Nuestro modelo de liderazgo orientado al florecimiento humano está compuesto por cinco elementos, consciencia de sà y de su entorno, positividad, resiliencia, significado y compromiso. A continuación desarrollaremos el primero de ellos, el liderazgo orientado al florecimiento humano pasa por un liderazgo con altos niveles de consciencia de sà mismo y de su entorno. En este tema veremos los subelementos autoconocimiento, autogestión, y autodesarrollo, el autoconocimiento consiste en tener consciencia emocional de uno mismo, señala Daniel Goleman. ¿Por qué debemos conocernos? Porque conocernos nos ayudará a crecer personal y profesionalmente, no ayudará en la relación con otras personas, nos ayudará a enfrentarnos a nuevos retos, nos ayudará a sentirnos más a gustos con nosotros mismos. Las emociones son las que son, son adaptativas y son nuestras. Si a una emoción de damos una valoración negativa a positiva, entonces la convertimos en un sentimiento, y cuando un sentimiento se alarga en el tiempo, entonces podemos decir que nuestro estado emocional es de una determinada manera, normalmente positivo o negativo. Y ese estado emocional nos beneficia, nos hace crecer, o al revés, nos obstaculiza, nos frena, y nos empobrece. Un sentimiento es una emoción hecha consciente, el amor romántico, la amistad, el patriotismo, y la valoración es la manera en la que nos enfrentamos a lo que sucede, lo que influye nuestra manera de sentir. ¿Cómo influye? Asociándolas a un pensamiento, dándoles una valoración, imponiéndoles un significado psicológico. Lo que sentimos depende de lo que decidimos pensar, por tanto, se puede controlar en cierta medida, cómo nos sentimos mediante la gestión de nuestro pensamiento depende de nuestra decisión, a veces de una forma inconsciente. La tendencia a responder a los determinados sentimientos, da lugar a los estados de ánimo, no tienen que ver necesariamente con ningún acontecimiento, con ningún objeto que lo provoque, y por eso se describen más en términos generales, estoy deprimido, estoy alegre, irritable, son de menor intensidad y de mayor duración que los sentimientos, y tienen que ver con la experiencia de la vida. Y todo esto nos lleva a los rasgos de personalidad, alegrÃa, tristeza, miedo, cariño. En la medida en que una emoción caracteriza el comportamiento de una persona, puede pasar a constituir un rasgo de personalidad. Hemos dicho anteriormente que cultivar nuestras fortalezas nos hará más felices. Sin embargo, de acuerdo con el Instituto Gallup, solo uno de cada tres personas conoce sus fortalezas. En el material adicional del curso, daremos la liga para poder desarrollar nuestra medición de nuestro nivel de fortalezas de acuerdo con la herramienta desarrollada en el values in action institute, son fortalezas de carácter que está más presentes en las personas que alcanzan un mayor nivel de satisfacción con sus vidas. Por otra parte, adicionalmente a conocer nuestras fortalezas, es importante conocer nuestros ladrones de la felicidad, el orgullo, la vanidad, la arrogancia, el odio, la ira, el resentimiento, el rencor, la envidia, los celos, la apatÃa, la pereza, el fanatismo, la fé ciega, y otros ladrones son identificados por el Dalai Lama como los elementos más presentes que nos alejan de la felicidad. Conocer nuestras fortalezas y conocer los ladrones de nuestra felicidad, nos ayudará a ser mejores lÃderes siendo más conscientes. Ser consciente es necesario para considerarse responsable del reto del ser feliz y liderar contribuyendo a la felicidad de otros, y de esa forma abandonar el victimismo que nos hace pensar que son otros los responsables de nuestra felicidad. Pensar de esta forma implica liderar entrenándose y aprendiendo a ser un poco más felices, porque sà podemos y sà debemos aprender a ser felices. En conclusión, el objetivo para ser feliz en la vida consiste en alcanzar la coherencia entre lo que pensamos, lo que sentimos y cómo actuamos. [MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA]