[MÚSICA] [MÚSICA] En primer lugar comenzaremos por dar una definición sobre qué es el discurso del odio. La definición que da la comisión europea en un texto sobre el racismo y la intolerancia de 2016 es la siguiente. Entendemos el discurso del odio como fomento, promoción o instigación, en cualquiera de sus formas, del odio, la humillación o el menosprecio de una persona o grupo de personas, así como el acoso, descrédito, difusión de estereotipos negativos, estigmatización o amenaza con respecto a dicha persona o grupo de personas y la justificación de esas manifestaciones por razones de raza, color, ascendencia, origen nacional o étnico, edad, discapacidad, lengua, religión o creencia, sexo, género, identidad de género, orientación sexual y otras características o condición personales, es decir, el discurso del odio lo que hace es estigmatizar a las personas a partir de estereotipos o de prejuicios y utilizar aquellas características que puedan destacar para criminalizarlas y para construir en el discurso del odio lo que podríamos llamar, la imagen de un enemigo. Existen otras definiciones, otras soluciones al discurso del odio como la frase de Martin Luther King que podemos recordar sobre No saciemos nuestra sed de libertad tomando de la copa de la amargura y del odio. Lo que nos recuerda este gran político es que no se puede construir la libertad a partir del odio. O sea, no podemos construir nuestras ansias de poder o de libertad o de justicia a partir de una construcción de un discurso del odio contra otras personas. Para comprender qué es el discurso del odio yo creo que también podemos hacer uso de la poesía. Veamos por ejemplo, esta poesía de Sam Keen que nos habla de las caras de los enemigos de la reflexión sobre el odio y dice así. Para crear un enemigo toma un lienzo en blanco y esboza sobre él las figuras de hombres, mujeres y niños. Hunde la brocha en el pozo de la propia oscuridad. Dibuja en el rostro de tu enemigo la envidia, el odio, la crueldad que no te atreves a admitir como propias. Ensombrece todo asomo de simpatía en sus rostros. Borra cualquier resto de la mirada de amores, esperanzas y miedos que residen en el calidoscopio de su corazón infinito. Deforma su sonrisa hasta que parezca el aspecto tenebroso de una mueca de crueldad. ¿Qué nos está diciendo esta poesía? Nos está diciendo que el discurso del odio lo alimentamos con nuestros propios miedos, con nuestras propias frustraciones, es decir, muchas veces alentamos el odio por no mirarnos a nosotros mismos y ver nuestros defectos y nuestros miedos. Y además exageramos las características de la otra persona para fomentar una crueldad que en realidad no debería existir. La definición del discurso del odio debería ir a la par de lo que es la definición, de lo que llamamos la construcción de la imagen del enemigo. Para construir ese discurso del odio antes necesitamos un enemigo, ya sea una persona, ya sea un grupo de personas. La imagen del enemigo se construye primero a partir de la desconfianza, de culpar al enemigo de todo lo que nos sucede, de tener hacia él siempre una actitud negativa, de identificarlo siempre con el mal, con lo peor, de verlo desde una actitud negativa pero simplificando siempre sus características, negando si es posible siempre la individualidad, tendemos a decir que el enemigo siempre es todo aquél que cumpla unas determinadas características con lo cual lo que hacemos es construir la imagen del enemigo como grupo, ¿no? Cómo todos aquellos que sean iguales. Y después y fundamental, negamos la empatía. Somos incapaces de ponernos en el lugar del otro, nunca nos ponemos en el lugar del enemigo, porque sería la primera conducción para resolver el conflicto, para comprender su manera de actuar. La imagen del enemigo es escencial para construir un conflicto, para hacer que un conflicto tenga sentido. Por eso muchas veces muchos políticos, muchos mandatarios en muchas situaciones lo que se hace es para poder realizar ese conflicto para saciar esas ansías de guerra o de conflicto, se construye la imagen del enemigo para poder hacerlo. Y cuando esa imagen del enemigo no cumple las condiciones que nosotros deseamos, pues entonces puede pasar como Mandela o como Gandhi que acabamos encarcelándolos o acabamos intentando marginándolos. El discurso del odio en los medios digitales actuales hace que sea muy díficil a veces distinguirlo. Los medios digitales actuales, la gran cantidad de información que hay, la gran cantidad de discursos del odio que podemos encontrar en los medios digitales nos lleva a reconocer una de las características más fundamentales de estos medios y es que por un lado, son una gran oportunidad de aprendizaje y una gran oportunidad de comunicación pero por otro lado, fomentan el odio y fomentan la imagen del enemigo como afirma Kaufman, ¿no? El valor agregado más importante de internet, que es la facilidad que otorga para que se conozcan las culturas produce un efecto colateral y este efecto colateral es pues todos esos, todas esas personas que ejercen esa crueldad contra otros individuos, otros grupos culturales, etcétera. El discurso del odio en las redes sociales hace que para que puedan existir construimos aquello que se llama nosotros y los otros. Si no existe el nosotros, no podemos odiar a los otros. Por lo tanto, existe esta diferenciación que en realidad es una construcción bastante absurda. Nosotros, nosotros esos grupos que llamamos nosotros nunca son homogéneos, nunca tienen las mismas características y seguramente serían muy difíciles de reconocer individuo por individuo. Y los otros tampoco son, siempre lo que nosotros hemos, cómo nosotros los representamos o cómo nosotros los imaginamos. Por lo tanto, esa es una construcción que la educación debe ayudar a reconocer y a desmontar. Con lo cual conseguiríamos desarrollar una serie de capacidades para poder entender ese discurso del odio y construir contra relatos. Dice Susan Sontag que no debería suponerse un nosotros cuando el tema es el dolor de los demás, ¿no? Es decir, todas las personas tienen problemas, todas las personas de quieren construir un futuro mejor y por lo tanto, ese es el tema. El tema no es intentar que una parte de la humanidad viva en unas determinadas condiciones a costa que la otra parte de la humanidad sufra. La imagen es una de los elementos que utiliza más el discurso del odio. La imagen en los medios de comunicación, en los medios digitales es un instrumento muy potente y a través del cual, no solamente del texto se comunica este discurso del odio. Por eso hemos de estar muy atentos no sólo a saber leer, interpretar críticamente los textos, sino también las imágenes. Debemos evitar esas imágenes que nos están comunicando prejuicios o estereotipos. Es algo que también aparece en los comics, en el cine, que se pueden convertir también en fomentadores del discurso del odio, en comunicación y en traspaso del discurso del odio. Aunque también tenemos en cuenta que el cine por ejemplo, también puede actuar en sentido contrario. También puede aportar imágenes alternativas, esta doble posibilidad del cine, otros medios, como traspaso del discurso del odio o como alternativa al discurso del odio contra relato, es algo que también debe tratarse en la educación y es importantísimo que se trabaje en los estudios sociales. La manipulación informativa es algo que también alimenta muchísimo los prejuicios, los estereotipos y acaba fomentando también el discurso del odio. Culpar al otro, culpar a los otros, culpar a otras culturas, culpar a personas diferentes a culturas diferentes a la nuestra, es una manera de construir discurso del odio. Por ejemplo, lo que ha pasado con la pandemia y la actitud de determinados mandatarios de culpar a un país o a una cultura de lo que pasa a nivel mundial. Muchas gracias. [MÚSICA] [AUDIO_EN_BLANCO]