[MUSIC] Vamos a continuar con el segundo video de éste primer bloque de la segunda unidad. Bien, continuamos con el segundo video del primer bloque de la segunda unidad. Y nos habíamos quedado por la noción plural de sexo. Anne Fausto Sterling es una teórica y pensadora sobre la intersexualidad y ella lo que destaca justamente es la pluralidad que existe en el concepto de sexo, de manera que no podemos. Concebirlo solamente a partir de la percepción de los órganos genitales. Es decir, el sexo se nos asigna en función de los órganos que tenemos. Y habría que tener otros factores en cuenta. Y ella señala los siguientes, ella habla de un sexo genético, genotípico, cromosómico. Es decir, el que determina la función de los cromosomas que tenmos XX, XY, si se trata del sexo femenino masculino. O XXY que es la combinación cromosomática que puede tener una de las variantes posibles de las personas intersexuales. Anne Fausto Sterling, también habla del sexo cerebral. Que en el siglo XIX la ciencia utilizó para justificar la presupuesta superioridad de la raza blanca sobre la negra. Y que hoy en día se busca, por ejemplo, las diferencias de la orientación sexual. O incluso explicaciones posibles a la transexualidad, en la conformación del cerebro. Algo que Anne Fausto Sterling y nosotras desde aquí desde el grupo cuerpo y textualidad, también suscribimos que es totalmente discutible y de muy poco rigor científico. Respecto a la tercera acepción del sexo, se podría hablar también del sexo gonadal, de las glándulas sexuales y las hormonas, sean testículos espermatozoides, ovarios, óvulos, testosterona, estrógenos y demás o del sexo genital. Por tanto, para determinar qué sexo tiene una persona, o qué sexo se le asigna a una persona, para decirlo mejor. Habría que tener en cuenta que la noción de sexo es muy variada y que incluye distintas acepciones y por tanto no se puede asignar el sexo a una persona de una manera pues tan sólo fijándose, por ejemplo, en el sexo genital. Lo que es como se suele asignar o determinar el sexo de un individuo. ¿Qué ha sucedido por ejemplo?, y ahora a modo de anécdota. Podríamos contar los diferentes casos que han ocurrido en el mundo del deporte cuando se ha dado, como se hace hoy en día, un análisis cromosómico. Y serán ciertos cromosomas más propios del sexo masculino que del sexo femenino. Y se encuentran ambigüedades, intersexualidades que lo que ponen en cuestión, o lo que ponen en evidencia, es la dificultad de asignar un sexo de manera unilateral a una persona. Que tal vez, evidentemente los cromosomas, si no te sometes a un análisis no son perceptibles. Y por tanto esto habría que tenerlo en cuenta a la hora de considerar, o cuanto menos, a la hora de hablar de lo que es el sexo. A modo de pregunta, de reflexión y para dejarlo así como pregunta retórica, para dejarlo en el aire. Ahora podríamos realizarnos los siguientes interrogantes. ¿Cuántos sexos existen?, ¿El sistema de sexo/género se ha regido siempre por un modelo dimórfico, es decir, por un modelo donde existe el sexo masculino y el sexo femenino? Pues bien, aquí podríamos tener, una tentativa de respuesta. Es una lámina extraída del estudio que hace Thomás Laqueur, la construcción del sexo, cuerpo y género desde los griegos hasta Freud. Es una obra del año 94. Y lo que pretende demostrar aquí Tomas Laqueur es que el modelo por el que nos regimos hoy, es absolutamente histórico. En el sentido de que hasta el siglo XVII, el modelo ha sido éste. Que es un modelo único, donde el sexo que regía el modelo era el masculino, absolutamnete. En primer lugar encontramos lo que sería la representación del sexo femenino, que sería un penis interno. Aquí tendríamos la representación médica del útero. Y en este caso sería el pene externo, correspondiete al sexo masculino. Por tanto el modelo no es dimórfico, a pesar de que existiera la diferencia y de que se diferenciara entre hombres y mujeres. ¿Ésto qué plantea? Pues plantea la siguiente reflexión. Por qué si los modelos han ido variando a lo largo de la historia, no podría como proponen los activistas de las identidades trans, no podría variarse el modelo de sexualidad. El modelo del sistema de sexo/género pues a contemplar más materializaciones y más posibilidades de sexos y de géneros, sin tener que acudir, o sin la necesidad de que haya un espacio de abyección. Un espacio donde haya personas que quedan excluídas de la normativa. Bien, La deconstrucción del género. Una vez vistas ciertos aspectos de la noción de sexo y habiendo propuesto su pluralización o su comprensión más amplia de lo que suele hacerse habitualmente. Consideramos que la deconstrucción del género es interesante por que es un planteamiento que se ha ido desarrollando de manera acuciante. A raíz de la criticación que nos parece interesante tener en cuenta aquí, para el tema que estamos abordando. Quisiera empezar este apartado, con una cita de Michel Foucalt, historia de la sexualidad La voy a leer, dice lo siguiente. El análisis de la sexualidad como dispositivo político, ¿implica necesariamente la elisión del cuerpo, de lo anatómico, de lo biológico de lo funcional? Creo que a esta pregunta se puede responder negativamente. El objetivo es mostrar cómo los dispositivos de poder se articulan directamente en el cuerpo. Respecto al tema del cuerpo, you se ha hablado en la primera unidad y lo que pretendemos subrayar aquí, que se irá viendo de forma paulatina. A través de los videos que se proponen y de las guías de lecturas. Es que el cuerpo es el referente de nuestra identidad y de nuestra experiencia. Por tanto, si al cuerpo se le asigna un sexo y tiene que vivir obligatoriamente en uno de los géneros posibles, que es el género hombre. Género mujer, género masculino y género femenino, no se puede quedar en tránsito. En el cuerpo, será el lugar donde habrá que situar y donde habrá que centrar todas estas reflexiones. Y sobre todo, desde donde se opera el sistema de sexo género. Por tanto debemos precindir, pregunta Foucalt del cuerpo, de lo anatómico, de lo que consideramos biológico, no. Evidentemente que no, porque es el lugar desde donde surgen todas estas nociones de las que estamos hablando. La regulación de nuestros cuerpos es uno de los propósitos de nuestra sociedad, igual que la regulación de nuestra sexualidad. Pero, si que es cierto que habrá que deconstruir, habrá que analizar y habrá que profundizar en éste discurso que haga de lo biológico. Y muchas veces qué supuestos, y qué intereses políticos se esconden bajo la institución médica y bajo el discurso de la biología. Porque muchas veces se ha justificado las desigualdades sociales, como si provinieran de la naturaleza. Entonces esto es un discurso absolutamente cultural y naturalizador, que habrá que poner entre interrogantes también. Esta cita, no se nace mujer, una llega a serlo. Es de Simone de Beauvoir, de suobra el segundo sexo, del año 49. Y respecto a las reflexiones de ofrece Simone de Beauvoir, decimos lo siguiente. La feminidad no depende de la naturaleza biológica, sino que se adquiere culturalmente. Es decir, hay todo un bagaje y todo un recorrido que se hace en la cultura. Que lo que nos ofrece son maneras de representar nuestro rol de género, de llevarlo a cabo. Por tanto lo que dice Simone de Beauvoir, lo que está ahí criticando es la hipótesis biologicista de que no se nace mujer, sino que el sentido de esa feminidad se adquiere en la cultura. Así comienza la crítica al determinismo biológico, que justifica la inferioridad del sexo femenino. Aún así, se sigue manteniendo la dicotomía sexual. Evidentemente Simone de Beauvoir está hablando desde el feminismo, y por tanto se centra en el estudio de la feminidad. Y lo que denuncia es este determinismo biológico, esta justificación de que a través de la naturaleza se justifican las desigualdades a nivel social. Teresa de Lauretis, es una de las pensadoras que ha contribuido más fuertemente, a pesar de que no siempre se le reconoce. A contribuido a desarrollar lo que se ha llamado la teoría y el pesamiento Queer. Desde aquí hemos recogido ciertas ideas que ella desarrolla en un artículo titulado tecnologías del género, del año 89. Voy a leer y dice lo siguiente. El género, es el producto de varias tecnologías sociales, como el cine. Y de discursos institucionales, epistemologías varias y prácticas críticas, además de prácticas de la vida cotidiana. Es decir, que esta idea será desarrollada posteriormente por Judith Butler, cuando hable del género como una performance, el género como un actuación. Como un conjunto de gestos, de actos, de comportamientos que contribuyen, justamente, a fijar y a que se reproduzca cierta idea de lo que es ser mujer o lo que es ser hombre. Bien, otra de las ideas que desarrolla Teresa de Lauretis es la siguiente. El género, como la sexualidad, no es una propiedad de los cuerpos o algo que existe originariamente en los seres humanos. Sino que es el conjunto de los efectos producidos en cuerpos, comportamientos y relaciones sociales, debido al despliegue de una completa tecnología política. Vayamos por partes. En primer lugar, tecnología política es una expresión que you hemos visto utilizada por Michael Foucault. Y que se refiere a todas aquellas operaciones institucionales, sociales, personales que contribuyen a politizar el cuerpo y a marcarlo. Es decir, a desarrollar todo un dispositivo de poder. Y aquí, lo que me gustaría destacar, especialmente, es que el género, como la sexualidad no es una propiedad. Es decir, La idea de atributo del cuerpo y la idea de atributo viene ligada muy estrechamente a la idea de percepción. Y aquí podríamos recuperar lo que hemos dicho al respecto del sexo. ¿Cómo se asigna el sexo?, a través de los órganos genitales y no se tienen en cuenta, otras concepciones del sexo que también intervienen. Y que son factores para poder asignar de una manera mucho más plural o variable el sexo a una persona. Entonces, la idea de atributo tendría que cambiar, nosotros proponemos que se cambie por la idea de acción. ¿Qué es lo que hacemos con estos supuestos atributos? Si hablamos de atributos, nos estamos refiriendo a algo que no es ni educable, es no educable, y que viene determinado por la naturaleza. Sin embargo, si hablamos de acción. Estamos refiriendo a algo que puede variar, que es cambiable, y que viene determinado por la cultura. Y decimos que es acción porque depende de un discurso, que no siempre ha sido el mismo. De hecho, aquí Teresa de Lauretis señala como el cine una representación cultural. Discursos institucionales normativos que incorporamos de forma muchas veces acrítica inconscientemente. Prácticas críticas o bien prácticas de la vida cotidiana, gestos cotidianos, como el vestirse. Están contribuyendo a que nosotros representemos el género, la feminidad o la masculinidad de determinadas maneras. Según, cumpliendo las espectativas sociales o quedando al margen. Judith Butler, desarrolla la idea de performatividad, es decir, adopta dos acepciones del término performativo que provienen del ámbito teatral y del ámbito lingüístico. Desde el ámbito teatral se apunta a la performatividad como una serie de actuaciones, de comportamientos, de gestos, que incorporamos y realizamos justamente a través del cuerpo. Y desde el ámbito lingüístico, la performatividad se refiere a los actos performativos. Siempre se pone el ejemplo. Pues por ejemplo decir a alguien te lo prometo, o te lo juro. Es hacer algo en el mismo momento que se dice. En este sentido, leo la cita de Judith Butler. El género es performativo puesto que es el efecto de un régimen que regula las diferencias del género. Es decir, depende de determinada política. En dicho régimen los géneros se dividen y se jerarquizan de forma coercitiva. Las reglas sociales, tabúes, prohibiciones y amanezas punitivas, actúan a través de la repetición ritualizada de las normas. De nuevo me refiero a la diapositiva que os mostraba la cadena simbólica y las espectativas que tiene la sociedad del camino que cumpla cada uno de esos individuos. Esta repetición, constituye el escenario temporal de la construcción y la desestabilización del género. No hay sujeto que preceda y realice esta repetición de las normas. Aquí hay dos ideas a destacar. La primera, es que esta repetición permite también la diferencia. No puede existir, por lógica, dos actos absolutamente iguales. Por eso en la repetición de las normas de género se incorpora la diferencia y también la posibilidad de subvertir esas normas. you veremos qué cuerpos realizan esa subversión y se apropian justamente de la crítica extra normativa de género. Y, la segunda idea a destacar, no hay sujeto que preceda y realice esta repetición de las normas, porque el sujeto deviene. El sujero es un producto, no es previo a esta normativa. Sino que justamente lo que le interesa a la sociedad es producir sujetos generizados, que repitan la norma, lo más fiablemente o lo más exactamente posible. Y que no la suviertan. Pero hay cuerpos, sobre aquellos que quedan en el ámbito de la exclusión, que incorporan la diferencia. Y justamente lo que proponen de su activismo es apropiarse de este discurso para subvertirlo. Y aquí os proponemos. [MUSIC] El visionado del video de una canción titulada weekend. Que justamente lo que se pone en escena es esta repetición de lo que debe ser la feminidad, determinado rol de género. Siguiendo los cánones occidentales y lo que es ser una mujer. De acuerdo. [MUSIC] Os facilitaremos el link en un documento anexo. Hasta aquí la reflexión sobre el género performativo. Aquí recojo las ideas a modo you de conclusión. La efectividad de los actos performativos deriva de la existencia de un contexto previo de autoridad. Es decir, estos actos performativos estas repeticiones de género no solo están reguladas por los sujetos. Sino que hay toda una institución familiar, una institución educativa y una institución social, que repite esa normativa de género de una manera muy llamativa. you veremos después las interpelaciones, o la reflexión, mejor dicho, que se propone desde el ámbito artístico, justamente para desetabilizar esta normativa. Sigo la cita. Se debe más bien a una repetición regulada, de un enunciado. Al que historicamente se le ha otorgado la capacidad de crear la realidad, como si no hubiera posibilidad para crear otras realidades. En este sentido, la performatividad del lenguaje puede entenderse como una tecnología, como un dispositivo de poder social y político. Judith Butler cuando habla de performatividad, se está refiriendo al ámbito ligüístico y al ámbito del teatro. Y aquí en este caso Beatriz Preciado se centra en la performatividad del lenguaje. Que puede entenderse también como una tecnología del poder. Es decir, como un medio a través del cual el sistema de sexo género, se instala y se apropia, y crea determinados cuerpos. Determinadas feminidades y masculinidades que repiten incansablemente la normativa.