[SONIDO] [MÚSICA] [SONIDO] La dictadura mediática es un concepto que surgió en los años 70s para explicar el fenómeno de concentración monopólica de los medios de comunicación masivos en México, en América Latina, en Estados Unidos, en todo el mundo. El modelo televisivo que fue el que predominó desde finales de los años 60s, hasta bien entrado este nuevo siglo o este milenio incluso, era el gran concentrador de la información, del entretenimiento, del espectáculo, de la publicidad incluso, a nivel global. Cuando hablábamos de dictadura mediática, estamos hablando de esta hegemonía de la televisión, sobre los demás medios de comunicación. Esta hegemonía tuvo muchas expresiones a través de una cultura y un discurso de la política, que se convirtió en espectáculo. La hegemonía televisiva y la dictadura mediática convirtieron a la política y también a la participación ciudadana en una especie de show de parte de cómo uno podía entrar al mundo televisivo, siendo un líder o siendo famoso o siendo exitoso. Esos valores son los que heredamos de la dictadura mediática. ¿Cuándo se rompe esta dictadura mediática? Se rompe en la primera década del siglo XXI, justo cuando empieza una nueva tecnología llamada la web 2.0 que es la tecnología de compactación digital, que permite la interacción entre quien emite un mensaje y entre quien lo recibe, que facilita, no solamente la proliferación de blogs y de páginas de internet interactivas, sino también permite la creación de nuevas plataformas, que se convierten ya desde el 2009 a la fecha, en el mundo hegemónico de la comunicación, 2004 nace Facebook, 3 años después nace Twitter, YouTube comienza a ser la gran plataforma de videos y de contenidos, que absorbe muy buena parte de los contenidos que tenía la televisión y podemos decir que ya desde el 2009, 2010, en el mundo y en particular en Estados Unidos, después de la victoria de Barack Obama, y en México, yo creo que este fenómeno se da en el 2012, 2014, en especial después del escándalo de la Casa Blanca en el 2014 y del caso Ayotzinapa, se da el salto digital, es decir, las audiencias de las redes sociales superan con mucho a las audiencias televisivas, no solamente en número, sino en influencia. Y esta influencia es lo que llamamos o lo que yo llamo, la rebelión de las audiencias. Hay a nivel global y a nivel nacional, una rebelión de audiencias que salen a las calles como en la primavera árabe, derrocan regímenes como el de Egipto o el de Túnez, o encabezan movilizaciones inéditas como la <i>Spanish Revolution</i>, del Movimiento de los indignados en España, o el movimiento de Wall Street Ocupa en Estados Unidos, a raíz justamente, de la crisis financiera del 2008. Las audiencias toman la comunicación. Son, a final de cuentas los que empiezan a generar contenidos y a generar un punto de vista distinto al hegemónico que estaba en las pantallas televisivas, en los periódicos y en las estaciones de radio. Yo creo que, ya muy entrada la segunda década de este milenio, es decir, 2015, 2016 y en México en el 2018, prácticamente el cambio social se produce, con esta rebelión de las audiencias y esta modificación de la dictadura mediática. ¿Qué estamos viviendo ahora? Estamos ante un desafío doble. Por un lado, coexistimos como sociedad analógica y como sociedad digital, es decir, todavía una buen cantidad de ciudadanos y de investigadores y de jóvenes, viven en el mundo de la televisión y de la radio, que se convierte en su principal fuente de entretenimiento, de información o de cultura o de consumo cultural y por otro lado, estamos viendo en el mundo digital you inactivos digitales, como le llaman los investigadores que también están coexistiendo con estos, esta sociedad analógica. Pero esta tensión entre la sociedad analógica y la sociedad digital, prácticamente se está resolviendo con la convergencia de lenguajes audiovisuales, de lenguajes políticos, pero donde no hemos resuelto el asunto es, en el tema informativo. Desgraciadamente, la proliferación de emisores de mensajes en las redes sociales, en las plataformas digitales, ha multiplicado también, un fenómeno que no se esperaba que surgiera con tal celeridad. Es el fenómeno de las noticias falsas, de las <i>fake news</i> o de las medias verdades, de los rumores, de las estrategias que se volvieron desde el 2016 hasta ahora, una estrategia constante para intoxicar la información y la comunicación en las redes sociales. No necesitamos otro monopolio de la información, sino necesitamos que los ciudadanos estemos conscientes del poder que tenemos, como emisores y como receptores de los mensajes. En otras palabras, la audiencia es el mensaje y estas audiencias, ustedes, yo, todos nosotros, somos ya coresponsables de los contenidos que compartimos, que emitimos, que divulgamos. La agenda ciudadana en materia de medios de comunicación tiene que ser como la dinámica de los medios de comunicación ahora, es decir, tiene que ser una agenda interactiva, hipertextual, interactiva innovadora, que tenga esta parte de la convergencia es decir, que podamos usar las redes sociales y también los medios analógicos o la tradicional forma de comunicarse a través de la radio, de la televisión, de la prensa y hasta del cine. No hay que desperdiciar ningún espacio de comunicación sino más bien, volverlos convergentes. Hay que usar el humor, hay que ser irreverentes, pero también hay que ser sobretodo, muy transparentes, porque lo que genera esta nueva era de comunicación es que las mentiras, la postproducción o la superproducción de las cosas, se observa y se nota y genera desconfianza. Entonces, en la medida en que seamos más cercanos, que nuestro mensaje sea mucho más horizontal, de esa manera vamos a lograr, mayor interactividad y mayor empatía con los ciudadanos, no solamente de nuestro país, sino del mundo. La nueva agenda ciudadana tiene que también tener muy en cuenta, el poder que está adquiriendo el algoritmo de las grandes compañías, de la nueva era digital y ese algoritmo hay que, enfrentarlo, hay que generar también ciber disidencias. ¿Qué son las ciber disidencias? Los grupos críticos, los grupos, no solamente de hackers sino también, de activistas ciudadanos que critiquen y cuestionen la manera en que Facebook, Twitter, YouTube, Snapchat, Instagram o por supuesto el gigante de Google, nos quieren dominar a través de la evasión. Entonces, los ciudadanos tenemos que estar muy pendientes de eso. Tenemos que romper este nuevo modelo de narcisismo 2.0 y volver a un modelo de socialización 2.0. [MÚSICA]