Vamos a pasar a la siguiente diapositiva en la que os he marcado los fonemas que sí presentan alguna dificultad de pronunciación para el hispanohablante. Como veis, los tenemos sobre todo en el ámbito palatal y después en la parte inferior del tracto bucal, entre las uvulares y los sonidos faríngeos y glotales. ¿Por qué? Porque esos sonidos son más raros o inexistentes en las lenguas indoeuropeas y, por tanto, son más difíciles de pronunciar para un hablante de la lengua indoeuropea, como es un español. Vamos a empezar por las palatales, el primer sonido es el sonoro correspondiente al sordo "ch", la "ch" de chacal tiene como correspondiente sonoro la "y" de por ejemplo John en inglés, giorno en italiano o adjunt en catalán. John, giorno, adjunt, "y", "y". Fijaros que la diferencia entre una "ch" y una "y" es que si digo "ch" no vibran las cuerdas vocales, mientras que si digo "y", sí que vibran las cuerdas vocales. Esta es la diferencia como sabemos entre un fonema sordo y un fonema sonoro. Bueno, pues la "y" es el fonema sonoro correspondiente al sordo "ch". Es importante que lo pronunciéis bien este sonido, no me digáis "ie". Muchos hispanohablantes, no saben pronunciar la "y" y entonces pronuncian "ie". Es importante que aprendáis a pronunciar esta "y", en realidad, se trata de pronunciar una "ch" con vibración de las cuerdas vocales, "y", tampoco es tan difícil. Es mejor que digáis John, que digáis Ion. O sea, tened cuidado con esto porque, claro, ahí sí que es bueno que afinemos en una pronunciación lo más correcta posible de estos fonemas consonánticos egipcios. Luego tenemos dos fonemas palatales fricativos sordos. Uno un poco anterior, otro un poco posterior. Los dos son palatales, pero uno se pronuncia un poquito más adelantado el paladar, otro se pronuncia un poquito más atrasado el paladar. El primero no es tan difícil, es la "sh", es la "sh". Fijaros que se escribe con este símbolo que es una S y una capuchita encima, un capuchón encima. Es la "sh", por ejemplo, del inglés "she", el pronombre de tercera persona de femenino singular. Y el otro es el fonema "je", este fonema se transcribe, según el alfabeto fonético internacional, con una c cerilla, como podéis ver aquí, es el fonema "je" como en alemán "ich". Nosotros en realidad, en la práctica, no lo pronunciamos así, sino que lo pronunciamos como una jota porque de esta manera es más fácil y no somos tan concretos, tan específicos a la hora de pronunciar este sonido, pero hay muchos egiptólogos que sí lo hacen y evidentemente es lo conveniente, pronunciar ese sonido como "je". A la hora de la verdad, los hispanohablantes la verdad es que acabamos haciendo una jota, pero si podéis acostumbrarnos a pronunciarlo "je" tanto mejor. He olvidado decir que en el caso del sonido "y", del sonido palatal africado, sonoro, el símbolo que utiliza el alfabeto fonético internacional es esta especie de jota con una rayita en medio, eso sería la "y". Pasamos al ámbito de las uvulares. La primera de las uvulares y es un sonido del que nuestras lenguas carecen, por tanto para nosotros es difícil de pronunciar, pero que, por ejemplo, es muy común en árabe; es la "k", "k". Fijaros en la diferencia entre "cu", que es nuestra "cu" de casa y la "k", "k", por ejemplo de sacar, "q". La "k" se pronuncia, en realidad, en la campanilla. ¿Veis la diferencia? La manera de pronunciarla sería, imaginaros que vais a pronunciar una "r" francesa, pero en lugar de hacerla vibrante, la hacéis oclusiva. En lugar de decir "ege" decís "ecge", la hacéis oclusiva. Si hacéis una oclusión en ese mismo punto de articulación, que es la úvula, ahí tendréis este sonido, "k", "k". ¿De acuerdo? Es un sonido difícil de hacer, pero si practicáis seguro que lo podéis hacer. Es, insisto, en la campanilla, que es el mismo lugar donde se pronuncia la erre francesa, pero haciéndola oclusiva, es decir, haciendo una obstrucción total del aire, "k". Pasamos ahora a los fonemas laríngeos, es decir, que se pronuncian en la laringe. La laringe tiene dos partes, la faringe y la glotis. La faringe está un poco más arriba, la glotis está un poco más abajo, por eso hablamos de fonemas faríngeos y de fonemas glotales. Fonemas faríngeos, el primero de ellos ya lo conocemos, es la "he" de Ahmed, es la "he" de Ahmed. Es un fonema muy común en árabe y en otras lenguas afroasiáticas, el egipcio, por supuesto, pero del cual carecen las lenguas indoeuropeas y; en concreto, nuestra lengua el español y, por tanto, es difícil de pronunciar para un hispanohablante. ¿Qué hacemos nosotros, en la práctica, cuando tenemos que pronunciar ese sonido? Pronunciamos una jota, vamos a decir que en la práctica realmente lo que hacemos es una jota, los hispanohablantes. Digo lo mismo que os decía antes para la "je", si nos podemos acostumbrar a decir "he" tanto mejor, pero realmente esta pronunciación es difícil y cuando uno lee un texto, de corrido, le resulta un poco complicado hacer esta pronunciación, por tanto, pronunciamos una jota y no hay más problema. El siguiente sonido también es muy difícil, los sonidos faríngeos son difíciles porque no existen en nuestras lenguas. Es el ayn, el ayn árabe, a. Es un sonido que se pronuncia en la faringe y que consiste en una fricación, en un acercamiento de los órganos de fonación de la faringe, por ejemplo, cuando decimos "aachará", "aichará" o cuando decimos "ayn", "ayn", el nombre mismo de la letra, "ayn", "aa", es un sonido que se pronuncia ahí abajo. También aquí, este sonido es muy difícil de pronunciar. ¿Qué hacemos nosotros en la práctica? Lo pronunciamos como una A, es decir pronunciamos como una vocal, pero ahí sí que debo ser muy insistente, aunque lo pronunciamos como una vocal, no es una vocal, es un sonido consonántico, es una "a", hay un acercamiento de los órganos de fonación de la faringe y, por lo tanto, eso es un fonema consonántico, pero nosotros por convención lo leemos como una A. Y vamos ya a los fonemas glotales. El primero de ellos es la oclusión glótica, precisamente, la que comentábamos antes cuando veíamos los fonemas eyectivos. La oclusión glótica es la que se produce delante de la A de barbacoa, barbaco-a, "a", "a". Es una cerrazón que se produce en la altura de la glotis seguida de la vocal que corresponda. Si la vocal es una A, pues sería "a", "a". Es decir, tenemos una cerrazón primero de aquí, de lo más profundo de la garganta, seguida de la emisión de la vocal. Y luego tendríamos esta última H, la H glotal que es como ya hemos dicho antes la h del inglés "hot", "hot" que se pronuncia aquí abajo, no se pronuncia aquí arriba, no es una jota, no es "jot" es "hot", se pronuncia aquí abajo ¿de acuerdo? Insisto, una vez más, si podemos pronunciarla la "hu" mejor, pero en la práctica los hispanohablantes acabamos pronunciándola como una aspiración o como una jota. Por lo tanto, si estas aspiradas que son realmente difíciles de pronunciar, las pronunciáis como una jota, ya está bien, no es problema. Y ya para terminar este vídeo, lo que vamos a hacer es ver este mismo esquema, pero en correspondencia con los signos mono consonánticos que anotan cada uno de los fonemas. Fijaros que aquí ya no hemos colocado los alófonos, sólo hemos colocado los fonemas. ¿Por qué? Porque como os he dicho antes, los egipcios identificaron un signo mono consonántico para cada fonema, o mejor dicho, inventaron, crearon un signo mono consonántico, un signo jeroglífico mono consonántico para cada fonema, no para cada alófono. Por eso os decía antes que los egipcios intuyeron el concepto de fonema, intuyeron que existía en el sistema consonántico de su lengua toda una serie de sonidos que discriminaban significados y que eran los sonidos estándar, los sonidos principales; mientras que ellos sabían muy bien que a la hora de articularlos, los articulaban a veces de maneras diferentes, esos mismos sonidos, pero esas diferencias de articulación no fueron contempladas por ellos a la hora de establecer el sistema jeroglífico. Por lo tanto, los mono consonánticos que son signos, como ya sabéis, que sirven para anotar una única consonante, son signos que anotan exclusivamente los fonemas consonánticos o semi vocálicos de la lengua egipcia. Vamos a ver cada uno de estos signos en su contexto fonológico, es decir, al lado del fonema que anota. Por lo tanto, en la primera columna tenemos que el signo del taburete, que es como un cuadradito o como un rectángulito en vertical, sirve para anotar el fonema "p"; el signo de la pierna sirve para anotar el fonema "b"; el signo de la cerasta, de la serpiente cornuda que, por cierto, es muy venenosa, sirve para anotar el fonema "f"; el signo del alimoche, perdón, del mochuelo sirve para anotar el fonema "m" y el signo del polluelo de codorniz o del hierático correspondiente, este segundo signo que parece una cuerda es, en realidad, la vuelta al jeroglífico de la versión hierática más sencilla del signo del polluelo. Es decir, el hierático, el signo del polluelo se estiliza, se simplifica gráficamente, pues de la simplificación máxima de ese signo hierático, vuelta al jeroglífico, deriva ese signo que también sirve para anotar este fonema, por tanto, fonema "ue", que es una semi vocal, por lo tanto es uno de esos fonemas que muy fácilmente no estarán escritos, es anotado con estos dos signos. Ámbito de las dentales, segunda columna. El pan, eso es una hogaza de pan, sirve para notar el fonema "t"; la mano el fonema "g"; el tejido doblado, esa especie de gancho, es en realidad un tejido doblado o el cerrojo sirve para anotar el fonema "ese", "c"; el agua sirve para anotar el fonema "n"; la boca sirve para notar el fonema "rr". Pasamos al ámbito de las palatales, la traba de cuerda para animales, con eso se trababan las patas de los animales, sirve para anotar el fonema "ch"; la cobra erguida, en posición de ataque, sirve para anotar el fonema "y", acordaros de que esta j con esta rayita en medio es el fonema "y" de John; el estanque o la piscinita sirve para anotar el fonema "sh", que es está s con la capucha; el vientre y las ubres de la vaca sirven para anotar el fonema "je" que, como he dicho antes, corresponde al "je" del alemán "ich", pero que nosotros acabamos pronunciando muchas veces como Jota, pero no es una jota, acordaros bien esto. Y finalmente también tenemos en esta misma columna de las palatales, la segunda semi vocal "ie" como en español "ya" que se anota con la flor de caña, dos flores de caña o dos trazos oblicuos que son una estilización de las dos flores de caña. En el ámbito de las velares tenemos que la cesta con asa sirve para el fonema "q" y el soporte de jarra, eso es un soporte, es un mueblecito sobre el cual se puede colocar una jarra, sirve para el fonema "g". En el ámbito de las uvulares, la colina del desierto sirve para el fonema "k", mientras que este signo que no se sabe muy bien si representa una placenta o un cedazo sirve para el fonema "j", aquí si es nuestra jota, ésta es nuestra jota. A continuación los fonemas faríngeos, la mecha de lino sirve para el fonema "he" de Ahmed que, como recordareis, se anota con esa hache con una rayita en el trazo superior y que nosotros acabamos pronunciando en la práctica como una jota, sin ser una jota, insisto en estas cuestiones. Y el brazo o el antebrazo con la mano sirve para el "ayn", "ayn", es decir, para este fonema característico del árabe, pero nuestras lenguas no poseen, que se anota, como podéis ver, con este símbolo que es como una especie de punto interrogativo al revés porque al ser un fonema tan raro, pues se utiliza también un símbolo raro, distinto de lo que son las letras alfabéticas latinas, nosotros acabamos pronunciando este sonido como una A, pero insisto, una vez más, y no me cansaré de insistir en esto, no es una A es un sonido consonántico que nosotros, por comodidad y por convención, leemos A. Y finalmente en el ámbito de las glotales, tenemos primero la oclusión glótica, la "a" de bar-ba-co-a, que se anota con el alimoche, con este pájaro. Y finalmente la planta de cobertizo o de establo sirve para notar el fonema "j" el del inglés "hot", que como ya os he dicho antes también acabamos pronunciando en la práctica como una jota. Bien, pues de esta manera ya tenéis todos los mono consonánticos asociados a sus fonemas correspondientes y, de esta manera, ya podemos pasar a estudiar, propiamente, los distintos tipos de signos de la escritura jeroglífica y cómo estos signos aparecen en la caja de escritura, en la disposición gráfica, en las columnas o líneas en las que los signos se disponen para configurar las distintas palabras o las distintas frases que sirven para escribir los textos egipcios. Espero que esta lección os haya quedado clara. Lo más importante es que recordéis cuál es el valor fonético, el valor fonológico de cada uno de los signos mono consonánticos y, por lo tanto, cuáles son los fonemas del egipcio clásico.