Después de haber estudiado las dos formas verbales que nos van a ocupar en este curso, el subjuntivo y el perfecto, vamos a pasar ahora a conocer la estructura de la oración de predicado verbal en egipcio. De hecho, vosotros ya conocéis la esencia de esa estructura, porque se habló de ello en los vídeos propedéuticos que algunos de vosotros visionasteis por primera vez y otros refrescasteis en la primera semana de este curso. En esos vídeos, como recordaréis, se comentaba que una de las características principales de la gramática del egipcio clásico era que la oración de predicado verbal tenía una estructura VSO, es decir, verbo, sujeto, objeto. Vamos a profundizar un poquito más en esta cuestión. Efectivamente, la estructura básica es esa: verbo, sujeto, objeto. Entonces, fijaros en el recuadro rojo que os he puesto en esta diapositiva, donde tenemos de una forma más completa esa estructura. En primer lugar, tenemos el verbo, efectivamente, siempre delante, la forma verbal siempre delante. Luego, tenemos el sustantivo que hace de sujeto, y estas dos partes, estos dos elementos son obligatorios para constituir una oración de predicado verbal propiamente dicha; verbo y sujeto. Luego, también podemos tener, como sabéis perfectamente bien, el objeto, el sustantivo que hace de objeto y el dativo, es decir, la preposición "n", que, como sabéis, en egipcio es la preposición de dativo, es la preposición que significa "a" o "para". Por lo tanto, es la preposición del complemento indirecto, seguida del sustantivo que hace de término de preposición. Por tanto, en rigor, la estructura de la oración de predicado verbal sería VSOD, es decir, verbo, sujeto, objeto, dativo. Ahora bien, y esto es fundamental, esta es la estructura de la oración de predicado verbal cuando las tres principales funciones nominales, es decir, sujeto, objeto y dativo, están representadas por sustantivos. Fijaros que en el esquema que acabamos de comentar, encerrado en este recuadro rojo, os he subrayado la palabra sustantivo. En el caso de sujeto, en el número dos, tenéis la palabra sustantivo subrayada. En el caso de objeto, número tres, lo mismo, y en el caso de dativo, número cuatro, tenéis la palabra sustantivo del término de preposición también subrayada. Es decir, si las tres funciones nominales principales de la oración, que son el sujeto, el objeto y el dativo, están representadas por sustantivos, entonces, el orden es efectivamente este que estamos diciendo aquí: primero está el verbo y luego, sujeto, objeto y dativo. Pero, atención, este orden puede cambiar, aunque siempre de acuerdo a normas fijas, si algunas de las funciones nominales o todas ellas están representadas por pronombres, es decir, si en lugar de tener sustantivos en el lugar del sujeto, del objeto y del término de preposición del dativo tenemos pronombres, entonces, este orden fijo puede alterarse pero también de acuerdo a unas reglas fijas, como vamos a ver a continuación, porque efectivamente en el caso de que haya pronombres, rige lo que llamamos la ley de la precedencia. ¿Qué es la ley de la precedencia?, ¿qué dice la ley de la precedencia? el orden de los elementos sintácticos en la oración de predicado verbal es, como hemos dicho, verbo, sujeto, objeto, dativo, si las tres funciones nominales están representadas por sustantivos, como ya hemos dicho. Pero, mucha atención, si las tres funciones nominales están representadas por sustantivos y pronombres o sólo por pronombres, se siguen los siguientes principios. Primer principio: los pronombres preceden siempre a los sustantivos, sea cual sea la función desempeñada por unos u otros. Y, segundo principio: los pronombres sufijos preceden siempre al pronombre dependiente. Los complementos circunstanciales de tiempo, lugar o modo no intervienen en esta norma, se colocan siempre al final de la oración, tanto si están representados por sustantivos como si están representados por pronombres, es decir, esta norma afecta sólo, como ya hemos dicho, a las tres funciones nominales principales, es decir, al sujeto, al objeto y al dativo, al complemento indirecto. Ahora bien, recordemos algunas cosas que son fundamentales, fijemos algunas cosas que son fundamentales. Primera cuestión, ¿qué pronombre personal hace de sujeto de un verbo? Cuando un verbo aparece en una forma personal y si el sujeto de esa forma personal es un pronombre, ¿qué pronombre desempeña esa función? siempre, el pronombre sufijo. De la misma manera, ¿qué pronombre personal hace de complemento directo, es decir, de objeto de un verbo? Cuando una forma verbal personal, tiene un complemento directo ese complemento directo, si es pronominal, si está representado por un pronombre, ¿qué pronombre lo representa? pues, en este caso, tenemos el pronombre dependiente. Por lo tanto, fijaros bien, tenemos sufijo como sujeto y dependiente como objeto, cuando tenemos una forma verbal. Y finalmente, ¿qué pronombre personal hace de complemento indirecto, es decir, dativo de un verbo? Aquí, en este caso, el pronombre que hace de dativo de un verbo es el sufijo, ¿por qué? porque el complemento indirecto se hace a través de una preposición, de la preposición "n", que significa "a" o "para", que es la preposición propia de dativo de complemento indirecto. Pues bien, si ésta es la preposición propia de complemento indirecto, requerirá un término de preposición y el término de una preposición cuando es pronominal siempre está representado por el pronombre sufijo, como ya sabemos. Por lo tanto, fijaros, tenemos la posibilidad de que aparezca dos veces el pronombre sufijo, haciendo de sujeto y haciendo de dativo, y tenemos la posibilidad de que el pronombre dependiente aparezca, también, en este caso, sólo una vez, haciendo de objeto. En una oración de predicado verbal, si todos son pronombres, si las tres funciones nominales principales son pronombres, tendremos dos sufijos, uno haciendo de sujeto y el otro haciendo de término de preposición del dativo y un dependiente haciendo de objeto. Si, además, los pronombres se combinan con sustantivos, pues esto da lugar a toda una serie de alteraciones del orden de los elementos pero, como digo, siempre siguiendo una regla fija que es la que acabamos de ver, la ley de la precedencia. Vamos a ver ejemplos concretos. Os he puesto aquí una primera oración, en la cual las tres funciones nominales principales de la oración están representadas por sustantivos. En concreto, la oración dice: "di nbt t n hgr", ese "di" inicial es un subjuntivo. Ya hemos visto que la forma del verbo "rdi" de subjuntivo es justamente esa, "di". Luego, tenemos el sustantivo que hace de sujeto. "nbt", "la señora". Luego, el sustantivo que hace de objeto, "t", "el pan", y luego, el dativo formado por la preposición "n" y el sustantivo que hace de término de esa preposición que es "hgr", "hambriento". Luego, la oración significa: "que la señora dé pan al hambriento". Ahora bien, fijaros qué ocurre si el sujeto, en lugar de ser nominal, es pronominal, es decir, si en lugar de tener un sustantivo como sujeto, tenemos un pronombre como sujeto. Aquí el cambio es mínimo, ¿por qué? porque ya hemos dicho: cuando el sujeto es un pronombre, el pronombre que desempeña esa función es el sufijo, puesto que el sufijo, para ser sujeto de un verbo, debe sufijarse a ese verbo, tendremos que el pronombre sufijo está detrás del verbo, igual que estaba el sustantivo "señora" en la oración inicial. Por lo tanto, tendremos "di=s t n hgr", "que ella dé pan al hambriento" y aquí el orden no habrá cambiado, simplemente porque el sufijo tiene que sufijarse al verbo y, por lo tanto, estará detrás del verbo como estaba el sustantivo que hacía de sujeto en la frase anterior. Pero ahora fijaros qué ocurre si, en lugar de cambiar el sujeto por un pronombre, cambiamos el objeto por un pronombre, es decir, si en lugar de tener un objeto nominal, un objeto representado por un sustantivo, tenemos un objeto pronominal representado por un pronombre. Aparecerá un pronombre dependiente, porque ya hemos dicho que el pronombre que hace de objeto de una oración de predicado verbal es el pronombre dependiente. Pero el pronombre dependiente se desplazará delante del sustantivo que hace de sujeto y también del dativo, que también está representado por un sustantivo, justamente por esa razón, porque es un pronombre, mientras que el sujeto y el dativo son sustantivos. Por lo tanto, tendremos un orden distinto y será "di sw nbt n hgr". "Sw" representa el pan. La palabra "pan", por cierto, es masculina, es una "t", es verdad, pero es masculina porque esa "t" no es una terminación. Lógicamente, una palabra no puede consistir solamente en una terminación. Esa "t", en realidad, es un radical, es un radical que coincide que es una "t", pero es una palabra masculina; por lo tanto, el pronombre que sustituye a esa palabra masculina es "sw", que es el pronombre de tercera persona de masculino singular dependiente. Por lo tanto, lo que tenemos es "di sw nbt n hgr", y esto quiere decir "que la señora lo (el pan) dé al hambriento". ¿Veis?, "señora" y "hambriento" siguen siendo sustantivos, pero el "pan" se ha convertido en un pronombre, "sw", que en español será "lo". Por lo tanto, tenemos la oración "que la señora lo dé al hambriento", se entiende "el pan", y en egipcio tenemos "di sw nbt n hgr", con "sw" adelantado, precediendo los dos sustantivos, "nbt" y "hgr". Fijaros qué ocurre ahora si lo que sustituimos es el dativo, es decir, si el dativo, en lugar de ser un sustantivo, en este caso "hgr", es un pronombre. ¿Qué pronombre tendremos? lo hemos dicho, tendremos otra vez el sufijo. ¿Por qué tendremos el sufijo? porque el dativo se expresa a través de la preposición "n". Al ser una preposición, esta preposición requiere un término de preposición, ¿Qué pronombre hace de término de una preposición? el sufijo. Luego tendremos, una vez más, el sufijo, en este caso también. Entonces, ¿qué ocurrirá aquí?, que será el dativo el que pasará en primera posición, es decir, tendremos el verbo e inmediatamente detrás del verbo tendremos el dativo, ¿por qué? pues porque es pronominal, es un pronombre sufijo, y el pronombre tiene preferencia por delante del sujeto y el objeto si estos dos son nominales y están representados por sustantivos. Luego tendremos la oración "di n=f nbt t", qué quiere decir "que la señora le (a él, al hambriento) dé pan". ¿Veis?, "señora" y "pan" siguen siendo sustantivos. Por lo tanto, están en posición final, digamos. A pesar de que señora sea el sujeto, es igual, pasa en segunda posición, porque tiene preferencia, en este caso, el dativo al ser pronominal. Continuamos. Imaginemos que ahora lo que vamos a sustituir por pronombres sea tanto el sujeto como el objeto y mantengamos como sustantivo solamente el dativo. Pues, el dativo quedará en última posición, porque es un sustantivo, ya es la posición que le tocaba, y los otros dos elementos estarán en las posiciones que les corresponde, de hecho. ¿Por qué? Porque el sujeto es un sufijo, por lo tanto se sufijará al verbo, y luego aparecerá el dependiente, que, al ser un dependiente, ocupa la segunda posición. Por lo tanto, tenemos "que ella lo dé al hambriento". "El hambriento" lo mantenemos como sustantivo pero "ella" y "lo" pasan a ser pronombres, por lo tanto, tendremos "s" para ella, "sw" para el objeto. En este caso, por tanto, tendremos que se mantiene el orden original pero por casualidad, por decirlo así, porque así lo fija la ley de la precedencia. Primero, tenemos el sufijo; luego, tenemos el dependiente y luego tenemos el dativo, porque es un sustantivo. Fijaros qué ocurre si lo que sustituimos es el sujeto y el dativo. En este caso, lo que queda como sustantivo es "pan", el objeto. Pues, "pan", el objeto, quedará en última posición, como podéis ver en la frase egipcia, y el sujeto y el dativo pasarán por delante de este sustantivo que hace de objeto. El sujeto seguirá sufijándose al verbo, "di=s", y el dativo, pues, será el dativo pronominal "n=f". Luego tendremos "di=s n=f t", "que ella le dé pan". "Pan" sigue siendo sustantivo, "ella", "le", en español "le" quiere decir a él, como ya sabéis, son pronominales. Ahora, fijaros qué ocurre si yo mantengo como sustantivo el sujeto, pero paso a pronombres el objeto y el dativo. Tendré la oración española "que la señora (sujeto) se lo dé", que significa "lo dé a él". En egipcio, tenemos "di n=f sw nbt", es decir, tendremos el verbo; luego, tenemos directamente el dativo, ¿por qué?, porque es pronominal y es un sufijo; luego, tendremos el objeto, ¿por qué?, porque es pronominal y es un dependiente. Entre el sufijo y el dependiente, lo hemos visto en la ley de la precedencia, el sufijo tiene precedencia, precede al dependiente. Por lo tanto, tenemos primero el sufijo y después el dependiente. Y, en última posición, insisto, el sustantivo que hace de sujeto simplemente porque es un sustantivo. Entonces, fijaros en una frase como ésta, el sustantivo que hace de sujeto ya no está inmediatamente detrás del verbo. Al principio decíamos que la estructura normal de una forma verbal es el verbo y la persona que hace de sujeto inmediatamente detrás del verbo, pero puede ocurrir, cuando hay complementos pronominales, como en este caso, que no sea así, que el sujeto se desplace, incluso en última posición. ¿Por qué?, porque rige la ley de la precedencia, porque el dativo y el objeto son pronombres y porque esos pronombres tienen preferencia, digamos, de aparición, aparecen delante del sujeto, si el sujeto es nominal, si es un sustantivo. Fijaros qué ocurre si todo, si las tres funciones nominales son pronombres. Sucede que tendremos primero el sufijo, después el otro sufijo, que es el dativo y, en última posición, el dependiente, ¿por qué?, por la ley de la precedencia, ya hemos visto también, que los sufijos tienen preferencia con respecto al dependiente. Luego tendremos la oración "di=s n=f sw", que quiere decir "que ella se lo dé", que equivale a "que ella lo dé a él", en español. En español aparece ese "se" para expresar, para indicar, el complemento indirecto pronominal, como todos sabéis. Aparece si el complemento directo también es pronominal. Entonces, tenemos: "que ella se lo dé". Pues, aquí veis el comportamiento de la ley de la precedencia. Insisto, si las tres funciones nominales están representadas por sustantivo, el orden es el canónico. Primero, el verbo; luego, el sujeto; luego, el objeto; luego, el dativo. Pero, si intervienen pronombres, es decir, si parte de estas funciones nominales son pronombres o todas ellas son pronombres, entonces interviene la ley de la precedencia con los dos grandes principios que hemos enunciado, de manera que, entonces, el orden de esos elementos puede cambiar pero no de una manera aleatoria, sino que cambian siguiendo estas reglas fijas que acabamos de describir y que debéis tener muy presentes, porque esto es uno de los aspectos más difíciles para el estudiante que empieza, después ya no, de la oración de predicado verbal.