Revisaremos ahora las características del portafolio. Se puede decir que un portafolio es una colección de documentos del trabajo del estudiante que nos permite ver su esfuerzo, el progreso y logros. Además, puede ser una forma de evaluación con el que los docentes y los propios alumnos pueden monitorear el proceso de aprendizaje. El portafolio puede ser físico o electrónico, ya también en esta época; este último, tiene la ventaja de que se puede compartir en cualquier lugar que tenga acceso a internet. Además de líneas de reflexiones, se pueden almacenar artefactos digitales como documentos, imágenes, blogs, curriculum vitae, multimedia, hipervínculos, información de contactos, y más. Existen tres tipos de portafolio, el estructurado, en el que el profesor determina previamente el contenido que debe presentar el alumno; el semiestructurado, en el que el profesor establece algunos de los contenidos obligatorios, y además, brinda al alumno la posibilidad de agregar contenidos que considere relevantes; y portafolio libre, que se denomina así porque el profesor da la oportunidad al alumno a decidir qué contenido entregará como evidencia. La elaboración adecuada de un portafolio permite que tanto el alumno como el docente reconozcan, valoren y reflexionen sobre el crecimiento gradual de los aprendizajes a lo largo del periodo de formación. Ahora bien, ¿qué podemos incluir en un portafolio? Es basta la cantidad de elementos o evidencias que se pueden incluir, aunque también, se sugiere ser selectivo al momento de decidir qué va a contener el portafolio. Pueden ser: ensayos, reseñas, reportes, proyectos, relatos, estudio de caso, resúmenes, anteproyectos de investigación, autoevaluaciones, resolución de problemas, diario de campo, también llamados bitácoras; los trabajos que se hicieron en equipo, análisis de artículos académicos, comentarios reflexivos, cuadros comparativos, cuadros sinópticos, cuadros como el mapa mental, notas de campo, en fin. Por eso, es importante seleccionar de acuerdo con los objetivos de aprendizaje planteados en el programa de la asignatura o módulo. Diseño y planeación. Para el diseño y planeación, antes de diseñar el portafolio y dar a conocer las especificaciones a sus alumnos, es importante que revisen el programa de la asignatura para elegir esos elementos que se evaluarán, y es recomendable que la selección de trabajos a incluir en este portafolio sea realizada por un grupo de profesores. También es importante, seleccionar el tipo de evaluación, ya sea formativa, sumativa o ambas, y versión que se desea, ya sea en papel o en electrónico. Todo esto, buscando que se adecue al objetivo de su evaluación. Además, puedes seleccionar evidencias obligatorias y optativas. Lo siguiente sería, establecer las actividades y el tiempo de integración del portafolio, además de determinar los criterios de evaluación y los niveles de logro. Utilizar el portafolio requiere de una planeación adecuada y cuidadosa para evitar una sobrecarga de trabajo que impactará en el proceso de evaluación y en la falta de realimentación para los estudiantes. Algunas de las ventajas del portafolio es que se obtiene información muy valiosa sobre el proceso educativo, y permite a los docentes conocer aptitudes de los estudiantes; promueve la participación de ellos y la autoevaluación, lo que puede contribuir a que asuman la responsabilidad de su propio aprendizaje y de la comprensión de conceptos, al mismo tiempo que da una visión más amplia de lo que el alumno sabe y puede hacer; también, representa una alternativa para calificar a los estudiantes. Entre las desventajas del portafolio es que exige mucho tiempo; requiere refinamiento del proceso de evaluación; resultan inapropiados si lo que se quiere es medir el nivel de conocimiento, por lo que, si es el caso, se sugiere utilizar el portafolio con otro tipo de instrumentos de evaluación; además, puede prestarse a diversas prácticas deshonestas por parte de los estudiantes, ya que, por lo general, se elaboran fuera de los espacios educativos. ¿Cómo analizar sus resultados? Para evaluar el portafolio se pueden utilizar tres modalidades: evaluación, coevaluación y autoevaluación. Para esto, se pueden emplear rúbricas, escalas o listas de cotejo. Resulta muy útil pedir a los estudiantes comentarios o sugerencias sobre el instrumento y sobre la evaluación. En resumen, lo primero sería, determinar el propósito; después seleccionar el contenido y la estructura; y a continuación, decidir cómo se va a manejar y conservar el portafolio; establecer los criterios de evaluación, y evaluar el contenido para, finalmente, comunicar los resultados de la evaluación a sus estudiantes. ¿Cómo contribuye el portafolio al aprendizaje de los estudiantes? Podemos decir que se considera que promueve el desarrollo de habilidades para la reflexión y autoevaluación, así como para la selección de la información, priorizarla; al mismo tiempo que facilita el cultivo de conocimientos y creencias sobre la profesión y la práctica docente; favorece el pensamiento reflexivo, la autoevaluación, la metacognición, la organización y la autorregulación del aprendizaje, por lo tanto, contribuye al desarrollo profesional. En el docente, facilita la reflexión introspectiva sobre la propia docencia que se imparte a los estudiantes. En el estudiante, posibilita, además, el aprendizaje autónomo, el estudio independiente, la capacidad de aprender a aprender. En conclusión, el portafolio permite construir un marco de referencia del proceso individual de formación; reestructurar los roles tradicionales; establecer un espacio de colaboración entre el profesor y los estudiantes; desarrollar habilidades de análisis, de relación interpersonal, síntesis, resolución y evaluación; además de que permite planificar y autogestionar, así como identificar logros y áreas de oportunidad. En el siguiente video se revisarán las características de la simulación y su papel como herramienta de evaluación.