Bienvenidos a la temática "Vinculación entre instituciones". En la formación de los profesionales de salud, existe una sinergia que se genera entre las instituciones educativas y las instituciones de la salud, ya que gran parte de la formación de los médicos requiere que interactúen con la vida hospitalaria, donde, además de adquirir competencias duras, los alumnos tienen la posibilidad de desarrollar y utilizar competencias transversales. La sinergia que genera la colaboración y vinculación entre estos dos tipos de instituciones tiene características distintivas en el pregrado y en el posgrado. Sin embargo, la base es la misma. Las instituciones requieren trabajo colaborativo y una responsabilidad compartida para la adecuada guía y acompañamiento hacia los alumnos de ambas instituciones a lo largo de la formación de pre y posgrado. La sinergia y colaboración que se da entre las instituciones requiere un alto compromiso moral y ético de las autoridades de ambas instituciones, ya que los alumnos siguen perteneciendo a las instituciones educativas, aunque se encuentren en diversos campos clínicos, ya sea de ciencias clínicas de pregrado o en el posgrado en donde se encuentren realizando una especialidad médica. Existen varias circunstancias a considerar cuando el alumno de pregrado inicia su formación clínica. La principal y la que genera más problemática es el choque entre los modelos educativos de ambas instituciones. Es decir, los alumnos llegan a las instituciones hospitalarias, que se convierten en su campo clínico, con un historial educativo diferente en el que se encuentra en los hospitales. En la mayoría de las universidades, el modelo educativo es un modelo centrado en el estudiante y en el proceso a través del cual el alumno adquiere, construye y genera aprendizaje significativo. Las estrategias educativas empleadas están basadas en los nuevos modelos educativos, en donde el alumno cuestiona, reflexiona, critica y busca proactividad. Al incorporarse a las instituciones de salud, donde en la mayoría de ellas el modelo educativo empleado es un modelo basado en la repetición de conductas sin reflexionar, sin cuestionar y construido con base en un sistema altamente jerárquico, por lo que aquel estudiante que dude o cuestione alguna indicación es señalado como insolente, irrespetuoso, irresponsable. Es un choque de modelos que lo único que genera es rechazo, incomodidad, un aprendizaje poco efectivo e, inclusive, puede disparar padecimientos psiquiátricos. Es urgente aceptar, como autoridades de ambas instituciones, que las características de los alumnos que se están recibiendo en los hospitales, tanto de pregrado como de posgrado, poseen características neurocognitivas diferentes que los hace aprender de manera diferente, por lo que es necesario que ambas instituciones construyan juntos un momento de transición en el que el alumno pueda incorporarse más fácilmente a la vida hospitalaria y pueda tener un mejor desempeño, que seguramente contribuirá a la mejor atención de los pacientes. Es importante aceptar que el momento en el que podemos generar estudiantes de posgrado sanos mental y emocionalmente es cuando tenemos a los alumnos de pregrado en los campos clínicos. Una vez que los alumnos de pregrado aprenden la esencia del currículum oculto, donde la violencia y la falta de empatía dominan gran parte de la experiencia clínica, se generan alumnos que en el posgrado es altamente probable que maltraten e imiten modelos educativos, lo que genere incomodidad y un pobre aprendizaje clínico. Es decir, es fundamental que las instituciones educativas tengan plena comunicación y apertura para que se asegure tener en los estudiantes de pregrado una educación sana. Es un reto complejo para las instituciones de salud, pues es necesario romper con paradigmas retrógrados y obsoletos que ya no son viables ni factibles en la educación médica moderna. La clave y pieza fundamental para lograr lo anteriormente descrito es la capacitación docente. Si logramos capacitar, convencer y conquistar a los docentes clínicos con las nuevas tendencias en educación médica, el éxito está asegurado. La capacitación docente es el primer punto de vinculación y colaboración entre las instituciones educativas y de salud. ¿Qué se puede y debe desarrollar para mejorar la calidad de los profesionales de la salud que estamos formando? Las instituciones educativas pueden participar en el diseño de programas de capacitación docente, de acuerdo con las necesidades de cada institución de salud, para garantizar la eficiencia terminal y la conciencia en los docentes que la educación médica ha cambiado y que debe hacerse de manera diferente a como ellos la vivieron. Por otro lado, las instituciones de salud deben tener humildad y el deseo de mejorar su desempeño como formadores de profesionales de la salud, para aceptar que requieren ayuda para un programa de capacitación impartido por expertos, utilizando además los avances en la ciencia y la tecnología que la educación médica cuenta en la actualidad.