[MÚSICA] [MÚSICA] Bienvenidos a esta nueva sesión de nuestro método para aprender a hablar bien en público. Hoy vamos a centrarnos en una cuestión que considero importante dentro del capÃtulo del comportamiento del orador, y es la gestión de los tiempos. Una intervención debe tener un tiempo y hay dos tipos de lÃmite de tiempo, por una parte un lÃmite propio que marca el orador, que es el tiempo que precisa para trasladar su idea o su punto de vista, pero hay otro que si cabe, más importante, que es el que le concede la circunstancia o que le concede el organizador. Normalmente cuando vamos a hablar en público si es un congreso, si es una intervención polÃtica, si es dentro de unos cursos, el tiempo está trazado, si hablamos con otros oradores pero normalmente nos dan 15 minutos o 20 minutos o cinco minutos o media hora, cada organización concede un tiempo determinado, es fundamental que seamos respetuosos en el cumplimiento de ese tiempo. Normalmente, muchos oradores, sobre todo los no experimentados, que cuando toma la palabra pierde la noción del tiempo, empieza a hablar y tiene la sensación de que el tiempo no pasa pero el tiempo pasa, cada segundo el segundero da un paso, ¿no? Y eso hace que en muchas ocasiones se prolonguen hasta el aburrimiento alguna de las intervenciones e esos oradores que no cumplen el tiempo, ¿y qué ocurre? Primero, que aburre a la audiencia, segundo, que da una sensación que no se ha preparado en la intervención, tercero, que no respeta a la organización, cuarto, que falta la educación y el respeto a los otros ponentes que tienen su tiempo, que van a tener que acortar porque este orador se extendió, y quinto, porque corre un riesgo muy cierto, lo habrás comprobado alguna vez, oradores que le han tenido que decir por favor, termina, y cuando tú estás hablando y de repente tienes que cortar, remata mal el discurso, has dejado cosas sin decir, a lo mejor lo más importante, y de alguna forma haces un poquito el ridÃculo ante los demás. Por eso, por este conjunto de cosas y mucha gente no recae, un orador debe atenerse al tiempo concedido, que no es fácil, que lo sé, porque eso significa que tienes que prepararte el discurso en función del tiempo, ¿cómo se consigue? Trabajándolo, trabajándolo en casa. Fijaros lo que decÃa Churchill que me parecÃa muy invocador cuando lo leÃ, ¿no? Churchill era un buen orador, y el dijo, si me dan un discurso, si me dan que tengo que producir un discurso, tardo un mes un prepararlo, si me dan, me dicen que tengo que pronunciar un discurso de una hora de duración, tardo una semana en prepararlo, pero si me dicen que puedo hablar todo el tiempo que quiera, comienzo ahora mismo. ¿Qué significa? Que, claro, cuando hay un tiempo acotado y quieres decir algo tienes que preparártelo muy bien para que no se te olvide nada de lo fundamental que quieres decir, y, ¿eso cómo se consigue? Pues, como decÃa antes, trabajándolo. En general, también en oratoria es bueno aquello que sea [INCOMPRENSIBLE], ¿no? Lo bueno asà breve, dos veces buenos. Hay veces que hay que argumentar, adornar, cumplir el tiempo, pero, desde luego, lo que no podemos hacer es alargarlo, no hay nada más patético que ese orador que toma la palabra, habla un rato, you se extiende de su tiempo, y comienza a decir voy terminando, pero continúa. no dedicaré mucho más tiempo, pero sigue, concluyo, pero no lo hace, y se alarga, y se alarga, y cada vez que lo dice, he sido testigo como incluso la audiencia se rÃe, ¿no? Como diciendo. bueno, este hombre es incapaz de terminar porque no sabe cómo hacerlo, o realmente porque carece de la educación y respeto a los demás. Por tanto, es pecado mortal alargarse en exceso del tiempo concedido. Y, ¿cómo se, qué recomendaciones damos? Primero, dedicación, el tener muy claro qué es lo que queremos decir, un discurso de un orador siempre tiene que tener, lo abordaremos en la sesión correspondiente, un inicio que enganche, un desarrollo de la idea, fuerza que queremos transmitir, y un final que termine en alto, que llamamos, ¿no? O sea, que la audiencia le conmueva, le selle, Aunque tengamos menos tiempo para hablar, hay que respetar esa cadencia, ese ritmo de inicio, desarrollo y final, por tanto, lo que no podemos hacer nunca es cortar el discurso a la mitad, o dejar sin un buen inicio, o dejar sin un buen final. Por eso, el orador va a tener que hacer un esfuerzo de sÃntesis para meter dentro del desarrollo las idea que quiera hacerlo. También, el orador para atenerse al tiempo, va a tener que decir, si es un tiempo reducido, cuáles son las ideas fundamentales que quiero transmitir. Más vale, y esto es otra idea que debes tener muy en cuenta, ¿eh? Más vale transmitir con convicción, argumentación, una sola idea, que enumerar o picotear muchas de ellas, que sean algo epidérmico, superficial. asà no vas a conseguir, al final, nada, ninguna de ellas, ni te conectarán, por tanto, si tiene el tiempo agotado, mantén el ritmo de inicio, desarrollo y final, y céntrate en aquellas ideas fuerza que quieras transmitir, no quieras abarcarlo todo, primero, porque no vas a poder, y si lo haces, va a ser tan superficial que no lo vas a conseguir. Otro consejo muy importante, una vez preparado, una vez que has decidido cuáles son las ideas fuerza, y las que quieres destacar, prepararlo y pronunciarlo con un reloj delante, con un cronómetro, los cronómetros actuales no lo permiten, empieza hablar, lo pulsas, y mira la duración, hasta que no consigas tener tu intervención en el tiempo acordado debes probar una y otra vez viendo qué elementos retiras y qué elementos argumentativos dejas. Tienes que probarlo una y otra vez, una vez que lo has conseguido te doy otro consejo, porque una vez que tomas la palabra, es verdad que la noción del tiempo se pierde, y es verdad que te vienen ideas, y es verdad que a veces, pues tienes alguna anécdota curiosa que viene al caso, y esto hace que corras el riesgo de perder la noción del tiempo. Yo siempre hablo en público, pongo mi teléfono delante, mi reloj delante, pongo la hora que inicio y la hora a la que debo terminar según el tiempo concedido, y me he marcado a la mitad del discurso, si me dan diez minutos, a la mitad del discurso digo, aquà tengo you cinco minutos, y con lo cual a la mitad del discurso you veo si estoy cumpliendo o no ese tiempo, si son 20 o si son 30 puedo hacer una marca de paso o hacer dos de ella. Pero hazlo, por favor. no cometas ese error que es pecado mortal del orador de discurso largo, largo, largo, que te lo tienen que cortar, que dejas la mitad sin decir, que has molestado, que sales nervioso you porque cuando te cortan tienes la sensación de un final improvisado. Además eso, como decÃamos antes, la actitud de respeto del orador lo va a agradecer mucho la audiencia, y un discurso bueno, respetuoso al tiempo concedido, es un discurso doblemente eficaz. Y you sabemos que nosotros hacemos un curso de oratoria para eficazmente conseguir lo que queremos, y para ello el respeto del tiempo y preparar nuestra intervención con las ideas fuerza, respetando el inicio, desarrollo y final, es parte sin duda ninguna de clave de nuestra eficacia. No se trata tan solo de cómo lo dice, no se trata tan solo de qué dice sino también de en qué tiempo lo haces, por tanto, gestiona tu tiempo y tendrás otra de las claves del éxito de la oratoria eficaz. [MÚSICA] [MÚSICA]