¿Qué es y qué no es un flujo de caja? En esta clase veremos cuáles son los flujos que sà deben considerarse en una evaluación financiera y sus diferencias respecto de cuando se realiza una evaluación contable. Se debe tener presente que la evaluación contable se enfoca principalmente en resultados históricos de la empresa, mientras que la evaluación financiera busca evaluar las decisiones futuras, es decir, hacer o no hacer un proyecto, comparando la situación con y sin el nodo proyecto. En esta clase estudiaremos tres diferencias entre la evaluación contable y la evaluación financiera. Diferencia uno, la fecha en que se registra la transacción. Diferencia dos, el impacto en la caja. Y diferencia tres, el tratamiento de los movimientos pasados y futuros y del capital de trabajo. Diferencia uno, la fecha en que se registra la transacción. Un flujo de caja representa la entrada o salida de dinero en una cierta fecha. Un flujo de caja no es lo mismo que un cargo o abono contable, ni es lo mismo que la utilidad que se registra en la contabilidad. Cuando se valoriza un instrumento financiero como un bono o una acción, los cupones o dividendos que ofrece deben descontarse para asà determinar correctamente su precio. En este caso, cada cupón o dividendo representa lo que se denomina un flujo de caja. En cambio, cuando se desea valorizar un activo real, como por ejemplo, un proyecto de inversión, existe una mayor ambigüedad respecto a cuáles montos se deben considerar y cuáles se deben descartar al momento de calcular su V-P-N. ¿Qué diferencias hay entre los flujos de caja en una evaluación financiera y las transacciones contables? Una de las diferencias entre los flujos de caja en una evaluación financiera y las transacciones contables, es la fecha en que se registra la transacción. Los movimientos contables se registran cuando se devengan, es decir, cuando surge el derecho u obligación de pago y no en el momento en que los ingresos o egresos se hacen efectivos. Por ejemplo, si una empresa vende un bien al momento de la venta, esta se contabiliza representando un ingreso, mientras que el flujo de caja se registra cuando se produce el pago. A continuación, te invitamos a responder la siguiente pregunta. Diferencia dos, el impacto en la caja. Una segunda diferencia es el impacto de una transacción en la caja. Muchas veces los movimientos contables no representan un ingreso-egreso de caja y, por lo tanto, no son flujos que se deban considerar en una evaluación financiera. Un ejemplo ocurre con las inversiones. Una inversión implica la compra de un activo cuya vida útil excede de un año. En la evaluación financiera, la inversión queda registrada por los flujos de caja, a medida que esto ocurra. En cambio, en una evaluación contable se distribuye el monto de la inversión en depreciaciones anuales a lo largo de su vida útil. Esta depreciación no es un flujo de caja, por lo que no se considera en una evaluación financiera. Diferencia tres. El tratamiento de los movimientos pasados y futuros y del capital de trabajo. Una diferencia entre un enfoque contable y uno financiero, es el tratamiento de los movimientos pasados. Al momento de evaluar contablemente un proyecto, muchas veces incluyen gastos ya realizados. Por otro lado, en la evaluación financiera, al calcular el valor presente de un proyecto para decidir su continuación o no, aquellos montos ya realizados o comprometidos no son relevantes para la decisión, considerándolos como costos hundidos. A continuación, te invitamos a responder la siguiente pregunta. Otra diferencia entre estos dos enfoques es el tratamiento de los eventuales movimientos futuros. Por ejemplo, para la evaluación financiera es importante incluir los costos de oportunidad, entendiendo que hay que considerar el efecto neto de los flujos del proyecto respecto de un uso alternativo de los recursos. Es decir, los flujos de caja al ser considerados en una evaluación financiera son los flujos adicionales de hacer en el proyecto, una vez rebajado los flujos que hubieran existido de no haberse realizado el proyecto. En este sentido, para decidir hacer o no un proyecto no es importante los costos medios asociados, sino los costos adicionales o marginales en que se pueda incurrir. Finalmente, en una evaluación financiera, al determinarse los flujos de caja de un proyecto, hay que considerar los eventuales desbalances en el tiempo entre ingresos y egresos de caja, los que pueden dar origen a la necesidad de disponer de un cierto capital de trabajo. Muchas veces, los proyectos se evalúan representando los flujos como montos anuales de ingresos menos egreso. Sin embargo, esta simplificación puede llevar a desconocer que si los egresos en un año ocurren antes, que sus ingresos, se requerirÃa en el intertanto de un capital de trabajo positivo para permitir la operación de la empresa durante ese tiempo. Las variaciones de capital de trabajo sà son flujos de caja relevantes en una evaluación financiera, pues sin ellos no se puede realizar el proyecto. Nos parece importante plantear que la evaluación contable tiene un enfoque principalmente histórico, que trata de registrar lo que ha ocurrido en el pasado, siendo una herramienta importante en el análisis de los resultados económicos de una organización. La evaluación financiera, por su parte, tiene un enfoque de apoyo para las decisiones futuras, es decir, hacer o no hacer un proyecto. Si hago el proyecto, ¿mejorará mi situación actual, producto de que me proveerá de un V-P-N positivo? Por eso, la evaluación financiera, en palabras simples, busca comparar la situación si se hace un proyecto versus si no se hace. Por lo tanto, lo que haya pasado antes no tiene importancia y de forma contraria, lo que dejarÃa de hacer en el futuro por haber hecho el proyecto, sà la tiene.