Bueno, bienvenidos a la sesión sobre Geopolítica de los conocimientos de la información en la era del <i>big data</i>. Algo que quisiéramos tratar ahora es esta transición que está viviendo el mundo de las relaciones del poder en el marco de la nueva economía y el rol que juega, en este sentido, la información, el conocimiento en esta articulación. Lo que se tiene que entender, claramente, es que estamos viviendo una transición en el capitalismo, del capitalismo industrial al capitalismo cognitivo. Si es que uno hace el análisis del 1975, las 500 empresas más importantes del mundo, el valor de las 500 empresas más importantes del mundo, el 85 por ciento estaba asociado a los activos materiales. En este momento, el 85 por ciento aproximadamente, casi el mismo valor, está asociado a activos inmateriales. ¿Qué quiere decir esto? Que el valor de la economía se ha trasladado de lo material hacia lo inmaterial. Siguiendo la historia de la economía a nivel mundial, uno puede ver que existe claramente un retorno de la acumulación hacia ganancias por transferencias. Al principio del capitalismo, existía esta ganancia de transferencias a partir de la esclavitud, a partir de los recursos naturales. Vino la era industrial y, obviamente, fue a través del plusvalor, a través del trabajo, en el marco de lo material. Y otra vez estamos retornando a la transferencia por ganancias en este proceso de acumulación, que tiene que ver con lo que yo suelo denominar el "extractivismo infocognitivo". Se da algo que, en una perspectiva marxista, se podría llamar una nueva acumulación originaria. Y esta nueva acumulación originaria está relacionada con la información, está relacionado, justamente, con los datos. Esto produce esta transición que está viviendo del capitalismo industrial al capitalismo cognitivo. Esto no significa que la cantidad de trabajo esté todavía en el sector industrial, sino el valor agregado que empieza a adquirir todo lo relacionado con la innovación, con el conocimiento, con la información, con el diseño, con la cultura, en estricto sentido. Y empiezan a jugar un rol fundamental las tecnologías de la información. No es casualidad que en los últimos diez años que han pasado, las cinco primeras empresas que están en el ranking con mayor capitalización en el valor, en Bolsa de Valores, son empresas relacionadas a las tecnologías de información, en las cuales se encuentra Apple, Facebook, etcétera. Y tampoco es casualidad que, en los últimos cinco años, Uber pasó, en términos de valor, a los tradicionales que eran líderes a nivel mundial, como la Ford o como la General Motors. Esto ligado a otras formas de trabajo que, en este sentido, están vinculados a lo que se denomina nuevas formas de un cognitariado, que tiene otras formas de explotación. La explotación ya no solo pasa por el tema del trabajo, del plusvalor, sino está en la vida cotidiana. Todos los momentos, y por eso este extractivismo, que tiene que ver con la información, el conocimiento, con la propia vida a través del Internet, no solo de las comunicaciones, sino del internet de las cosas, del internet de la logística, se extrae información. Y el gran punto, que a pesar de que está descentralizada esta información, existen grandes transnacionales que son los repositorios de esta información, de estos datos que son los que pueden procesar a través de inteligencia artificial, a través de análisis de <i>big data</i>, que lo que venden es ese procesamiento que ya no es el oro, la plata, el cobre, etcétera, sino está relacionado con esos datos y por eso no fortuitamente se llama "minería de datos", <i>data mining</i>. Dentro de esta transición, una de las instituciones más importantes está relacionada con la propiedad intelectual, porque la propiedad intelectual es la normativa que permite garantizar el monopolio de las ideas, de las innovaciones, del conocimiento, de la tecnología y pasa a ser un instrumento fundamental, no solo en los acuerdos a nivel internacional, sino en los tratados de libre comercio o en los TBI´s como una de las herramientas de mantener la relación Norte-Sur en términos de dependencia, lo suelo llamar "neodependentismo", es un neodependentismo de la mente factura, ya no solo de la manufactura. Y ahí, ¿qué está pasando en la región, a nivel del Sur en América Latina y el Caribe? El gran problema que nosotros tenemos en este momento es que, mientras se vive la transición de la manufactura hacia el tema cognitivo, hacia la información, hacia los conocimientos, América Latina tiene una inmovilidad estructural. Esta inmovilidad estructural, yo le llamo el electrocardiograma de la muerte. Si es que uno ve, en los últimos 50 años, la participación primaria, secundaria, terciaria de la economía, que tiene que ver con los recursos naturales, con la industria, con los servicios, se ha mantenido completamente constante, teniendo una característica fundamental de ser sobre todo economías rentistas, que no generan ese valor agregado ligado a los conocimientos o a la información, y que, a su vez, el gran problema no solo es que es primario exportador, sino que es secundario importador de tecnología y terciario importador de conocimiento. Las universidades, en este sentido, si bien juegan un rol todavía importante dentro de lo que es la producción de ciencia, de conocimiento, sigue siendo completamente marginal. En los últimos 20 años, ha crecido la producción científica en la región, comparado con el mundo, del dos al cuatro por ciento. Deberíamos estar alrededor del diez por ciento. Y el gran problema, que a la velocidad que va el crecimiento de ese conocimiento o de esa información procesada, nosotros estamos quedando completamente rezagados, porque otros países que estaban en el mismo nivel de América Latina están creciendo a mucha mayor velocidad. Esto genera, lo que he mencionado, unas nuevas formas de dependentismo, este neodependentismo ligado a la mentefactura. Y esto tiene que ver mucho también con el tipo de universidad que se tiene. La universidad que tenemos en América Latina, siguiendo la tradición de hace siglos, es una universidad napoleónica que no ha dado ese salto cualitativo para ser una universidad que genera conocimientos. Y, como señalaba, el gran problema de esto es que existen transnacionales que son las que se apropian de esta información, la procesan y la venden. Algo que también es necesario señalar en esta relación, en esta geopolítica es lo que se denomina la biopiratería. La biopiratería tiene que ver a, mientras el Norte genera conocimiento, el Sur consume conocimiento. El Sur, en este caso, tiene los recursos naturales, pero los marcos normativos no garantizan que esa información sea reconocida dentro de la economía mundial y se dan procesos completamente de biopiratería a nivel mundial. Hay un ejemplo muy clásico, tiene que ver con la industria de alimentos o con la industria farmacéutica, que la mayoría de sus productos están relacionados con los recursos genéticos que generalmente vienen del Sur. Y, como un tema adicional, que es lo que marca también las relaciones de esta transición, es que se da una hipocresía en la movilidad humana. Si es que tú eres una persona que tiene el talento humano que reconoce el primer mundo, ligados a tener maestrías, doctorados o el conocimiento suficiente, existen robo de cerebros, mientras que otro tipo de migración es tratado realmente de una manera, prácticamente, despectiva, de una manera que solo pueden entrar clandestinamente o bajo condiciones inhumanas. El primer tema es que nosotros podemos entrar dentro del propio capitalismo sin cambiar las relaciones de poder, como lo ha hecho Corea, en términos de las mismas estructuras, o buscar una nueva función social de la ciencia. La ciencia, el conocimiento y la información que se extrae de la sociedad está ligada a un objetivo, que es la acumulación del capital. Lo que nosotros necesitamos construir, en este caso, es un cambio en la matriz cognitiva. No va a haber un cambio en la matriz productiva que te permita entrar en esa transición y dar la disputa en términos geopolíticos, si es que no existe un cambio en esa matriz cognitiva. Y eso implica una valoración de la multiplicidad de conocimientos que existen en la región, incluida obviamente la ciencia, la ciencia occidental, pero otro tipo de saberes: el saber tradicional, el saber de los pueblos originarios de los indígenas, para a través de eso producir un cambio radical en lo que implica la democracia. ¿Por qué digo este tema de la democracia? Porque aquí tenemos que atarlo al tema de, esta información que está permitiendo esta transición del capitalismo industrial al capitalismo cognitivo, también pasa a ser estructurante de los procesos democráticos a través de ese procesamiento de esa información. Se articula capitalismo con democracia. El ejemplo más claro desde que se ha vivido a través del análisis del <i>Cambridge Analytic</i> en las votaciones de Trump, en las votaciones del Brexit, en donde se puede procesar. Y a eso nos referimos justamente con ese extractivismo, la información casi individualizada para poder manipular y poder, en este caso, dar contiendas electorales que, al final de cuentas, terminan poniendo a presidentes con cierto tipo de orientaciones articulados al propio capitalismo, en este caso, de la información de esa extracción de datos. Entonces, no podemos entender la nueva geopolítica mundial sin entender esta transición del capitalismo industrial al capitalismo cognitivo y cómo se dan estas nuevas relaciones Norte-Sur y el impacto que tiene esta transición del capitalismo industrial al capitalismo cognitivo en estas democracias.