Y ahora sí, vamos a ver específicamente cómo se disponen los signos jeroglíficos en la caja de escritura de la escritura jeroglífica egipcia. En la explicación que sigue, por comodidad, todos los ejemplos están dispuestos en línea y se leen de izquierda a derecha. Es decir, en la misma dirección que nuestra escritura latina. Tenéis que saber en primer lugar que la caja de escritura jeroglífica clásica, que es, insisto, aquella que a nosotros nos interesa, comporta un único registro principal subdividido en cuadrados de lado equivalente a la altura del registro, o lo que es lo mismo a la altura y anchura de los signos más grandes. Y en segundo lugar, tenéis que tener en cuenta que cada cuadrado grande puede subdividirse a su vez, dependiendo de los signos que en cada caso haya que escribir, en dos o tres registros horizontales, dos o tres bandas verticales o cuatro cuadrados pequeños. Empecemos viéndolo en esta imagen que tenéis en esta diapositiva. Aquí podéis ver como algunos signos son considerados signos grandes y ocupan ellos solos un cuadrado grande, digamos, pero estos cuadrados también pueden subdividirse en dos. Por ejemplo, en dos registros horizontales superpuestos como los primeros dos signos que tenéis en esta línea, que, puesto que el polluelo, por ejemplo, y el hombre y el mochuelo miran hacia la izquierda, se lee obviamente de izquierda a derecha. Y algunos signos pueden disponerse también en bandas verticales como el cuarto por el final, signo de la caña, que como podéis ver se dispone en la mitad de un cuadrado grande, es decir, en una banda vertical de ese cuadrado. Vamos a verlo con un poquito más de detalle, porque de acuerdo con esta modulación que acabamos de explicar los signos pueden ser de cuatro tipos. Los signos pueden ser signos grandes si pueden ocupar un cuadrado grande entero, como estos que veis ejemplificados aquí. Normalmente son signos de pájaros, signos de personas, también el signo de la cobra, por ejemplo. Signos de factores geográficos como este cielo del que cuelga un astro. Los signos pequeños son signos que ocupan o que pueden ocupar un cuadrado pequeño, como estos que veis aquí. Veis, en este caso tenemos dos cuadrados grandes subdivididos en cuatro cuadrados pequeños virtuales dentro de cada uno de los cuales hay un signo pequeño, el signo de la P, el signo de la T, el signo de la H3 son signos considerados pequeños. Los signos verticales son aquellos que pueden ocupar una banda vertical de un cuadrado grande, como podéis ver en estos ejemplos que les he puesto aquí. En algunos casos, en un cuadrado grande tenemos dos bandas verticales. En otros casos, pero esto es lo máximo, podemos tener hasta tres bandas verticales o tres signos verticales dentro de un mismo cuadrado grande. Y finalmente, llamamos signos horizontales a los signos que ocupan o pueden ocupar un registro horizontal de un cuadrado grande. Por ejemplo, estos signos que os he puesto en la parte inferior de la diapositiva, el segundo que podéis identificar perfectamente bien, en la parte superior tenemos el signo "men", biconsonántico, que es un signo horizontal y después el signo "en", el signo del agua, su complemento fonético y están dispuestos efectivamente uno encima del otro ocupando dos registros superpuestos de un único cuadrado grande. Bueno, pues aquí tenéis las disposiciones posibles, canónicas digamos de los signos jeroglíficos. Los distintos tipos de signos se combinan en los cuadrados grandes. Naturalmente, esto ya depende de qué tengamos que escribir específicamente. Por ejemplo, en estos cuadrados en el primero tenéis un signo horizontal y dos signos pequeños. Los dos signos pequeños se disponen en un registro inferior dentro del cuadrado grande en cuyo registro superior tenemos el signo horizontal. La disposición contraria, tenemos en el segundo de los cuadrados que os he puesto aquí. En el tercer cuadrado tenemos un signo vertical con dos signos pequeños. Entonces naturalmente se dispondrán uno encima de otro en la banda vertical que queda a la derecha del signo vertical anterior. La disposición contraria tenéis en el cuadrado siguiente, y así sucesivamente. Es decir, aquí podéis ver distintas combinaciones posibles. Y como digo, la disposición última de los signos depende de la secuencia real que tengamos que escribir. Naturalmente, el escriba iba procediendo de acuerdo con los signos que conformaban cada palabra y cada frase. Finalmente, tenéis que tener en cuenta otra cuestión fundamental y es que el escriba procedía a partir de dos principios fundamentales: el primero es el principio de simetría que dice que los signos pequeños y horizontales, si van solos, si en un momento determinado tienen que ocupar un espacio ellos solos, siempre van centrados. Por ejemplo, si os fijáis aquí en el primer cuadrado tenemos un cuadrado grande dividido en dos registros horizontales. En el registro inferior tenemos un signo horizontal que es lo que toca, pero en el registro superior tenemos un signo pequeño. Ese signo pequeño se centra con respecto al signo horizontal inferior. Lo contrario ocurre en el segundo cuadrado. En el tercer cuadrado lo que tenemos es a la derecha del cuadrado un signo vertical. A la izquierda en cambio tenemos un signo pequeño. Bueno, pues ese signo pequeño se centra con respecto al signo vertical. Lo contrario tenemos en el siguiente cuadrado, y así sucesivamente. Podéis ir viendo cómo se van comportando los signos, la disposición de los signos en función de qué signos tenemos que escribir, naturalmente. Y el segundo principio fundamental al que hacía referencia es el principio del horror vacui. Esto es una expresión latina que significa horror al vacío, terror al vacío y también principio de minimización. Vamos a ver qué significa esto. El escriba tiene tendencia a no dejar muchos espacios en blanco, le gusta ocupar el texto. Ya sabéis que si estamos en un texto jeroglífico más antiguo, esto lo hacen de una forma más desahogada, mientras que si estamos en un texto jeroglífico más reciente, como hemos comentado antes, lo hace de una forma incluso muy abigarrada, muy extrema. Pero en general, tiende a ocupar espacios en blanco, tiende a hacer que si se puede evitar, no haya muchos espacios en blanco. Esto es lo que veis, por ejemplo, en la segunda y la tercera, perdón, en la tercera y la cuarta línea de ejemplos que os he puesto, la parte inferior de la diapositiva. Aquí podéis ver signos de pájaros o el signo de la cobra, por ejemplo, y podéis ver cómo estos signos de pájaros y de la cobra, ellos solos ya podrían ocupar un cuadrado grande. De hecho, son signos grandes y por lo tanto pueden ocupar cuadrados grandes. Pero, puesto que quedan espacios libres delante del pecho de los pájaros o delante y detrás de los pájaros, delante del pecho y detrás de la cabeza, por ejemplo, y también quedan espacios libres dentro del ángulo que forma la cobra, el signo de la cobra, el escriba tiene tendencia a, si la escritura así lo exige, a agrupar, a colocar signos pequeños junto con estos signos más grandes para llenar espacios y que en esta forma pues no quedan vacíos. Por ejemplo, si se tiene que escribir un signo grande como un pájaro con un signo pequeño como una T, como podéis ver en los primeros dos ejemplos de la tercera línea de esta parte de la diapositiva, podéis ver cómo la T ocupa un lugar delante del pecho del primer pájaro y ocupa, puesto que se han de escribir dos Tes, ocupa un lugar delante del pecho y detrás de la cabeza del segundo pájaro precisamente para llenar esos espacios. O en la última línea, si queremos escribir la cobra y una T, pues esa T se coloca en el espacio que la cobra deja libre, que el ángulo de la cobra deja libre y de esta forma se van llenando espacios. Naturalmente, esto sólo se puede hacer si lo que hay que escribir es eso, un signo grande y unos signos pequeños. Si no, lógicamente eso no se puede hacer y entonces pues el signo grande queda sólo en un cuadrado grande. Insisto, esto depende de cuáles son los signos que realmente se tienen que escribir, como es lógico. Fijaros en el otro caso, el caso de la minimización. En el primero de los recuadros que tenéis en esta parte de la diapositiva, tenemos el signo del agua y el signo del hombre. El signo del hombre es un signo grande, él sólo ya ocupa un cuadrado grande. Pero, si yo delante tengo que escribir un signo horizontal, como por ejemplo el signo del agua, el escriba tiene la opción de minimizar. Es decir, de hacer más pequeño, de reducir el tamaño de ese signo grande para que quepa de manera holgada por debajo del signo horizontal, y entonces lo que hace es justamente eso, aplicar el principio de la minimización, de la reducción del signo para que le cuadre mejor la composición de ese cuadrado grande. Lo mismo ocurre en el segundo cuadrado donde tenemos el mochuelo y el signo del brazo. Bueno, pues el mochuelo ahí está minimizado también, porque él solo podría haber ocupado perfectamente ese cuadrado grande. Y en otras ocasiones, los signos se pueden superponer, como veis en la segunda línea de ejemplos de esta parte de la diapositiva donde tenemos dos signos, el del mástil de barco y el del árbol con otros signos en este caso horizontales superpuestos. Eso también se puede hacer justamente para llenar mejor un cuadrado grande de la secuencia gráfica. Bien, pues todos estos son los principios que rigen la disposición de los signos en la caja de escritura egipcia. A partir de ahora, teniendo en cuenta todos estos principios que hemos enumerado, ya podéis proceder a la lectura de palabras y de textos, pues aplicando estas normas, sabiendo por dónde empieza el texto y sabiendo en qué orden tenéis que ir leyendo los distintos signos. Tenéis que tener en cuenta que siempre tenéis que ir resolviendo la lectura de cuadrado grande en cuadrado grande. Es decir, primero resolvemos el primer cuadrado grande, después el que viene a continuación y así sucesivamente teniendo en cuenta que si el texto procede, por ejemplo, de izquierda a derecha, es decir, en el sentido de nuestra propia escritura y hay signos superpuestos, pues primero leeremos el signo de arriba, después el de abajo, en el caso de superposiciones, y primero el de la izquierda y después el de la derecha en caso de signos dispuestos linealmente.