Bienvenidos al módulo sobre Método de caso, una metodología basada en la práctica. Mi nombre es Núria Serrat, soy profesora en la Universidad de Barcelona. ¿Qué vamos a ver en este módulo? Básicamente, vamos a centrarnos en cinco aspectos clave. El primero sería: "¿Qué el Método de caso?"; el segundo sería: "¿Cuáles serían las características básicas que debería tener un caso?". Posteriormente, vamos a trabajar un poco cuáles serían las distintas tipologías de caso que podemos emplear o traer al aula. Después, miraríamos algunos de las características y claves para poner en práctica esta metodología en el aula, para hacer una breve síntesis de sus aspectos principales. Entonces, ¿cuál sería la definición del Método de caso? Básicamente, si definiéramos algunos de los aspectos clave del Método de caso, podríamos decir que se trata de una metodología que se basa en el aprendizaje activo, por cuanto los estudiantes son el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje. Además, lo que intenta es buscar una situación auténtica, real, con la que se puedan encontrar los estudiantes en su futuro profesional no muy lejano. Cogemos esta situación real o auténtica, y la traemos en el contexto de aula. Por lo tanto, lo que estamos buscando es que exista una máxima conexión entre lo que estamos haciendo en el aula a nivel teórico y conectarlo con la práctica profesional futura de estos estudiantes. La idea, sobre todo, el objetivo, es que estos alumnos a través de este aprendizaje activo, a través de los casos que vamos a seleccionar, intenten desarrollar un conjunto de competencias ligadas, sobre todo, a lo que sería el pensamiento crítico, al análisis, la reflexión y la toma de decisiones. ¿Por qué? Porque se van a enfrentar a una situación lo más real posible, frente a la cual les pedimos que tomen una serie de decisiones. Todo esto para que puedan movilizar al máximo un conjunto de aprendizajes que hemos dado en una misma asignatura o, incluso, en varias asignaturas. Estas serían algunas definiciones de lo que sería el Método de caso. El Método de caso, si buscáramos sus orígenes, los podríamos encontrar a principios del siglo XX. La institución madre es la Harvard Business School y, por lo tanto, allí encontraríamos un poquito el inicio de esta metodología. Básicamente, si tenemos en cuenta estas características de traer parte de esta realidad profesional al mundo de los estudiantes, deberíamos saber un poco cuáles serían las características que debería tener un caso. No podemos coger cualquier caso, no podemos diseñar cualquier caso, sino que debería tener unas características mínimas. ¿Cuáles podrían ser? La primera sería que fuera auténtico o verosímil. Lo que estamos intentando es que, si estamos cogiendo una parte de esta realidad, lo que queremos es que esta realidad sea lo más auténtica posible de cara a los estudiantes. ¿Tiene que ser real? No es necesario, pero sí, como mínimo, que pueda haber sucedido, por las variables, el contexto, los personajes que aparecen y, en definitiva, la situación real que se quiere recrear. En segundo lugar, tendría que ser problematizador. Tiene que ser un caso que despierte cierto reto, cierto problema, plantee cierta situación problemática para los estudiantes. La tercera característica sería que apela, sobre todo, a lo que podríamos denominar la "dimensión cognitiva". Probablemente, no es que desechemos la parte de procedimiento o la parte emocional, o social incluso, pero sí que nos centramos sobre todo en aquellos conocimientos que el alumno tiene respecto al contenido que queremos desarrollar a través de ese caso. También es cierto que nos gustaría que, cuando tuviéramos que diseñar un caso, pudiera ser multidimensional. Es decir, que no sólo se abordara desde un único contenido posible, sino que pudiera mezclar varios contenidos, eso sí, de la misma asignatura o, incluso, de varias asignaturas. Otra característica que debería tener un caso es que debería presentar la información básica para poderlo resolver. Aquí existen, vamos a decir así, corrientes distintas, pero hay algunas que lo que dicen es que sí, que debería aparecer toda la información necesaria para que el alumno pudiera resolver el caso. Otras corrientes nos dicen que puede existir gran parte de la información, pero que también puede existir información que el alumno deba buscar por su cuenta. En todo caso, lo que sí es cierto es que, como docentes, tenemos que aportar aquella información mínima relevante y significativa para que el alumno pueda resolver el caso a través de búsqueda de información y de la toma de decisiones. La última característica yo creo que es importante y es uno de los aprendizajes que se derivan también del Método de caso. Sería todo lo que hace referencia al aprendizaje entre iguales. Generalmente, los casos no se resuelven de forma individual, se resuelven en grupo, y luego tendría como dos fases, una parte en pequeño grupo y otra en gran grupo, de manera que así potenciamos también todo lo que sería el aprendizaje entre iguales. Estas serían, pues, las características básicas de cómo definiríamos que debería ser un caso a la hora de aplicarlo en el aula. Vamos al siguiente aspecto que sería qué tipologías tenemos, qué casos podemos proponer a los alumnos, no tanto en cuanto a sus características, pero sí en cuanto a la movilización de competencias que pretendemos conseguir. Una de las tipologías básicas de casos sería lo que denominamos "Casos de análisis o de evaluación". En este caso, facilitamos al alumno un caso que tiene una resolución ya aportada, es decir, aportamos al alumno el caso y la resolución, y lo que le pedimos al alumno es que valore, analice, si la solución dada sería la correcta o la más idónea. Es posible que exista más de una alternativa, es cierto, pero, básicamente, lo que intentamos es que el alumno analice y valore si la solución aportada podría ser idónea para ese caso. Otra tipología de caso sería el que denominamos "Casos de resolución de problemas". En este caso, ya no facilitamos al alumno una solución, sino que le pedimos al alumno que intente resolver esa situación problemática a través de la movilización de distintas competencias. No le aportamos la solución al caso. El tercero sería "Caso dirigido". Este caso, probablemente, ya tiene una solución, digamos, imaginada, pero no se la facilitamos al alumno. Lo que hacemos es: vamos conduciendo al alumno para que vaya intentando resolver ese caso con relación a una solución que es la "esperada". La siguiente tipología podríamos denominarla "Casos de toma de decisiones", vinculados mucho a lo que sería una estrategia de simulación. Son casos en los que pedimos al alumno que tome decisiones. ¿Qué pasa? Como hemos dicho que lo que hacemos es tomar un trocito de esta realidad, lo que le pedimos al alumno es que tome decisiones acerca de cómo resolvería esa situación y que argumente esas decisiones, que intente analizar el porqué y la corrección o no de esas decisiones que ha tomado. Muchos de estos casos se vinculan, posteriormente, con una simulación en la que al alumno se le pide que ponga en acción esa toma de decisiones en un contexto real, obviamente simulado, pero en el que se ponen de manifiesto esas competencias. Luego tendríamos lo que denominamos "Interrupted cases". En estos casos es como si suministráramos la información al alumno de manera progresiva. El caso no se ofrece globalmente ya con toda la información, sino que le vamos suministrando información a medida que se van tomando decisiones respecto a su posible resolución. ¿Qué pasa? Claro, lo que hacemos al alumno es darle una parte de la información. El alumno, con el grupo, resuelve esa parte y, posteriormente, le facilitamos nueva información, generalmente, de complejidad creciente, de manera que lo que hacemos es que el alumno va tomando decisiones cada vez más complejas. El último, que en sí mismo no es una tipología de caso pero que sí se está incorporando con otras metodologías, serían los "Flipped cases". En este caso, lo que hacemos es combinar la "Flipped classroom" con el Método de caso, de manera que suministramos la información en el aula, pero luego pedimos al alumno que, a través de una información, unos vídeos, etcétera, pueda complementar esa información en sus casas. También le podemos pedir que realice parte del trabajo con otros alumnos fuera del aula y, luego, cuando volvemos al aula, seguimos con la resolución del caso, y así progresivamente. Estas serían algunas de las tipologías básicas de casos, los más frecuentes. Vamos ahora a las que serían algunas claves para la puesta en práctica de estos casos. Muy brevemente, tendríamos que tener en cuenta tres partes importantes a la hora de implementar esta metodología en el aula. Obviamente, una parte de diseño, una parte de implementación y una parte de evaluación, como cualquier otra metodología. Es decir, estas claves no son diferentes en cuanto a los tres momentos clave, pero sí algunas características propias respecto a cada una de estas fases. Respecto al diseño. Aquí veis algunas de las características, pero básicamente es que se incluya en el programa de la asignatura como metodología y que, por tanto, no sea algo esporádico, o incluso improvisado, sino que como docentes tenemos que planificarlo bien e incluirlo dentro de una programación. Obviamente, deberíamos, en función de los objetivos y las competencias que deseamos, intentar seleccionar el caso que nos ayude a que los alumnos desarrollen esas competencias. Otro elemento importante: ¿quién elabora el caso? La mayoría de las veces, los casos son elaborados por parte del docente, pero también, conforme los alumnos se van familiarizando con esta metodología, tendría que tener cabida que los alumnos pudieran también diseñar sus casos y compartirlos con los compañeros. El nivel de complejidad, lógico, la idea es que podamos empezar por casos más sencillos e ir subiendo el nivel de complejidad en función del nivel de conocimiento de los alumnos y su práctica con esta metodología. Algunas cuestiones más importantes. A la hora de diseñar el caso, es obvio que la situación problemática es importante, pero también cuáles son los hechos principales, cuáles son los personajes que vamos a incluir, en qué contexto se lleva a cabo, etcétera. También sería interesante que en el momento del diseño hiciéramos una descripción, pero que no nos olvidáramos de que existe una serie de preguntas clave que funcionarían como elementos disparadores y son las preguntas las que nos van a llevar a que el alumno haga una breve discusión sobre la temática. Incluir la información necesaria imprescindible, es otro de los aspectos clave en el diseño. Buscar, también, si ese caso tiene una respuesta única, si tiene una respuesta abierta, si tiene múltiples respuestas posibles, eso también tendríamos que tenerlo en cuenta en la fase de diseño. Por último, intentar buscar, idear, construir material complementario, para que el alumno pueda intentar desarrollar, con las máximas garantías posibles, ese caso. Esto sería en cuanto a la fase de diseño. En cuanto a la fase de implementación, esto quiere decir que ya tenemos el caso diseñado y lo llevamos al aula, una de las cuestiones importantes, como docente, es que intentemos habituar al alumno a esta metodología. Debería intentar, lo menos posible, que sea algo extraordinario. No es una metodología que pueda realizarse una vez al trimestre, por ejemplo, porque, probablemente, vamos a conseguir menos impacto que si lo hacemos de una manera más periódica. A su vez, tenemos que tener muy claro que en este tipo de metodologías, como con otras metodologías participativas, esto implica un cambio de rol, tanto en el docente como en el alumno. Estamos pidiendo al alumno un mayor protagonismo, le estamos pidiendo, por lo tanto, que tome las riendas de su proceso de aprendizaje y que intente también ser más autónomo en ese proceso. Deberíamos también tener presente todo lo que hace referencia al agrupamiento y el tiempo disponible. Seguramente, el Método de casos requiere de un tiempo que a lo mejor con otras metodologías puede ser menor. En cuanto al agrupamiento, intentar explicar a los alumnos que requiere un trabajo en grupo y, por lo tanto, requerirán de distribuirse en el aula en pequeños grupos. Momentos clave: presentar el caso, los objetivos que se pretenden y las bases de la discusión; fomentar, después, un momento para que los alumnos hagan esa discusión; y, en tercer lugar, que exista un momento en el que los alumnos puedan poner en común, tanto en pequeño grupo como en gran grupo, las conclusiones de ese caso. Por lo tanto, trabajar en grupo será una de las ideas clave de la implementación. Como docentes, deberemos procurar que los alumnos trabajen en grupo y que después exista siempre, al finalizar, un resumen de aquellos elementos clave, de aquellas ideas que deberían quedar a todo el grupo respecto al tratamiento de ese caso. Por último, sería la fase de evaluación. Esta fase es importante por cuanto deberíamos, en cada uno de los de los casos, derivar algún tipo de valoración, al menos un feedback, de cara a los alumno. Es importante, en la toma de decisiones de cara al docente, saber si ese caso va a ser evaluable o no. Nuestra tendencia siempre es a utilizarlo como metodología de trabajo, metodología de enseñanza-aprendizaje, y no tanto como metodología de evaluación, porque lo que nos importa más es el proceso que ha vivido el alumno y no tanto el resultado final que obtiene. Entonces, en este sentido, si tuviéramos que utilizarlo como herramienta de evaluación, deberíamos ser muy conscientes de crear algún tipo de instrumento que permita valorar, analizar, lo que sería el procedimiento o el razonamiento seguido, intentar analizar los argumentos que ha utilizado el alumno, las relaciones entre ideas, la relación entre teoría y práctica, y también si existen disonancias o, incluso, interpretaciones que ha hecho el alumno en base a la información que ha conseguido y en base a la información que ha obtenido también de los compañeros. A partir de aquí, intentar elaborar diferentes, vamos a llamarle, evidencias, pero también distintas herramientas, mediante las cuales podemos obtener cómo ha sido el proceso de aprendizaje del alumno durante la utilización del método de caso. Podríamos elaborar rúbricas, podríamos utilizar auto-informes del alumno, podríamos elaborar también observaciones, por lo tanto, hojas de observación en las que valorar si el alumno ha desarrollado esas competencias que habíamos previsto. A nivel de síntesis, ¿cuáles serían las cinco ideas claves de esta metodología? Primero, que es una metodología muy práctica, que potencia el trabajo en equipo, que intenta traer situaciones problematizadoras desde el mundo profesional al ámbito del aula y, por lo tanto, intenta situar al alumno en una situación futura a nivel profesional, que intenta despertar sobre todo lo que sería el análisis, la síntesis, el pensamiento crítico, la reflexión, la toma de decisiones. Por lo tanto, es una metodología completa, intenta movilizar distintas competencias que a lo mejor pueden no ser de una sola asignatura, sino de varias. Eso sí, requiere cierto cambio a nivel de rol, tanto del docente como también del alumno, porque le estamos pidiendo que se coloque en el centro de este proceso de enseñanza-aprendizaje. Os invito a que utilicéis esta metodología en vuestras aulas y que, por lo tanto, podáis crear casos interesantes para vuestros alumnos, y que ellos puedan derivar aprendizaje significativo a raíz de la utilización de esta metodología. Muchas gracias.