Hola, ¿que tal? Bienvenido. ¿Alguna vez te has preguntado si los medicamentos pueden modificar la visión o producir ceguera, aún cuando no se administran de manera ocular, sino también, de forma sistémica? En este curso, vamos a analizar la vulnerabilidad de los tejidos a la presencia de los fármacos, a partir de una revisión de su proceso anatómico y fisiológico. Mi nombre es Oscar Ramos y junto a un grupo de expertos, vamos a explicarte la vulnerabilidad de los tejidos a la presencia de fármacos, analizando reacciones adversas a medicamentos, eventos temporalmente relacionados a vacunas y aquellos que derivan de los procesos de tecnovigilancia. ¡Bienvenido! El ojo es un órgano par, altamente especializado, que tiene como objetivo convertir los estÃmulos luminosos en impulsos eléctricos que después el cerebro podrá codificar como imágenes, las cuales, tendrán un sentido diferente para cada persona. Por ejemplo, podemos ver un rostro que se aproxima y reconocerlo como nuestra pareja, lo que seguramente nos permitirá responder de manera diferente que si vemos un automóvil acercándose. En ese sentido, entonces, el ojo es un sensor de luz que nos permite transformar los estÃmulos en electricidad, que después se convertirán en lo que conocemos como imagen. El diámetro de un ojo adulto es de 2.5 centÃmetros y en promedio, contiene un volumen de 6.5 mililitros. Geométricamente, se encuentra conformado por dos esferas de diferente diámetro, una más pequeña que la otra, incrustadas entre sÃ, siendo la más pequeña aquella que se encuentra en la porción anterior del ojo, la córnea, y que puedes verla frente a la porción de color del mismo. Y la más grande, esclerótica, de color blanco. De afuera hacia adentro, el ojo está conformado por tres capas principales: esclerótica o esclera, coroides y retina. Las funciones de cada una dependen principalmente del tejido del que se encuentran compuestas, por ejemplo, la esclerótica es prácticamente tejido conectivo, por lo que, permite el soporte y la forma de esfera que tiene el ojo. La coroides es una red vascular que nutre el ojo, de modo que es una capa que se encuentra compuesta de arterias y venas. Finalmente, la retina es la porción sensorial del ojo. Se encuentra compuesta de diferentes tipos de neuronas organizadas en capas, las cuales, son responsables de transformar los estÃmulos luminosos en impulsos eléctricos, ofreciendo la posibilidad de que la luz se convierta en imagen. Tradicionalmente, el ojo se estudia a partir de sus anexos oculares, párpados, sistema lagrimal y conjuntiva; y dos segmentos o compartimentos anatómicos. El segmento anterior que incluye tejidos como la córnea, el iris, el cuerpo ciliar, el cristalino, asà como, el humor acuoso que es un fluido interno, altamente dinámico; y el segmento posterior, que incluye el humor vÃtreo, la coroides y la retina. Como dijimos al principio, el objetivo es determinar la vulnerabilidad de los tejidos oculares ante la presencia del fármaco, de modo que es importante que tengas presente lo siguiente: 1) Todos los fármacos son capaces de producir reservorios; espacios anatómicos en donde el fármaco se estanca. 2) Todos los tejidos oculares que son transparentes pueden producir reservorios que van a producir opacidades y eso, puede producir desde visión borrosa hasta ceguera. 3) Aquellos tejidos que no necesariamente son transparentes pueden ver modificadas sus funciones, produciendo alteraciones en la visión. Revisemos, entonces, la vulnerabilidad de los tejidos oculares, los cuales se encuentran clasificados en anexos oculares, segmento anterior y segmento posterior. Analicemos los anexos oculares. Los párpados son pliegues de la piel que se encuentran en par; superior e inferior, conformados por tejido músculo mucoso y que tienen como función la protección de la superficie anterior del ojo. El control de su funcionamiento depende del sistema nervioso autónomo, pares craneales cinco y siete, y de las alteraciones en su actividad, asà como, en su postura. Dichas alteraciones palpebrales pueden producir la aparición de lesiones de la superficie, desecación ocular, vulnerabilidad de la invasión microbiana, entre otras. El cierre palpebral o la capacidad para cerrar los párpados permite la compresión de la lágrima, promoviendo su recambio y la distribución de la misma. Las pestañas y sus folÃculos pilosos, asà como, las glándulas sudorÃparas, todas ellas estructuras especializadas de los párpados, tienen como función proteger al ojo de agentes extraños. Por su parte, la lágrima es un fluido no newtoniano distribuido de forma no homogénea en la superficie ocular, originado en la glándula lagrimal ubicada en la porción superior temporal de la órbita y en glándulas accesorias localizadas en la conjuntiva y los párpados. Tiene como funciones proveer el ojo de una superficie ocular óptima, proteger al ojo de la presencia de agentes extraños y la invasión microbiana y abastecer a la córnea de solutos, nutrientes y oxÃgeno. Aunque existen muchas formas de explicar la estructura lagrimal, el modelo más utilizado es el modelo trilaminar, que indica que tengo tres capas de lágrima que, normalmente, de afuera hacia adentro son: la capa lipÃdica, la capa acuosa y la capa mucÃnica. La capa lipÃdica se encuentra formada por un cúmulo de fosfolÃpidos provenientes de las glándulas de Meibomio, asà como, algunas glándulas accesorias en la conjuntiva. Dentro de sus funciones se encuentran: evitar el derramamiento de los componentes lagrimales sobre el rostro del paciente, evitar la migración de la grasa de la frente hacia la superficie ocular, proveer estabilidad a la pelÃcula lagrimal, evitar las modificaciones de la viscosidad, tixotropÃa y evitar la evaporación lagrimal. Por su parte, los fosfolÃpidos se encuentran clasificados en: de baja polaridad y de alta polaridad, en una relación 90% por ciento, 10% por ciento, respectivamente. La importancia de esta clasificación es que los fosfolÃpidos de alta polaridad son altamente iónicos, por lo que pueden generar un cúmulo de fármaco en esta capa; el cual, difÃcilmente, tocará la córnea y, en consecuencia, no podrá penetrar al ojo. La capa acuosa es la más abundante de todas. Tiene como funciones la nutrición de la córnea, el otorgamiento de oxÃgeno y sirve como barrera para la adherencia de sustancias a la superficie corneal. En su conformación se encuentran solutos nutrientes y, por lo menos, unas 1.500 proteÃnas distintas, dentro de las cuales se encuentran: la IgA, lactoferrina, proteÃnas G y albúmina. La importancia de la presencia de dichas proteÃnas se encuentra en la posibilidad de generar reservorios de fármaco, en esta capa. El volumen y el recambio de esta capa están regulados por el sistema nervioso autónomo. Finalmente, la capa mucÃnica está compuesta por el glucocálix del epitelio corneal. Estas glicoproteÃnas Mux producidas por las células de Goblet, en la conjuntiva, son altamente iónicas, lo que evita la posibilidad de ser lavado por el flujo lagrimal y promueve la penetración de los mismos al ojo. Es importante mencionar, que la mucina permite que el epitelio corneal hidrófobo distribuya la porción acuosa de la lágrima. La conjuntiva es un tejido que recubre la superficie ocular desde el borde de la córnea hasta la porción posterior de los párpados. Se encuentra compuesta por una capa de células epiteliales y una porción de tejido conjuntivo, la cual, está vascularizada, permitiendo una coloración rosada sobre la porción blanca del ojo. Su función es la protección de la superficie ocular. La implicación farmacológica de este tejido toma importancia cuando el fármaco produce ruptura del epitelio, para poder penetrar o con la formación de cúmulos de fármaco en el estroma de la conjuntiva, condiciones que habitualmente promueven la presencia de signos de inflamación como hiperemia o enrojecimiento o elevaciones indicativas de lesión, folÃculos o papilas. Comentemos algunos datos interesantes de la revisión de anexos oculares para recordar: 1) Ten presente que la regulación de la secreción lagrimal depende del sistema nervioso autónomo, de modo que, la secreción es un reflejo de defensa que puede ser alterado, incluso, por la instigación de alguna sustancia en la superficie ocular. 2) El volumen lagrimal se encuentra reportado entre siete y 10 micro litros, un volumen muy pequeño comparado con las gotas de medicamento, las cuales, pueden tener un volumen de entre 10 y 70 micro litros, lo que deberÃa hacernos pensar que colocamos más del 100% por ciento de lo que puede soportar la superficie ocular. 3) El fondo de saco puede expandirse y permitir un volumen de hasta 30 micro litros, aumentando la posibilidad de retención de lÃquidos. 4) El recambio basal de la lágrima es de 16% por ciento por minuto, por lo que, aquellos medicamentos colocados en la superficie tendrán cerca de ocho minutos antes de ser eliminados por la lágrima. 5) El recambio lagrimal con algún estÃmulo puede aumentar hasta 30% por ciento, por lo que, una mala aplicación de fármaco puede disminuir el tiempo de estancia de 10 a tres o cinco minutos. 6) El parpadeo reflejo tiene la capacidad de producir un recambio lagrimal hasta en un 70% por ciento. Como pudiste ver, los anexos oculares tienen importancia en la distribución de los fármacos. Es importante, porque eso nos podrÃa permitir saber si el fármaco puede o no entrar al ojo. En el siguiente vÃdeo vamos a analizar las estructuras del segmento anterior. ¡No te lo pierdas!