Hola de nuevo, otro de los factores que contribuyo a construir normas corales en el comercio fue la religión, la coincidencia de valores religiosos y al menos la coincidencia de un dios común fueron la espina dorsal de la primeras redes comerciales reguladas. Para muestra un botón, las diferencias religiosas entre Europa y Oriente Medio fueron un gran obstáculo para el comercio de larga distancia y sin embargo la dominación cristiana que ejerció Europa en Asia y Africa creo las condiciones para un comercio común con aquellos destinos. En fin, que dios también tiene algo que decir en la gobernanza global. El temor de dios fue la principal restricción que permitió definir unas normas de comercios homogéneas eso y el miedo a la mala reputación. Hemos hablado extensamente de la gobernanza financiera comercial y sanitaria, incluso hemos querido plantearos situaciones en las que la cultura, los valores y la religión determinan comportamientos y conductas globales muy dispares. Dicho esto, en situaciones de conflicto, cuando la prevención fracasa se inician los conflictos y también existe por irónico que pueda parecer, la gobernanza de la guerra y la gobernanza de la guerra también tiene sus historia detrás, que empieza con otro hombre, Henri Dunant. Dunant era un hombre de negocio suizo y activista de la causa humanitaria escribió el libro Un recuerdo de Solferino, en el que contaba sus recuerdos y experiencia de la batalla de Solferino, que enfrentó a los ejércitos francés y austriaco a mediados del siglo 19. Recordemos que 40.000 soldados quedaron mal heridos en el campo de batalla debido a la falta de instalaciones, personal y treguas para proporcionar asistencia médica en el campo de batalla. Al volver a su Ginebra natal, Dunant publicó su libro e instó a convocar una conferencia internacional; que serviría en 1863 para crear la Cruz Roja y la Cruz roja fue un año más tarde el promotor del primer convenio de Ginebra en el que por primera vez en la historia se definían las normas del derecho internacional para la protección de las víctimas durante los conflictos armados. [AUDIO EN BLANCO] Vamos con otro ejemplo, este más prosaico pero igual de importante. Con la globalización también fueron creciendo el uso del transporte y las comunicaciones por lo que empezaron a generarse nuevas necesidades de coordinación internacional, por ejemplo, ¿Qué hora es? ¿O, cómo enviamos correo al extranjero? Hoy en día muchas de estas prácticas ya están protocolizadas y nos puede resultar increíbles de creer, pero a principio del siglo 19 no regía un orden mundial como hoy. Había telegramas, pero ningún protocolo de envíos y había relojes, pero ningún referencia horaria común, asi que no era del todo sencillo y es que la regulación siempre ha ido detrás de la tecnología, incluso muy por detrás. En el caso de las comunicaciones no se regularon hasta 1873, cuando se establecieron las primeras normas comunes y la Universal Postal Union. Con la hora ocurrió algo parecido, debido al uso creciente y cada ves más masivo de trenes con mercancías y telégrafos era importante acordar una hora común. Hasta el 1882 no existió una hora de referencia, para saber fácilmente que hora era en otro lugar y fue entonces, cuando por iniciativa de Estado Unidos se estableció en punto meridiano en Greenwich como hora latitud 0, desde lo que definiría la hora en los demás rincones del mundo. Todos estos ejemplos de gobernanza global, como habréis notado, respondían, por lo general, a acuerdos técnicos, ofrecían soluciones a problemas prácticos o morales, pero que no requerían en ningún caso la sesión de soberanía de los estados, ni comprometían los intereses vitales, ni económicos de ninguna nación es decir, eran acuerdos sin coste financiero o político, incluso si avanzamos hasta 1948 cuando se firma la declaración universal de derechos, se hace sin cesión alguna de los estados, en la medida que es una declaración de intensiones y no hay ningún mecanismo para constreñir a los países que no lo respeten. El problema es que hoy en día, los riesgos globales, a los que nos enfrentamos, deben afrontar se desde una perspectiva de gobernanza global en la que los estados nación depositan parte de su soberanía, sus recursos, e incluso confían parte de su seguridad al conjunto formado por los demás. En el mundo moderno a efectos prácticos, un mundo sin fronteras para bienes, capitales y patógenos con consecuencias climáticas que nos afectan global mente, las carencias de gobernanza son el mayor reto de la globalización moderna. Otra muestra en este sentido se refiere a uno de los problemas más acuciante de la era moderna. La proliferación de armas de destrucción masiva, especialmente nuclear, el tratado de no proliferación de armas nucleares se firmó en 1968 concediendo el derecho a poseer armas nucleares a Estados Unidos, Reino Unido, Unión Soviética, Francia y China. Es decir, los cinco miembros permanentes con derecho a veto, en el consejo de seguridad de Naciones Unidas, aunque ese no es el caso, lo importante del tratado era su espíritu, la limitación y eliminación progresiva del arsenal nuclear a nivel mundial, pero desde entonces se ha seguido en la otra dirección. Incluso Estados Unidos ha ido en sentido opuesto, anunciando el desarrollo de nuevas armas y retirándose del Anti-Ballistic Missile Treaty que limitaba los sistemas de defensa contra armas nucleares. También en el terreno del cambio climático Estados Unidos durante mucho tiempo contralideró el espíritu general surgido del protocolo de Kyoto, acordado por la comunidad internacional. La paradoja del retroceso del liderazgo americano es que Estados Unidos fue, precisamente, el gran impulsor de la arquitectura de gobernanza global durante y después de la Segunda Guerra Mundial. El orden que hoy conocemos, nació del impulso estadounidense, en la conferencia de Bretton Woods y hoy, es el mismo país, el que está bloqueando el avance de la instituciones que fundó y que, como veréis en las próximas sesiones, están quedando obsoletas para responder a las tendencias y retos globales que nos acechan.