Promoción y prevención en salud. Promover la salud y evitar la enfermedad son tareas esenciales de la salud pública, y es precisamente, lo que mencionan las personas cuando piensan en salud pública. Abordar esta tarea requiere de un marco conceptual, de métodos y acciones técnicamente fundamentadas y de eficacia y comprobada. Los contenidos de esta clase son: tema uno, el origen de la promoción de la salud, tema dos, las bases conceptuales de la promoción de la salud, la Carta de Ottawa; tema tres, las bases de la prevención de la enfermedad y el tema cuatro, los niveles preventivos clásicos. Tema uno. El origen de la promoción de la salud. Recordemos que la Organización Mundial de la salud define a la salud pública como la ciencia y el arte de prevenir enfermedades, prolongar la vida y promover la salud mediante esfuerzos organizados y opciones informadas de la sociedad, organizaciones públicas y privadas, comunidades e individuos. Los límites de los sistemas de salud fueron enunciados por primera vez en el año 1974 por el político y ministro de salud canadiense Carl Lalonde, en su análisis crítico sobre la salud de los ciudadanos canadienses. Ese hito, la Conferencia de Alma Ata, salud para todos en Rusia del año 1978 y especialmente, la Primera Conferencia Internacional sobre Promoción de la salud organizada por la Organización Mundial de la Salud en Canadá, sentaron las bases de la promoción de la salud plasmada en la Carta de Ottawa. Dicha carta definió la promoción de la salud como: el proceso de capacitar a las personas, aumentar el control sobre su salud y mejorarla. Todo esto para alcanzar un estado de completo bienestar físico, mental y social. Un individuo o un grupo, deben ser capaces de identificar y realizar aspiraciones, satisfacer necesidades y cambiar o adaptarse al entorno. La salud, entonces, se ve como un recurso para la vida cotidiana, no como el objetivo de la vida. La salud es un concepto positivo que enfatiza los recursos sociales y personales, así como las capacidades físicas. Por lo tanto, la promoción de la salud no es solo responsabilidad del sector salud, sino que va más allá de los estilos de vida saludables hacia el exterior. Tema dos. Las bases de la promoción de la salud: Carta de Ottawa. La Carta de Ottawa propone un reenfoque sobre la salud, en el cual se ve ahora como un recurso para la vida cotidiana y no ya como un objetivo de la vida. La salud es un concepto positivo que enfatiza aquellos recursos sociales y personales, así como las capacidades físicas de los individuos. Según esto, entonces, la salud comprende a la vez acciones personales, la creación de una cultura de acción comunitaria, una cultura de medio ambiente sustentable, el empoderamiento de las personas en el cuidado y defensa de la salud y la reorientación de los sistemas de salud para que actúen antes de la producción de la enfermedad. Esta nueva definición sustentó la idea de que las políticas en salud resultan más armónicas cuando se construyen en base a estos principio. Por lo tanto, la promoción de la salud no es solo es responsabilidad del sector salud, sino que va más allá de los estilos de vida saludables hacia el bienestar de las personas. La Carta de Ottawa sostiene que la promoción debe estar basada en políticas públicas saludables. La promoción va más allá de la atención de salud y debe abogar por estar en la agenda de quienes elaboran políticas en todos los sectores, a todo nivel. Entornos saludables. Toda estrategia de promoción de la salud debe buscar la protección de ambientes naturales y construidos y la conservación de los recursos naturales. La participación de personas y comunidades. En su corazón la promoción tiene el empoderamiento y la capacitación de las comunidades para que puedan controlar y ser dueñas de sus propios esfuerzos y destinos. El desarrollo de habilidades personales esenciales para capacitar a las personas para aprender a prepararse y enfrentar el peso de las enfermedades y lesiones crónicas. La reorientación del quehacer de los servicios de atención de salud, que deben orientarse hacia una promoción de la salud, más allá de su importante responsabilidad de prestar servicios clínicos y de carácter curativo. Tema tres. Las bases de la prevención de la enfermedad. La promoción es el telón de fondo para desarrollar y mantener la mejor salud posible. Sin embargo, la enfermedad emerge inevitablemente en nuestras vidas justificando la existencia de la prevención de la enfermedad, que en sentido complementario de la frase: promoción de la salud, prevención de la enfermedad. Si lo anterior no funciona, la salud pública debe diagnosticar y tratar tempranamente la enfermedad, diagnóstico y tratamiento oportuno y una vez producida la enfermedad, busca mitigar y reducir sus consecuencias. Estos niveles preventivos lo reconocemos como prevención primaria, prevención secundaria y prevención terciaria, respectivamente. Para poder identificar oportunidades de acción preventiva, debemos conocer la forma de progresión de las enfermedades, desde la condición antes de enfermar hasta la resolución de una enfermedad. Este concepto es conocido como la historia natural de la enfermedad y se define como el curso o progresión natural que tiene una enfermedad en una persona, sin mediar intervenciones ni tratamiento, desde su inicio más precoz hasta que esta se resuelve. En la etapa prepatogénica, el o los factores causantes de enfermedad interactúan con personas susceptibles de enfermar, iniciando efectos biológicos cuyas manifestaciones, síntomas o signos son silenciosos en esta etapa. En la etapa patogénica, se producen cambios fisiológicos, los que son asintomáticos para la persona hasta hacerse progresivamente sintomáticos con síntomas clásicos como el dolor, decaimiento, pérdida de apetito o de peso y con signos como fiebre, cambio en el color de la piel, la orina, el pulso, la presión arterial, entre otros cambios. Posteriormente, la enfermedad se resuelve conduciendo a la curación completa, al estado de cronicidad, hoy, portador crónico, especialmente en enfermedades infecciosas, o bien, se resuelve produciendo la muerte. Los niveles clásicos de prevención. Las distintas etapas de la enfermedad, marcan oportunidades de desplegar medidas preventivas en los niveles primarios, secundarios y terciario, cada uno, con intervenciones y objetivos distintos para cada uno, tal como muestra la imagen. En el nivel de prevención primaria, el objetivo es poner barreras entre las causas de la enfermedad y las personas, por ejemplo, mediante el uso de vacunas. En el nivel de prevención secundaria, se busca el diagnóstico temprano de la enfermedad para un inicio precoz de tratamiento, como la detección temprana de la hipertensión arterial, por ejemplo. En el nivel de prevención terciaria, el objetivo es mitigar las consecuencias de la enfermedad y evitar complicaciones. Tal como opera, por ejemplo, el control y el tratamiento permanente de la hipertensión arterial para evitar la probabilidad de sufrir accidentes cerebrovasculares secundarios a la hipertensión arterial. En síntesis, en esta sesión hemos revisado la razón de ser de la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad como tareas propias de la salud pública; los límites de lo curativo y la reflexión sobre el rol de la promoción de la salud; el origen histórico de la promoción y sus bases fundamentales a, la Carta de Ottawa; el espacio de acción de la prevención de la enfermedad y los niveles de prevención y sus objetivos específicos.