[MUSIC] Bienvenidos sean a este tercer tema de nuestro curso psicología de la salud. Abordaremos la concepción de enfermedad y muerte a lo largo del ciclo de vida. Reflexionaremos sobre las diferentes nociones de la finitud de la existencia humana, el concepto de enfermedad como una construcción social e individual. Es decir, cómo la cultura y la experiencia individual de cada persona afecta para entender la pérdida real o simbólica de su salud y de otros seres humanos. Pues bien, entremos en materia. Primero lo primero, les invito a que pensemos en lo infinito de lo finito. Y no es un trabalenguas, es simplemente la muerte. La historia y la sociología han analizado diferentes perspectivas de la relación que tenemos los seres humanos con la propia finitud. En ese sentido, encontramos definiciones básicas como que la muerte es lo opuesto a la vida, o que es el cierre de un ciclo de un organismo vivo. Sin embargo, el concepto de muerte es complejo. Cambia de cultura a cultura, de persona a persona, y de la misma persona durante cada etapa de su desarrollo de acuerdo a sus experiencias. Entonces, ahondemos primero en los aspectos culturales. En nuestra cultura occidental encontramos el concepto de muerte en dos momentos diferentes. La muerte como un fenómeno natural, designado por Dios, donde los rituales de duelo eran públicos, principalmente entre adultos, excluyendo a los niños. No había expresiones extremas de emoción. Y una segunda etapa en la historia de la cultura occidental donde los cambios son radicales. La socialización de la muerte se oculta, se transfiere del hogar familiar al hospital. Los rituales funerarios se convierten en más íntimos y casi imperceptibles. Propiamente se reconoce que este cambio es una institucionalización de la muerte. En ese sentido, podemos observar que el tratamiento social de la muerte es paralelo al de la vida. you que en el nacimiento de un nuevo ser humano también ha pasado del hogar familiar al hospital. En los aspectos individuales, es importante resaltar los siguientes hallazgos. Uno, la noción personal de la muerte afecta la visión que tenemos de la vida. Dos, esta noción cambia en cada etapa, tanto por las condiciones cognitivas del desarrollo como por las experiencias. La muerte, al ser un proceso abstracto, es difícil de entender en las edades tempranas. Un niño asume que la ausencia de un ser querido es literal. Y es común cuando dicen que murió la mascota y que está en el cielo, que él tenga ideas de cómo subir a verle. Tres, las personas primero desarrollan una concepción de la muerte ajena antes de que la propia. La noción de la propia ausencia se percibe como irreal, se marca de una manera irracional. Es decir, lo sabemos pero, como implica emociones de duelo, nos es imposible aceptar. Cuatro, las muertes no esperadas generan angustia. Es decir, la realidad contradice a la concepción esperada de muerte. Como cuando los hijos mueren primero que los padres o la muerte no deviene de un proceso de enfermedad sino es un acto errático de azar. Accidentes o actos terrorista que generan violencia y muerte. Estos planteamientos nos dan lugar a la muerte como el final de la vida. Donde se condensan aspectos individuales, físicos y psicológicos y aspectos sociales, como los rituales que acompañan a entender esta pérdida. Hoy en día los avances y la tecnologización de la medicina han aumentado la esperanza de vida, e incluso es posible acceder a una vida artificial. A mediados del siglo pasado la muerte física era sinónimo de una ausencia de la capacidad respiratoria, cardiorespiratoria. Pero con los procesos de terapia intensiva se desplazó la idea de muerte a las funciones neurológicas. Es decir, se declara la muerte cuando una persona tiene una pérdida irreversible de la capacidad y contenido de la consciencia. Aquí tenemos otro paralelismo con la vida, hay todo un debate ético de las sociedades actuales de cuándo es el inicio de la vida. ¿Es en el latir del corazón antes del nacimiento? ¿O es el alumbramiento? Incluso nombramos a la toma de conciencia como un renacimiento. Como se han podido dar cuenta, son varios elementos los que implican definir el concepto de muerte. Pero preguntémonos, ¿en qué nos ayuda entender esta complejidad para la psicología? Hace algunos momentos hablamos de conciencia. Además de estudiar la muerte y la vida desde el punto de vista psicológico. También nos ayuda a identificar los elementos de las pérdidas durante el ciclo de vida. En especial aquellos orientados a la salud, lo que llamamos enfermedad. Así como ayudar a las personas a las reacciones de dolor psíquico y a la elaboración de dichas pérdidas. Las reacciones de dolor suscitadas por una pérdida, real o simbólica, es nombrada duelo. Estas manifestaciones implican un proceso desde que se enuncia la pérdida, donde hay una conciencia al respecto, hasta que se incorpora esta pérdida a la vida. Para algunos, superar la pérdida se entiende como olvidar, pero no es un sinonimo. Son los ajustes de nuestras relaciones ante la vida esta adaptación de la que habló Freud de una elaboración de la pérdida. Las distintas tipos de pérdidas pueden ser, simbólicas, como un divorcio, una enfermedad, el desempleo. O reales, que son ligadas a la muerte. Ambas generan una reacción que implica un período de ajustes. A estos ajustes la doctora Elisabeth Kübler-Ross los identificó como etapas. Y nos proporciona un modelo de cinco etapas, negación, enojo, negociación, tristeza y aceptación. Estas etapas no son secuenciales o lineales. Sino que las personas las experimentamos de acuerdo a cada momento de la pérdida y en diferente intensidad. Este proceso de duelo esperado implica rituales y apoyo social. Es importante que la persona recupere la intensidad de su vida cotidiana. [MUSIC] ¿Y por qué considerar a la enfermedad como un proceso de duelo? Como hemos ido abordando, el tomar conciencia de la propia finitud es un rasgo humano. La pérdida de la salud en cierto grado es, en ese grado, la pérdida de la vida. Por ello, se requiere un proceso de adaptación para recuperar la intención de la vida, la idea de salud a pesar de la enfermedad. De acuerdo con la OMS, las enfermedades que causan defunción o muerte se agrupan en tres categorías. Aquellas que son transmisibles, aquellas que son crónico-degenerativas o progresivas, y las que son ocasionadas por lesiones o accidentes. En el caso de las enfermedades crónico-degenerativas, es muy importante subrayar que son la primer causa de muerte hoy en día. [MUSIC] Consideramos que este grupo de enfermedades es muy importante de entender y atender desde un punto de vista interdisciplinar. Ubicar los aspectos psicológicos puede ser clave para prevenirlas y apoyar el tratamiento. Por ello les invitamos a revisarlas en el siguiente tema. [MUSIC]