En la lección anterior, compartimos distintos niveles de articulación que nos ayudan a vincularnos con organizaciones de la comunidad y conocer con mayor profundidad la realidad local. Esto, con el fin de planificar y organizar nuestras acciones ambientales y potenciarlas en tiempo y alcance. ¿De qué hablamos cuando hablamos de comunidad local? Cuando hablamos de comunidad local y los diferentes actores que la conforman, nos encontramos sin lugar a dudas, ante una situación de un alto nivel de complejidad. En una comunidad existen diversos actores con orÃgenes diferentes, misiones, visiones e intereses, que no siempre son concordantes o complementarios a los nuestros. En muchas oportunidades, a pesar de las buenas intenciones de resolver problemas comunes, las diferentes visiones se dilematizan, y entonces, las verdaderas acciones transformadoras pasan a ser meras acciones fragmentadas o insignificantes que no logran dar respuestas adecuadas y eficientes. Suele pasar que las problemáticas ambientales que hay que resolver son de tal magnitud, tan complejas, que los esfuerzos individuales no alcanzan y por eso es necesario incorporar una perspectiva comunitaria y participativa en clave ambiental. Esta perspectiva potencia no solo nuestras acciones ambientales, sino fortalece los lazos sociales entre los integrantes de la comunidad. Ahora bien, ¿qué organizaciones integran una comunidad local? Si bien cada comunidad presenta caracterÃsticas particulares relacionadas a sus necesidades y problemáticas especÃficas, a un territorio y una población con ciertas caracterÃsticas, a una historia ambiental que la identifica y a las múltiples relaciones que se han establecido a lo largo del tiempo, es posible identificar a grandes rasgos a los siguientes actores sociales: Las organizaciones del sector público o estatal; representan al Estado en sus distintos niveles, nacional, provincial o municipal. Podemos mencionar, por ejemplo, a los hospitales o centros de salud, las escuelas, las dependencias estatales, ministerios, secretarÃas, direcciones, agencias y áreas gubernamentales, entre otros. Las organizaciones del sector privado, organizaciones empresariales o comerciales con fin de lucro. Si bien responden a intereses particulares y su nivel de intervención depende de su compromiso y pertenencia con la comunidad en la que se encuentran, en los últimos años, el desarrollo de este sector se ha ido también transformando a partir de diferentes acciones de responsabilidad social empresaria y un acercamiento de este sector a temas ambientales. Las organizaciones del sector privado, organizaciones de la sociedad civil sin fin de lucro; también conocidas como organizaciones del tercer sector, surgidas por la motivación y el interés de una persona o un grupo. Su finalidad no está vinculada con el beneficio económico ni con la productividad, sino con la intervención y la participación social en la resolución de las problemáticas cada dÃa más complejas que aquejan a nuestra sociedad. Hay muchas organizaciones de este tipo vinculadas a lo ambiental. Las organizaciones de base. Son aquellas que surgen en el seno del barrio. Están integradas por pobladores del lugar y tienen, en general, un fuerte sentido de pertenencia. El nivel de organización es variado, puede ser informal o autogestivo. Pueden estar vinculadas a temas diversos: salud, educación, recreación, formación para el trabajo, ambiente, etcétera. Las organizaciones de apoyo técnico. Están centradas en el fortalecimiento, asesoramiento y acompañamiento de organizaciones de la comunidad. Si bien pueden pertenecer al sector estatal o privado, es importante mencionarlas, ya que suelen ofrecer conocimientos técnicos o servicios especÃficos necesarios para la resolución de ciertas problemáticas. Puede ser de gran utilidad si necesitamos algún informe técnico especÃfico. Esta clasificación no pretende abarcar a la totalidad de las organizaciones, sino ofrecer un mapa de la comunidad como una herramienta que nos permita identificar a las instituciones y ver de qué manera pueden colaborar y sumarse a causas comunes y resolver problemáticas ambientales que mejoren la calidad de vida. Por ello, es necesario comprender las relaciones que se establecen entre las organizaciones y ver qué rol ocupamos nosotros en esta red para fortalecer y consolidar las articulaciones. Pensar globalmente y actuar localmente supone un conocimiento de la comunidad, de sus problemas y sus dinámicas para actuar localmente de manera eficaz. Como educadores y educadoras ambientales, buscamos fortalecer redes y alianzas territoriales y diseñar acciones ambientales conjuntas que nos permitan alcanzar nuestros propósitos. Este ejercicio es parte de un aprendizaje vinculado a la construcción de una ciudadanÃa ambiental, que busca generar cambios positivos a nivel local a partir de acciones ambientales que promuevan la conservación del ambiente y de la biodiversidad.