente entramos en un momento en que las actividades están mucho más relacionadas con por ejemplo, la gestión de determinados recursos, que van a ser necesarios para poder desplegar esas decisiones. Por ejemplo recursos económicos, recursos humanos, recursos organizativos, recursos de relación con diversos tipos de agentes o actores, a veces también les llamamos, que van a ser imprescindibles para poder desplegar esas decisiones y para poderlas poner en práctica. Entonces, ¿qué tipo de actores podemos encontrar aquí? Seguramente habrá cargos directivos que podrán diseñar el despliegue de esas decisiones. Pero también habrá cargos burocráticos, habrá cargos técnicos y también evidentemente entrarán en juego, por ejemplo, los actores que van a tener el rol de grupo objetivo, grupo que va a recibir ese tipo de actuaciones, grupo beneficiario, y por lo cual, este tipo de actores o agentes que son externos al propio proceso de implementación, y que seguramente no los hemos definido como responsables de ese proceso de implementación también van a tener un rol en ese, en el resultado de ese proceso. Por otra parte, aquí se nos hace seguramente, o se nos despega seguramente un escenario más complejo a la hora de poderlo estudiar, analizar u observar. Por ejemplo, esta complejidad de actores, este, estos nuevos mecanismos de gestión que vamos a tener que desplegar para poder poner en marcha estas decisiones nos van a plantear un escenario en el que tendremos sobre todo una gran complejidad de tipos de actores. Por ejemplo, no podemos esperar que únicamente vayamos a tener actores públicos, responsables de ejecutar una serie de decisiones. Sino que también vamos a tener que apoyarnos, contar con la colaboración de seguramente actores externos a ese sector público. Por ejemplo, proveedores privados a los que tengamos que contratar, o con los que tengamos que concertar o por ejemplo, necesitaremos contar con la colaboración de los grupos objetivo que van a recibir esas actuaciones o que van a ser beneficiarios de esas actuaciones. Con lo cual nos encontraremos con una diversidad organizativa, con una diversidad de perfiles, que tendremos que intentar coordinar y prever cómo vamos a intentar establecer relaciones que nos puedan permitir efectivamente el despliegue a través de la implementación, de esas decisiones que se supone que debemos materializar.