[AUDIO_EN_BLANCO] [MÚSICA] Bienvenidos. En la sesión anterior, you reflexionamos sobre una idea que consideré importante, que es que el orador es parte del mensaje. Dentro de esta idea básica, pues you anunciamos que en sesiones posteriores pues hablarÃamos sobre esta realidad. Hoy quiero detenerme en la actitud y el comportamiento que debe tener el orador cuando va a hablar en público. you, repito, es parte del mensaje. Un orador que no perciba en la audiencia una actitud adecuada pues genera rechazo, por lo tanto, casi dará igual lo que diga, no va a obtener lo que pretende. Por lo tanto, la idea inicial es que la audiencia siempre valora extraordinariamente una actitud positiva del orador, que vea que se ha tomado en serio su intervención, que le vea voluntad y deseo, o de agradar en su caso, de aportar valor o de transmitir conocimiento o experiencia. La audiencia agradece una actitud comprometida, agradece ver a un orador motivado, no hay nada más que desmotive a una audiencia que un orador desmotivado, eso se contagia, ¿no? Por eso you vimos cómo si el orador se cree la materia de la que habla pues transmite convicción, si se la ha preparado, transmite conocimiento. En ese primer apunte el orador debe, por una actitud positiva, haberse preparado la intervención, debe haber conocido un poco la audiencia y pensar qué valor puede aportar, y la audiencia tiene que percibir que el orador se lo está tomando en serio, con respeto, que se ha trabajado en la intervención y que quiere aportar ese valor. Estos son intangibles, algo que está dentro, pero que la audiencia percibe. Tú piensas cuando oyes hablar a una persona si tú has sentido que se la ha preparado, que te está aportando valor y que se tome interés pues lógicamente vas a tener una actitud distinta hacia ella, que si el orador, bueno, pues está improvisando, ves que no se la ha preparado o sencillamente no tiene pues conocimiento sobre la materia. Por eso, no solamente un orador tiene que saber de lo que habla, sino que tiene que tener una actitud positiva, de entrega y deseo de compartir o convencer pues a los demás. ¿Cómo se debe uno preparar? Bueno, el orador que sà debe tener conocimiento en la materia, debe de inspirar autoridad. Esta autoridad no se debe expresar nunca desde la soberbia; uno no puede llegar altivo, no puede dar la sensación de que sabe más que los demás, o que desprecia el conocimiento de los demás o que no le interesa la opinión de los demás. Un orador debe comportarse, su actitud debe ser la de, bueno, de compartir, de aportar al conocimiento que se tiene, de aportar valor, de contar la propia experiencia. Las personas agradecen muchÃsimo que cuando demos una idea la concretemos en un ejemplo y, además, si el ejemplo es del propio orador, lo hace carne, pues todavÃa llega con más fuerza; por eso el comportamiento, en el discurso hay que hablar de ideas generales, pero concretarlas en ejemplos, ejemplos que sean cercanos, a las personas que nos oyen, y eso nunca desde la soberbia, sino de, bueno, pues una razonable complicidad. Cuando un orador va a hablar en público depende del foro, ¿no? Pero en general, en cualquier ámbito, bien sea pues un congreso, una conferencia, una reunión de venta o una asamblea de una organización o un partido polÃtico o una asociación diversa, siempre hay varias cosas claves. Uno, hay que llegar antes de que empiece su intervención. Hay personas que llegan a última hora, con lo cual no solamente interrumpen, dan la sensación de acelerado, sino que se ha perdido las intervenciones anteriores. Yo siempre recomiendo llegar antes de la intervención propia. ¿Por qué? Primero, por educación, te da tiempo de saludar a la gente, hablas, estableces una relación humana, pero también porque oyes a otras intervenciones, te sitúas en escena, te han contado qué ha ocurrido, tú percibes sus prioridades, con lo cual no tiene nada que ver con la seguridad que sale a hablar una vez que has aterrizado, es decir, que llevas un rato con ellos, que cuando llegas de repente como en un paracaÃdas y te tiran a hablar, ¿no? Eso no suele salir bien. Por tanto, el decálogo del comportamiento del orador está el de llegar antes de su intervención, hablar con la gente, compartir y aterrizar en el lugar. Yo recomiendo siempre, además, escuchar las intervenciones anteriores; una vez expuesta la propia, escuchar también de alguna al menos de las personas que suceden, ¿no? Lo más terrible que hay, y probablemente lo hayas visto en algún acto, es aquella del orador que llega, interrumpe a los demás, se pone adelante, ha llegado tarde, nada más que termina sale corriendo, porque da una sensación de, bueno, como si la audiencia no fuera importante, como de decir, el importante soy yo que no tengo tiempo y vengo acelerado. Por favor, no lo hagas. Eso, dado que tú eres parte del mensaje, mantén una actitud de respeto, y el llegar a tiempo, un poquito antes, escuchar y situarte, te va a dar herramientas emocionales de conexión con las personas y herramientas de anclaje para poder ubicarlo. Cuando comiences tu intervención no lo hagas ni desde la soberbia, pero tampoco de subestimarte a ti mismo. Tan malo es decir, oye, yo que me lo sé todo, me digno a hablar con vosotros, como tan malo es decir, oye, bueno, me han invitado, yo no sé mucho de esto, agradezco, espero no meter mucho la pata. Claro, si la audiencia percibe que el orador se está minusvalorando en exceso, va a disminuir el crédito de su intervención, va a decir, oye, si no sabes de lo que hablas, ¿para qué vienes a hablarme? No me hagas perder el tiempo. La audiencia es muy agradecida, muy agradecida, con la actitud y el comportamiento correcto y con percibir valor. Por eso yo recomiendo que cuando, igual, que no se puede uno sobreestimar, tampoco se puede minusvalorar en un inicio porque realmente generarÃa pues desconexión de la gente que perderÃa el interés en las palabras. Hay que ser educados. Y la actitud y comportamiento de un orador comienza desde antes de su intervención, habiendo hablado con los organizadores pidiendo información del acto, anticipando un poco lo que va a decir, llegando a tiempo, saludando cortesmente, como durante su intervención no siendo soberbio ni valorándote, saludando a la gente. A la hora de saludo, un consejo, depende del foro, ¿no? Pero muchas veces personas que en foro público pues van saludando algunas personas en función del cargo que tiene, pues señora alcaldeza o señor director o, en fin, va nombrando los distintos cargos. Hay que tener mucho cuidado con esto porque, aunque es verdad que se halaga a la persona nombrada, es verdad que si se nos olvida a alguna persona de nombrar, te has ganado un enemigo. Los egos son muy importantes para muchas personas y es normal que asà sea y, por tanto, el orador debe gestionarlo muy bien. O tienes certeza plena de que no vas a dejar a nadie que tengas que nombrar sin nombrar, o mucho más vale los saludos genéricos, queridas amigas y amigos, autoridades, organizadores, muchas gracias, enhorabuena, etcétera. Tienes que tener claro que cada persona que dejes de nombrar es una persona que ha generado un rechazo a tu persona y tu intervención. El respeto a los demás también te lleva a cumplir los tiempos. Esto es muy importante. Y una y otra vez, por favor, tu intervención debe atenerse al tiempo que te conceden, no hay nada más que hunda más una intervención, que hunda más el prestigio de un orador, o que consiga que las personas que lo escuchan desconecten, que alargarse en demasÃa. Cuando no tienes mucha experiencia, y ten mucho cuidado, empezamos a hablar y no nos damos cuenta que el tiempo pasa. Yo he estado en muchas reuniones o he visto oradores que han estado 40 minutos hablando y les habÃan concedido 15, y sale la persona del atril o de hablar y dicen, ¿has visto qué poco de tiempo has estado? Porque no controla ese tiempo. Tú tienes que hacer y prepararte la intervención para atenerte al tiempo. you hablaremos un poquito más del tiempo porque le doy mucha importancia, pero en todo caso quédate con la idea que el tiempo no solo es bueno para mantener el enganche de la audiencia, sino que demuestra que te la has preparado y que tienes respeto por los demás ponentes y por las personas que participan que tienen que cumplir. En esta lÃnea de actitud y comportamiento, yo también incluyo que en muchas reuniones públicas o debates de empresas, de asociaciones, de negociaciones, vas a tener que contrastar opiniones con adversarios u opiniones opuestas. El consejo que doy encarecidamente, el respeto a la persona. Se pueden combatir o contrastar las ideas, pero no atacar nunca a la persona. Atención que hay una tendencia, una pulsión natural, cuando alguien te lleva la contraria o alguien no está de acuerdo contigo, el que ataquemos no solamente a sus posturas, sino también a su persona o a lo que representa. El buen orador o el buen negociador sabe que es totalmente legÃtimo el contraste de ideas y de opiniones, pero que no debe atacar a la persona. Eso se llama asertividad y es una actitud básica en el comportamiento de cualquier orador. ¿Qué es la asertividad? La capacidad de defender la postura propia sin necesidad de atacar o de insultar a la ajena, simplemente exponiendo las razones que nos llevan con firmeza, pero con firmeza educada, nuestro propio punto de vista. Eso se agradece muchÃsimo esa forma de comportarte y asà lo van a percibir pues la audiencia y los otros exponentes. Cuando hablas, y hablas en grupo, no solo vas a hablar para las personas que te escuchan, también estás hablando para los organizadores del acto y para los otros ponentes que están, los cuales merecen todo el respeto. Como resumen de esta sesión, donde he tratado de trasladarte alguna idea básica, es que el orador, la eficacia de lo que dice, el conseguir o no lo que pretende, que en última instancia you sabéis que es el fin de la oratoria, el conseguir lo que quieres conseguir a través del uso de la palabra, no va a depender solo de tu discurso, sino va a depender de tu comportamiento y tu actitud porque eres parte del mensaje. Reflexiona sobre lo que te he dicho, ahondaremos algunas de ellas, pero desde luego, tu comportamiento y tu actitud serán claves fundamentales del éxito de tus palabras. [MÚSICA] [AUDIO_EN_BLANCO]