[MÚSICA] Como en cualquier interacción humana, en la empresa familiar la comunicación es un elemento fundamental. En las anteriores unidades hemos visto la importancia del contexto para que tengan lugar las diferentes conversaciones y también la necesidad de separar los roles entre los miembros de la familia. cuando actúan como familiares o cuando actúan como parte de la empresa. Aquí daremos un paso más y nos vamos a fijar en las relaciones comunicativas. Veamos exactamente a qué nos estamos refiriendo. Cuando dos o más personas interactúan siempre hay dos niveles de interacción, uno es el contenido, aquello de lo que se está hablando y el otro es la relación. La famosa expresión leer entre líneas significa eso precisamente, fijarse en las relaciones entre las persona y los mensajes que no se dicen en voz alta pero que están presentes. Por ejemplo, cuando dos personas se gustan, es frecuente que se citen a tomar algo, explícitamente están manifestando una cosa, pero la relación entre ambos permite leer entre líneas que la finalidad con la que se encuentran no es tomar una cerveza porque tienen sed, sino para disfrutar un rato juntos. En una interacción entre dos personas es importante distinguir como hemos dicho entre el contenido, aquello de lo que se está hablando y la relación, el tipo de relación que se está estableciendo. En la empresa familiar esta distinción es todavía más importante porque la relación es fundamental porque es con mi hijo, con mi padre, con mi hermana, con mis primos. La relación dificulta muchas veces poder tratar los temas que hay que tratar. Si le digo a mi hermano que creo que no tiene capacidad para llevar la empresa, se enfadará conmigo e igual romperemos la relación. Como la relación es muy importante en la empresa familiar, dado que hablamos de la familia con frecuencia, nos abordamos temas que deben ser tratados, es decir no se lo voy a decir a mi hermano para que así no se enfade. Cuando dos personas o dos grupos se comunican, toman posiciones en la relación que son independientes del contenido. Como son conversaciones a dos hablaremos de la díada, y las posiciones que ocupan pueden ser de igual a igual o de arriba a abajo. La relación de igual a igual es la que existe entre personas que consideran al otro como un igual, valga la redundancia. Las encontramos entre compañeros de trabajo, hermanos, miembros de un equipo deportivo. Las relaciones de arriba a abajo, uno de los actores se sitúa por encima por su experiencia, por su conocimiento, por su autoridad, y el otro se sitúa abajo. La encontramos entre el jefe y el empleado, entre padres e hijos, entre profesores y alumnos. En las relaciones de pareja, hay parejas que se relacionan como iguales, y hay parejas quizá más tradicionales que se relacionan desde arriba a abajo, en el que el hombre suele situarse arriba y la mujer suele situarse abajo. Para que una relación sea adecuada deben cumplirse dos condiciones, primera que ambos estén de acuerdo y que por lo tanto no compitan por quién está arriba y la segunda es que sea funcional, es decir que sea una relación que permita cumplir el objetivo de esa relación. Vayamos con el acuerdo. Una pareja puede relacionarse desde la igualdad o desde arriba y abajo, ambas son adecuadas, siempre y cuando ambas estén de acuerdo. Lo malo es cuando uno quiere situarse arriba y el otro no lo acepta. Y por lo tanto quieren que sean iguales, y aquí se produce un juego entre ellos, o dos hermanos que uno quiere situarse en igualdad, y el otro quiere situarse arriba porque es mayor, porque está mejor formado, o porque se siente el más listo, entonces surge la rivalidad entre ellos. El otro criterio es la funcionalidad, una relación tiene un objetivo funcional. y en función de cuál sea este objetivo funcional, una relación será mejor que otra. Y la relación entre el profesor y alumno es mejor que sea de arriba y abajo, pues el profesor es el que define la materia, la pedagogía, ¿no? Lo mismo en la relación padre e hijo hasta cierta edad, pero todos hemos visto relaciones disfuncionales al ver que los padres quieren ser amigos de los hijos, por ejemplo. Y entonces el padre se baja y se sitúa al mismo nivel que el hijo, ¿no? El padre es padre y cuando los hijos son pequeños debe estar arriba. En la empresa familiar lo importante es no ser rígido en la pauta relacional, es decir que se pueda modificar con el paso del tiempo y también en función de las circunstancias. Hemos dicho que la pauta natural entre padres e hijos es de arriba a abajo, pero hasta determinada edad, llega un momento en que los hijos you son maduros y tienen que poder relacionarse como iguales con sus padres, es decir tienen que hacer un movimiento hasta situarse a nivel de igualdad. Esa es la base del problema de la adolescencia, este proceso que dura muchos años, lo recorren algunas familias con cierta capacidad relacional con tranquilidad mientras que para otras menos competentes desde el punto de vista relacional puede ser un proceso enormemente conflictivo. En las familias empresarias este proceso suele ser aún más complicado. Si mi padre es quien define mi sueldo, es quien define qué puesto de trabajo ocupo, voy a estar siempre en una situación de abajo, aunque tenga 40 o tenga 50 años. Hay asociaciones de familias empresarias que tienen programas para junior generations en las que forman parte algunos hijos cuarentones. Cambiar este patrón relacional para que ambas generaciones en primera instancia se sitúen al mismo nivel y en segunda instancia la generación joven se sitúe arriba es una de las mayores dificultades de la empresa familiar. Lo mismo sucede con la igualdad. Es el patrón relacional entre hermanos, por lo tanto si hay 3 hermanos, habrá 3 directores generales. La familia empresaria debe aprender a manejar la alternancia, ¿y qué significa la alternancia? Es aprender a relacionarse de una forma diferente, a veces como iguales, a veces arriba abajo, en función del contexto. Esto es algo que hacemos todos con normalidad, es decir así como la relación entre un profesor y un alumno adulto puede ser de arriba a abajo cuando está en el aula, pero cuando van a cenar, se celebra una cena de fin de curso por ejemplo, la relación es de igual a igual, el profesor no se sitúa arriba. De ahí la importancia de los contextos institucionalizados en la empresa familiar como you hemos visto. En el contexto consejo de familia, la familia debe practicar la igualdad, los padres deben aprender a situarse como iguales con sus hijos y estos entre sí. Son iguales en la que todos son miembros de una familia empresaria y todos quieren desarrollar proyectos juntos. Sin embargo en el contexto consejo de administración, no todos son iguales. Aquí lo que define la relación no es la pertenencia a la familia, sino la capacidad de los miembros para imaginar y decidir estrategias. Lo mismo sucede con el comité de dirección, aquí lo importante no es ser hermanos, sino cuál es el perfil de competencias de cada uno. Con mucha frecuencia se produce confusión en estos contextos, así por ejemplo el hermano más preparado puede intentar situarse arriba en el consejo de familia, dado que él es el director general. Cuando realmente está formando parte del consejo de familia en el rol de hermano y no en el rol de experto, por lo tanto es un igual. Lo mismo puede suceder en el consejo de administración, en el que el hermano menos competente no pueda reconocer las capacidades para liderar de su otro hermano, dado que él también es hermano y por lo tanto quiera situarse en igualdad. Con frecuencia la capacidad para desarrollar compañías va asociada a la capacidad relacional, muchos grandes líderes empresariales se sitúan siempre arriba de una forma rígida, lo que suele generar enormes diferentes para la empresa familiar a largo plazo. Hasta aquí hemos visto la díada, es decir las relaciones de dos. ¿Pero qué pasa cuando se suma un tercero? La respuesta la tenemos en la siguiente unidad. [MÚSICA]