A través de este módulo
hemos revisado lo que llamamos un sistema de gestión de buenas prácticas
de administración o liderazgo o dirección de personas.
Este sistema es el fruto de una larga revisión de la literatura,
de la teoría y sobre todo de un trabajo práctico en terreno con
cientos de empresas con las cuáles hemos ido trabajando,
investigando en terreno, por cierto.
Y descubriendo cuáles son las mejores prácticas que hacen la diferencia de estas
empresas sobre todo pequeñas y medianas con respecto a otras que logran
productividad y que logran un desarrollo humano integral respecto
a empresas similares o empresas competidoras.
Este sistema de buenas prácticas de gestión de
personas se compone de diez elementos.
Los primeros siete elementos son las prácticas más clásicas pero con un
énfasis y una lógica distinta que usted ha visto en este
módulo que son las prácticas entre comillas más habituales,
pero insisto con un giro distinto en lo que es la gestión de personas.
Esas siete prácticas son cómo incorporamos adecuadamente al personal,
cómo lo seleccionamos al ingresar a la organización.
Cómo organizamos adecuadamente el trabajo en segundo lugar.
Cómo innovamos desde la base con la participación de todos los trabajadores.
Cómo evaluamos resultados y competencia en una empresa.
Cómo damos oportunidades de crecimiento a las personas.
Cómo mejoramos y como intensificamos la capacitación.
Y como compensamos,
remuneramos adecuadamente el trabajo de las personas para lograr insisto,
un doble objetivo de mayor productividad y un desarrollo humano integral.
Todas estas prácticas, usted ve que logran estos objetivos simultáneos y eso es lo
que hemos ido transmitiendo en este módulo.
Pero hay tres prácticas adicionales que completan nuestras diez prácticas del
sistema que son basales, que son fundamentales para que estas siete
prácticas que acaban de mencionar, estas siete políticas,
estas siete actitudes hacia la organización puedan funcionar.
Estas tres prácticas son seguridad en el trabajo,
tengamos empresas sanas y seguras.
En segundo lugar, tengamos una infraestructura adecuada, digna,
no lujosa pero digna, para todas las personas que trabajen en ella, desde la
gerencia general hasta las personas que trabajan a nivel operativo administrativo.
Y en tercer lugar un liderazgo moderno del siglo 21, no de los siglos anteriores,
que se base más en el apoyo, en el acompañamiento, en el ir trabajando con
las personas sus tareas, sus funciones, y no solamente controlando.
Este es el conjunto de buenas prácticas,
de diez buenas prácticas que hemos ido mirando en el tiempo como
logran cerrar o ir cerrando esa brecha de productividad entre las empresas pequeñas
y medianas y las grandes empresas, y poder lograr empresas competitivas no
solo a nivel nacional sino a nivel también regional y global.
Esperemos que le vaya muy bien y que estas herramientas sean de mucha utilidad.