[MÚSICA] Como sabéis esta segunda semana y segunda lección del curso está dedicada a las pirámides. En este primer vídeo vamos a preguntarnos qué es una pirámide. Cuando contemplamos, por ejemplo, las pirámides de Guiza, las pirámides de Khufu, Khafre y Menkaure, nos admiramos de sus proporciones, de sus dimensiones y de la belleza de sus formas e inmediatamente nos preguntamos cómo es posible que semejantes monumentos pudieran ser construidos hace nada menos que 4500 años, con qué medios tecnológicos y económicos se construyeron, con qué mano de obra, cómo se organizó esa mano de obra, cómo pudo tallarse y transportarse cada uno de los bloques empleados en su construcción, qué peso y qué dimensiones tienen esos bloques. Si os fijáis todas estas preguntas que solemos formularnos tienen que ver sobre todo con los aspectos formales, tecnológicos, exteriores podríamos decir, de las pirámides, pero si queremos definir realmente qué es una pirámide, debemos tener muy en cuenta que una pirámide es, ante todo, un artefacto ritual, se trata de una tumba y para definirla deberemos atender al simbolismo y al ritual que subyace a ella. Heliópolis es el nombre que los griegos dieron a esta ciudad y significa la ciudad del Sol, a partir de helios, Sol, y polis, ciudad. En efecto, Heliópolis es el centro de origen de la religión solar egipcia. En el mapa que tenéis en esta diapositiva, podéis ver la localización de Heliópolis, en la parte superior, en el centro. El emplazamiento de la antigua ciudad se halla en la actualidad en el extremo noreste de la conurbación que llamamos El Gran Cairo. Esta conurbación tiene dos partes principales, el Cairo propiamente dicho, al este del río Nilo, y el Guiza, al oeste del río Nilo. En el extremo occidental del Guiza, se levanta la localidad, en el desierto, donde se encuentran las pirámides de Khufu, Khafre y Menkaure. Algo al sur de la conurbación del Cairo, que en este mapa está sombreada de color lila, se encuentra la ciudad de Menfis, que como sabemos es la capital de Egipto durante el reino antiguo. La proximidad de Heliópolis y Menfis explica en parte la influencia decisiva que los sacerdotes de Heliópolis, los sacerdotes del culto solar, tuvieron sobre los reyes que gobernaban desde la ciudad de Menfis. Veamos, pues, en qué consiste la cosmogonía solar, es decir, la doctrina heliopolitana de la creación. Según los sacerdotes heliopolitanos, antes de la creación solo existía el Nun, es decir un universo acuoso, en tinieblas y en silencio. En efecto, para los egipcios la no existencia implica precisamente eso. Una extensión líquida, oscura y silenciosa. El primer ente emergido de las agua del Nun es una Colina Primordial, que en la tradición heliopolitana recibe el nombre de Benben. La emergencia del Benben implica la aparición de la tierra frente al agua. En las fotografías de esta diapositiva, podéis ver las pirámides de Guiza en el momento de la inundación. Son fotografías del siglo 19, antes de la construcción de las presas de Asuán, La pirámide sobre al agua evoca claramente la emergencia de la colina primordial por encima de las agua del Nun. Es muy probable que esta imagen cosmogónica fuera inspirada por las primeras colinas que emergían en el momento en que se retiraban las aguas de la inundación anual del Nilo. Un segundo ente aparecido en el momento de la creación es el pájaro primordial, que emite un primer grito. Este grito implica la aparición del sonido frente al silencio. En un pasaje de los textos de los ataúdes, podemos leer lo siguiente, este N, N sustituye el nombre del difunto, ha graznado en tanto que ganso. Este N se ha posado en la planicie yerma que está sobre la isla grande, es decir, sobre la colina primordial. Este N se ha elevado hacia arriba. Este texto es un texto funerario en que el difunto es identificado con el pájaro primordial. Se nos dice que el pájaro primordial ha graznado al principio de los tiempos. Se ha posado sobre la colina primordial, como podéis ver en la fotografía inferior derecha, y se ha elevado hacia arriba a partir de ella. En la tradición heliopolitana, el pájaro primordial recibe el nombre de ave Benu. El nombre Benu deriva del verbo uben, que significa surgir, elevarse, porque, en efecto, el ave Benu, el pájaro primordial, se eleva a partir de la colina primordial hacia el cielo. En la tradición heliopolitana, el ave Benu es o bien una lavandera egipcia o bien una garza real. En la imagen de la derecha, en la fotografía, podéis ver una garza real, que se caracteriza por estas plumas horizontales en la parte posterior de la cabeza. En el pasaje de los textos de las pirámides que os he puesto en la parte inferior de la diapositiva, en cambio, podéis ver el ave Benu en su forma de lavandera egipcia. El pasaje se lee de izquierda a derecha y el signo que representa a la lavandera egipcia es el cuarto por la izquierda, el octavo por la izquierda y el quinto desde el final, dentro de un rectángulo. Este rectángulo es el signo que sirve para anotar el término mansión, porque ahí se nos está hablando de la mansión del ave Benu. El tercer ente que aparece en el momento de la creación es el demiurgo solar, es decir, el dios Sol, Atum, y el advenimiento del dios Sol implica el advenimiento de la luz frente a las tinieblas. En un pasaje de los textos de las pirámides podemos leer lo siguiente. Salud a ti, Atum. Salud a ti, Khepri, surgido de sí mismo. Atum y Khepri son dos aspectos de la misma divinidad solar, como veremos inmediatamente. Que tú te eleves en este nombre tuyo de elevación, es decir, de colina primordial. Qué tú vengas a la existencia en este nombre tuyo de Khepri, que significa el que viene a la existencia. En la tercera frase de este pasaje, el demiurgo solar es asimilado a la colina primordial. Se dice, en efecto, que tú te eleves en este nombre tuyo de elevación, de colina primordial. Cuando en un texto egipcio se dice en este nombre tuyo, se quiere decir en esta cualidad tuya, es decir, en virtud de que tú eres, en este caso, una elevación. A continuación del texto os he puesto la secuencia jeroglífica de la cuarta frase del mismo, es decir, la frase que reza, que tú vengas a la existencia en este nombre tuyo de Khepri. Esta secuencia se lee de izquierda a derecha y, si os fijáis, el signo del escarabajo está repetido dos veces. Una al principio, para anotar el verbo kheper, que significa venir a la existencia, y la otra hacia el final, para anotar el participio kheperer o khepri, que significa el que viene a la existencia. El hecho de que el signo del escarabajo se utilice para anotar el verbo kheper, que significa venir a la existencia, puede tener que ver con la imagen del escarabajo que al alba se ve arrastrando su bola de estiércol en la que pone sus huevos. La bola de estiércol y los huevos serían una metáfora del Sol que da vida. Como decíamos, el demiurgo solar es una divinidad que tiene diferentes aspectos. En concreto tiene tres aspectos, Khepri, que corresponde al Sol de la mañana; Re, que corresponde al Sol cenital; y Atum, que corresponde al Sol del atardecer. En un pasaje de los textos de las pirámides en que el rey difunto Merenre es asimilado al Sol, se dice lo siguiente. Ellos, los dioses, harán que este Merenre venga a la existencia como el Sol. En este nombre suyo, es decir, en esta cualidad suya de Khepri, que es el Sol naciente de la mañana. Y a Merenre se le dice, tú ascenderás hacia ellos como el Sol, en este nombre suyo de Re, es decir, el Sol cenital, del medio día. Tú desaparecerás de su vista como el sol, en este nombre suyo de Atum, es decir, el Sol poniente del atardecer. En las fotografías de la derecha podéis ver la imagen iconográfica de cada uno de estos tres aspectos del dios solar. A la izquierda el dios Khepri, con cabeza de escarabajo, en el centro el dios Re, con cabeza de halcón y tocado con el disco solar y el ureo, y a la derecha el dios Atum, con forma humana y tocado con la doble corona. Una vez que el demiurgo ya ha aparecido, es él el que continúa la tarea de la creación y lo hace creando la primera pareja divina, los dioses Shu, que simboliza el aire, y Tefnut, que es una divinidad poco definida y que algunos autores piensan que simboliza la humedad, mientras que otros piensan que simboliza más bien la luz. En este momento, puesto que el demiurgo se encuentra solo, los procedimientos que emplea para crear son procedimientos que tienen que ver con la emisión de líquidos de su cuerpo. Así, en un pasaje de los textos de las pirámides, se dice lo siguiente, Oh Atum Khepri, tú te has elevado en tanto que elevación, tú has ascendido en tanto que Benben en la morada de Benu, en Heliópolis, tú has escupido a Shu y has expectorado a Tefnut. A continuación del texto, os he puesto las dos secuencias influencias jeroglíficas que corresponden a la segunda y tercera frase del mismo. En la segunda de estas secuencias podéis ver el signo de un león escupiendo que forma parte de la grafía de los verbos escupir y expectorar. En cuanto a la primera de las secuencias jeroflígicas que corresponde como digo a la segunda frase del texto, la hemos visto ya anteriormente cuando hablábamos de la de Benu, y es interesante porque nos indica que todo este proceso de creación tiene lugar en la misma Heliópolis, es decir en la misma ciudad que el culto solar es originario. Decíamos que los procedimientos de creación empleados por el Demiurgo tienen que ver líquidos emitidios de su cuerpo. Pues bien en otro pasaje de los textos de las pirámides puede leerse lo siguiente, es Atum quien vino a la existencia como aquel que se masturbó en Heliópolis. Agarró su falo con su puño para provocar un orgasmo con él. Y los dos hijos hermanos nacieron, Shu y Tefnut. El texto es como veis suficientemente elocuente y en la secuencia jeroglífica que os he puesto a continuación del mismo que se lee de izquierda a derecha, más o menos a un tercio del final podéis ver el signo jeroglífico que evoca la acción de la masturbación. Una vez que Shu y Tefnut han sido creados, son ellos los que generan la segunda pareja divina formada por los dioses Geb que simboliza la tierra y Nut que simboliza el cielo. A continuación se produce la separación entre el cielo y la tierra, es decir la separación de Geb y de Nut por su parte Shu el Dios del aire que queda entre ambos. En un pasaje del texto de los ataúdes se puede leer lo siguiente, es Shu quien habla, estoy cansado desde que he elevado a mi hija Nut sobre mi para entregársela a mi padre Atum como morada. En efecto Nut es el cielo y Shu se la entrega a Atum que es el Dios del sol para que le sirva de morada, puesto que el sol vive en el cielo. He colocado a Geb bajo mis pies, este Dios, que él mantenga unidas las dos tierras para mi padre Atum. En efecto es al Dios de la tierra a quien compete que las dos tierras queden permanentemente unidas. La separación del cielo y la tierra iconográficamente como véis en el dibujo de la parte inferior de la diapositiva. En él el Dios Geb aparece estirado en el suelo mientras que la Diosa Nut aparece en forma de arco sobre él, entre ambos tenemos al Dios Shu que sostiene a Nut hacia arriba. En las piernas y en los brazos podemos ver la barca en la que navega el Dios solar. De la unión de Geb y Nut nace la cuarta generación de dioses primordiales, que son Osiris, Isis, Seth y Neftis, es decir los dioses del ciclo osiríaco que se encuentra incorporado en las creencias solares heliopolitanas. Tenemos pues nueve dioses en total que conforman la llamada enéada de Heliópolis, es decir el conjunto de nueve dioses primordiales segun la cosmogonía solar. En un pasaje de los textos de las pirámides podemos leer lo siguiente, oh, gran enéada, que está en Heliópolis, Atum, Shu, Tefnut, Geb, Nut, Osiris, Isis, Seth y Neftis, hijos de Atum, extended su deseo de regeneración sobre su hijo, el rey difunto, en vuestro nombre de nueve arcos. En efecto los arcos se extienden y en tanto que en arcos que se extienden, los dioses de la enéada pueden extender el deseo de regeneración de Atum sobre su hijo que es el rey difunto. En la secuencia jeroglífica que os he puesto a continuación del texto podéis ver los nombres de los nueve dioses tal como aparecen en la segunda frase del mismo. En la parte inferior de la diapositiva tenemos la genealogía de la enéada heliopolitana. La primera generación está formada por el Dios Atum, el Dios sol, sol, la segunda generación está formada por Shu y Tefnut como ya hemos visto, la tercera generación por Geb y Nut, y la cuarta generación está formada por los dioses del ciclo osiríaco es decir, por Osiris, por Isis, por Seth y por Neftis. Nos preguntábamos al principio del vídeo, qué es una pirámide. Pues bien, a partir de todo lo que hemos visto podemos contestar que una pirámide es en primer lugar un símbolo creacional y por tanto recreacional o resurreccional, como quiera que reproduce la colina primordial, primer ente de la creación. En segundo lugar es también un símbolo ascensional, como quiera que el demiurgo se elevó a partir de ella al cielo. De la misma manera el rey difunto se elevará desde su pirámide hacia el cielo y de esta forma resucitará. Y en tercer lugar la pirámide es un nuevo ente creado y una marca el paisaje, ya que igual que la colina primordial entre las aguas es bien visible a muchos kilómetros a la redonda desde las tierras inundables que la rodean. Y para que veais hasta qué punto esto es así, aquí teneis tres fotografías en las que podéis ver en primer lugar la pirámide escalonada de Sakara desde las tierras de cultivo, las tres pirámides de Giza así mismo desde las tierras de cultivo, y las pirámides de Abusir en primer plano y las tres pirámides de Giza en segundo plano tomadas desde el desierto a la altura de Sakara.