[MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA] Prosigamos con el análisis y centrémonos ahora en las dos caras laterales de El Féretro Dorado. En primer lugar, en la cara derecha de la capilla, ¿no? Según la vista del espectador, podemos observar como hay dos registros, aunque hay tres escenas en ellos figurada. En la mitad inferior, podemos ver una escena característica de caza en los pantanos, aunque, en este caso, es algo más pasiva, puesto que el monarca se representaba sentado en un trono plegable, mientras la reina le provee de munición. Dejando a un lado el evidente sentido arquetípico del característico esquema de dominio del caos por parte del orden, el caos serían las aves salvajes y el orden sería el monarca, hay un segundo o un tercer, incluso, nivel de significación más profundo alusivo a la regeneración y con una connotación un tanto erótica del mismo. En este caso, si nos fijamos en la acción que está llevando a cabo Tutankamón, es la acción de disparar o de alzar, en este caso, se entenderían flechas, que en egipcio podría referirse a dicha acción con el término Seti. De hecho, así se refiere de forma evidente en muchos casos en las escenas de arponeado de las tumbas nobiliares contemporáneas y aquí no está especificado en los textos que acompañan a la escena, pero no hay razón para pensar que el término utilizado sería el mismo. Pues bien, este término, Seti, es una palabra homófona que también serviría, igualmente, para referirse a algo así como eyacular o impregnar sexualmente, cuando el determinativo no es el de un brazo ejerciendo el poder, sino el de un falo eyaculando, ¿no? Si nos fijamos, el destino de las flechas, es decir, la víctima, es decir, la presa, vemos que es un compendio de aves salvajes de las marismas, de ánades y de forma genérica estos ánades, podríamos sintetizarlo, de hecho, el egipcio así lo hacía, con el vocablo Sah, ¿vale? Con el signo, el semagrama de una oca y refiriéndose aunada de un poquito, cogiendo el todo por la parte, ¿no? Para referirse a todos. Pues bien, resulta que Sah, también, es un vocablo homófono y por tanto, además de ser el término referido a ánade en general o a oca en concreto, se refiere, también, a la descendencia, es decir, a la progenie, es decir, a los hijos y por tanto, aquí estaríamos ante una escena que más allá de simplemente ver como Tutankamón lanza o caza con flechas ánades, nos estaría diciendo que Tutankámon, con la ayuda de su esposa, está creando progenie, está creando hijos y por tanto, vemos el sentido claramente regenerativo de dicha escena. Así, el hecho de que aparezca uno de los ánades you alcanzado por la flecha, no haría más que subrayar el éxito de dicha escena y precisamente por efectos de la magia simpática, este carácter performativo de la imagen, el hecho de haber alcanzado la presa significa haber alcanzado el objetivo y por tanto, significa que esta caza o en un nivel más profundo de significación, esta, este intento de procreación ha llegado a buen puerto y por tanto, se ha conseguido el objetivo. Y al tratarse de una imagen que suscitaría o provocaría mágicamente dicha acción, Tutankámon se estaría asegurando la continuidad de su linaje, por lo menos, en cuanto a la escena se refiere. En la parte superior, como decíamos, hay dos escenas y nos interesa, especialmente, la de la izquierda, pues, complementa la que acabamos de explicar de forma más que evidente, ¿no? De hecho, en las citadas tumbas nobiliarias contemporáneas, normalmente, la escena denominada de caza y pesca en las marismas incluye, por un lado, una escena de caza con bastón arrojadizo, como es la que ahora nos ocupa y por otro lado, el arponeado que sería a la que podríamos aludir en el registro inferior, aunque con cierta variación, ¿no? En este caso, vemos que esta acción que está llevando a cabo el monarca recibiría la denominación de Kema. Kema vendría a ser como lanzar, arrojar estos, se supone estos bastones de lanzamiento, con el propósito de cazar, ¿no? Entonces, el estaría Kema y, ¿qué es lo que querría cazar o alcanzar con este bastón arrojadizo? Pues, una vez más, querría alcanzar o arrojar el bastón hacia unos ánades. Ahora bien, resulta que Kema, también, es una palabra homófona que únicamente cambiándole, obviamente, o en este caso, elidiendo el segundo determinativo, el que va después del bastón de lanzamiento, resulta que significa crear y por tanto, lo que él está cazando no son ánades, sino que estaría creando niños, creando progenie. Antes eyaculaba con el claro objetivo de dar, de dar con un destino, es decir, de provocar esta regeneración, de provocar este futuro nacimiento y ahora, directamente, nos indica que él los está creando. Esta lectura, más profunda, ayuda a entender cómo es que yéndose, por muy monarca que sea, a cazar a un lugar tan peligroso y salvaje y además, tan sucio y difícil de moverse por él, como serían las marismas, pues, eso no es un impedimento para que Tutankámon vaya vestido con las mejores galas, lleve un faldellín ritual, lleve por ejemplo, a su esposa consigo, ataviada con unas finas vestiduras de seda, que esta acompañante, además, lleve en brazos, no armas, sino, nuevamente, una planta o un bouquet con el que no parece que pueda ayudar demasiado, en este caso, en una caza como tal y además, no parece que le vaya ayudar, tampoco, a sostenerse de forma equilibrada sobre este esquife de papiro, también, nos explicaría el motivo por el cual llevan estos suntuosos y elaborados tocados, tampoco parecen muy óptimos para ir a las marismas, al igual que las pelucas que molestarían más que favorecer la caza, o al igual que, como vemos conjuntamente, se asocia la escena con la inferior de caza y con la superior que no hemos comentado, de acompañamiento, ¿no? Como si estuviese abrazándola, por tanto, vemos que aquí debe haber algún nivel de significación más profundo, además, no lo hemos comentado pero en la escena del lanzamiento del bastón, también, había conseguido agarrar su objetivo. Por todo ello, y siguiendo los estudios de la doctora Valerie Angenot, podemos sostener que aquí habrían hasta seis niveles de significación distintos, un nivel literal, en el que se está llevando a cabo una actividad física, deportiva, en ocasiones se ha mencionado. Un nivel trófico, en el que se estaría procurando alimentación con las presas capturadas. Un nivel físico, en el que se estaría estimulando el Ka, esto es a tenor de textos asociados a dichas escenas. Un nivel claramente regenerativo o sexual, mediante estos rebus, estos juegos lingüísticos en los que a través de palabras homófonas parece que esté cazando pero, además, está eyaculando o está creando. Un nivel ritual, por cuanto está recreando ritos primordiales de neutralización, perdón, de ordenamiento del mundo pero, sobre todo, de, en este caso, aludiendo, por ejemplo, a lo que hacían ciertas divinidades primordiales de cazas en las marismas, pensamos, por ejemplo, en el dios Ra o en la contienda entre Horus y Seth, a la que luego volvemos a aludir. Y por último, un nivel apotropaico, como tal, de neutralización del caos a nivel genérico, ¿no? Porque el orden encarnado por el monarca está neutralizando el caos encarnado por estos elementos salvajes que serían los ánades en las marismas. [AUDIO_EN_BLANCO]