Hola, soy Pablo Arbeláez. En este video introduciremos algunas nociones básicas acerca de la inteligencia natural y artificial. La organización de este video es la siguiente. Primero nos preguntaremos ¿qué asociamos con la expresión inteligencia artificial? Luego preguntaremos ¿qué es la inteligencia en el mundo natural? Y también ¿qué es un sistema inteligente en el ámbito artificial? Después de esto mencionaremos las principales variantes de la inteligencia artificial que existen en la actualidad. Para concluir con algunos desarrollos recientes de la disciplina. La ventaja que tenemos quienes trabajamos en inteligencia artificial es que es muy fácil explicar de qué se trata nuestra disciplina, puesto que todos nos hemos familiarizado con ella gracias a la cultura popular. La inteligencia artificial es, sencillamente, la tecnología que permitirá crear la mente de los robots del futuro. Y, desde hace décadas, las películas y los libros de ciencia ficción nos han permitido reflexionar acerca de las consecuencias que tendría para los seres humanos convivir con otra especie inteligente. Pero antes de hablar de la inteligencia artificial es conveniente preguntarse qué es la inteligencia natural, aquella que nos caracteriza como seres humanos. Para esto recurrimos al trabajo de los psicólogos cognitivos. Por ejemplo, para Raymond Cattell la inteligencia humana se divide en inteligencia fluida y cristalizada. El razonamiento tiene la fluidez para direccionarse a múltiples problemas y nos permite aprender cosas nuevas. Ahora bien, la adquisición de conocimientos genera habilidades cristalizadas, aplicables y que también pueden modificarse. Por otro lado, Howard Gardner critica la idea de una inteligencia única y monolítica y propone, en su lugar, una teoría de múltiples inteligencias. De esta manera Gardner diferencia, por ejemplo, la inteligencia verbal de la matemática y de la espacial. Además, Gardner sostiene que no se nace con la inteligencia que algún día se tendrá y que, por el contrario, los factores ambientales y externos juegan un papel fundamental en su desarrollo. Hablando ya de inteligencia artificial podemos utilizar la definición de Chollet, investigador de Google, quien caracteriza la inteligencia de un sistema como una medida de su eficiencia de adquisición de habilidades en el ámbito de tareas. Y esto con respecto a antecedentes, la experiencia y la dificultad de generalización. La expresión clave acá es medida de eficiencia, puesto que implica que podemos, de alguna manera, medir, cuantificar esa adquisición de habilidades. De esta manera diremos que un sistema inteligente utiliza un conjunto de habilidades generales aprendidas para poder resolver una serie de tareas específicas. Un sistema de inteligencia artificial poseería habilidades generales semejantes a las de nosotros los seres humanos y, por lo tanto, podría resolver las mismas tareas cognitivas; por ejemplo, reconocimiento de patrones, aprendizaje, predicción, etcétera. Sin embargo, aún estamos muy lejos de la existencia de robots inteligentes. A pesar de los inmensos éxitos de la inteligencia artificial en el mundo contemporáneo, los métodos actuales son lo que llamamos una inteligencia artificial angosta, estrecha, puesto que son diseñados para resolver tareas muy específicas. Por ejemplo, la inteligencia artificial que organiza una colección de imágenes es completamente distinta a aquella que reconoce nuestra voz. El objetivo de la disciplina a mediano plazo es poder construir una inteligencia artificial generalizada que pueda, por ejemplo, interpretar de manera conjunta la información visual y del lenguaje para interactuar con otros agentes en un medio cambiante. Finalmente a más largo plazo se espera llegar a sistemas inteligentes que sean conscientes de sí mismos, tal como lo somos los seres humanos. Esto significaría genuinamente, la creación de una nueva especie inteligente distinta a la nuestra. Si bien los sistemas actuales de inteligencia artificial son estrechos y especializados, los desarrollos de la última década han permitido avances científicos inimaginables. Entre ellos, quisiera poner como ejemplo el trabajo de la empresa británica DeepMind, quienes resolvieron el año pasado el problema de plegamiento de las proteínas. Si bien todas las proteínas de nuestro cuerpo se producen por la transcripción de ciertas secuencias de nuestro A-D-N es, en realidad, la estructura tridimensional la que determina su función. La predicción de esta estructura 3D a partir de la secuencia lineal, es uno de los grandes problemas de la biología estructural y, actualmente, después de muchos años de estudiarlo, no existe ninguna solución analítica para resolverlo. Sin embargo, utilizando como ejemplo todas las proteínas con estructura 3D conocida, estos investigadores desarrollaron un método de inteligencia artificial que predice la forma de la proteína a partir de su secuencia, con una calidad comparable a la de métodos muchísimo más costosos y complejos. Ahora, DeepMind está desplegando su inteligencia artificial llamada AlphaFold para poder predecir las estructuras de todas las proteínas conocidas. Esto revolucionará, sin duda, sectores como la industria farmacéutica en un futuro muy cercano. Otro ejemplo de la misma empresa es el sistema llamado AlphaGo diseñado para jugar el juego milenario oriental de go. El go es un juego de estrategia como el ajedrez, pero la diferencia es que todas las piezas son iguales y, además, pueden moverse a cualquier posición del tablero. Esta característica hace que sea muchísimo más complejo que el ajedrez para las máquinas, puesto que es imposible utilizar técnicas de fuerza bruta que analicen todas las posibles jugadas futuras para encontrar una estrategia ganadora. La estrategia de AlphaGo es muy distinta, pues consiste en entrenar el modelo haciéndolo jugar contra sí mismo. Al comienzo las dos versiones de AlphaGo son muy malas jugadores y pierden rápidamente. Sin embargo, a medida que se entrenan, empiezan a mejorar rápidamente, llegando hasta niveles de desempeño muy superiores a las de los mejores jugadores humanos y, además, desarrollando un estilo de juego único que no tiene precedentes históricos. Estos son apenas dos entre la inmensa cantidad de ejemplos de aplicaciones de la inteligencia artificial en el mundo contemporáneo. Nuestras conclusiones son entonces las siguientes. La inteligencia es una propiedad que se desarrolla con el paso del tiempo y a través de la experiencia, del contacto con el mundo. Un sistema inteligente debe ser capaz de realizar tareas específicas, como reconocer patrones, aprender y predecir, todo esto con base en su experiencia. Tenemos tres tipos de inteligencia artificial, desde la angosta, que existe hoy en día hasta la generalizada y el objetivo último es una inteligencia artificial que sea consciente de sí misma. Finalmente, si nos preguntamos cuál es el futuro de la inteligencia artificial al día de hoy, no parece haber límites a sus capacidades. Estas técnicas están transformando nuestro mundo y es fundamental que los seres humanos aprendamos a utilizarlas adecuadamente para garantizar nuestro bienestar, el de nuestro entorno y el de nuestro planeta. Muchas gracias por su atención.