¿Qué es Agile? Y cuándo utilizarlo

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¿Qué es Agile?

Agile es un enfoque de gestión de proyectos que se centra en pasos incrementales e iterativos para completar los proyectos. Las partes incrementales de un proyecto se llevan a cabo en ciclos de desarrollo a corto plazo. El enfoque da prioridad a la entrega rápida, la adaptación al cambio y la colaboración en lugar de la gestión descendente y el seguimiento de un plan establecido.

En los procesos ágiles, la retroalimentación es constante, lo que permite a los miembros del equipo ajustarse a los retos a medida que surgen, y a las partes interesadas la oportunidad de comunicarse de forma coherente. Aunque se creó originalmente para el desarrollo de software, el enfoque ágil se utiliza ahora ampliamente en la ejecución de muchos tipos diferentes de proyectos y en la gestión de organizaciones.

Contrasta con las formas más tradicionales de gestión de proyectos. La gestión de proyectos tradicional suele progresar de forma lineal. El paso de las etapas de planificación, diseño, implementación y cierre se produce después de que se haya completado la etapa anterior. 

Entonces, ¿qué es la metodología Agile?

Técnicamente, Agile no es una metodología en sí misma, sino una forma de enfocar la realización de los proyectos. No se considera una metodología porque Agile no especifica qué herramientas y procesos deben utilizarse.

Sin embargo, Agile es el término que engloba muchos tipos de metodologías de gestión. Scrum, Kanban y Extreme Programming (XP) se consideran diferentes metodologías ágiles.

Ventajas y desventajas de Agile

Aunque Agile está incrementando en popularidad y tiene un montón de ventajas, no está exento de desafíos. A continuación podrás aprender de algunos de los beneficios y desafíos a los que se enfrentan los usuarios de Agile, según la encuesta sobre el estado de Agile en 2020 de Digital.ai [1].

¿Cuándo debes utilizar la gestión de proyectos Agile?

Los principios de Agile—adaptabilidad, iteración, entrega continua y plazos cortos, entre otros—hacen que sea un estilo de gestión de proyectos más adecuado para proyectos en curso y proyectos en los que no se conocen ciertos detalles desde el principio. Esto significa que si un proyecto no tiene limitaciones, plazos o recursos disponibles claros, es un buen candidato para un enfoque Agile.

Por ejemplo, el diseño y lanzamiento de un nuevo producto puede hacer que un equipo se enfrente a varios retos imprevistos. Contar con un enfoque Agile puede significar que el proyecto ya cuenta con la metodología para probar los productos con la frecuencia necesaria, iterar rápidamente y comunicar los cambios a las partes interesadas.

Los enfoques tradicionales de gestión de proyectos, como el de cascadas, pueden ser más fáciles de planificar y el progreso más fácil de medir. Esto puede hacer que los proyectos que tienen limitaciones claramente delimitadas (como un presupuesto o un calendario estrictos) o los proyectos en los que se espera que los equipos trabajen independientemente de las partes interesadas sean más adecuados para los enfoques tradicionales.

Sectores que utilizan métodos Agile

Agile surgió de la mente de un grupo de gestores de proyectos de desarrollo de software. Desde entonces, ha seguido siendo popular en el desarrollo de software, pero también se ha expandido a muchas otras industrias. Entre ellos se encuentran las finanzas, la informática, los negocios, la moda, la biotecnología e incluso la construcción, entre muchos otros.

Utilizar tanto los métodos Agile como los de cascada

No todos los proyectos encajan perfectamente en una u otra categoría. Para los proyectos que pueden beneficiarse de elementos de un enfoque tradicional y de un enfoque iterativo, puede tener sentido un enfoque híbrido de Agile y cascadas. Esto podría significar, por ejemplo, que la planificación y el diseño se realizan en cascada, pero el desarrollo se lleva a cabo en ciclos de desarrollo cortos, al estilo Agile.

Metodologías y marcos Agile

Existen varias metodologías y marcos Agile, cada uno con sus propios pros y contras. Algunos son híbridos de múltiples metodologías. Scrum es, con diferencia, la metodología Agile más utilizada; Digital.ai encontró que el 58 por ciento de los que adoptan Agile utilizan Scrum, y la siguiente metodología más utilizada es ScrumBan, con un 10 por ciento [2].

Las metodologías Agile más populares son las siguientes:

• Scrum

• Kanban

• Lean

• Crystal

• Programación extrema (XP)

• Desarrollo orientado a las características (FDD)

• Diseño orientado al dominio (DDD)

• Método de Desarrollo de Sistemas Dinámicos (DSDM)

• ScrumBan

• Ágil-Caída/Híbrido Ágil

• Scrum XP Híbrido

Métodos de escalado

Los métodos de escalamiento Agile se utilizan para implementar las prácticas Agile en varios equipos o en organizaciones enteras. Existen varios métodos de escalamiento, entre ellos los siguientes:

• Scaled Agile Framework (SAFe)

• Scrum de Scrums

• Entrega Agile Disciplinada (DAD)

• Scrum a Gran Escala (LSS o LeSS)

• Scrum empresarial

• Gestión Lean

• Gestión Agile de la Cartera (APM)

• Nexus

Valores y principios ágiles

La gestión Agile de proyectos se estableció sobre cuatro valores y doce principios. Estos valores y principios tienen su origen en el Agile Manifesto, creado en 2001 por 17 directores de desarrollo de software [3]. Gran parte de la filosofía que sustenta el Agile Manifesto surgió como reacción a lo que la gente percibía como los embotellamientos de los procesos de desarrollo de software en ese momento.

Valores ágiles

Los individuos y las interacciones por encima de los procesos y las herramientas: Aunque las herramientas y los procesos son importantes, el Agile Manifesto da prioridad a las personas detrás de ellos. Contar con las personas adecuadas y capacitarlas para que interactúen sin problemas entre sí puede conducir a éxitos que las herramientas por sí solas no podrán conseguir.

El software de trabajo por encima de la documentación exhaustiva: Los creadores de Agile creían que era más importante hacer las cosas que empantanarse en las fases de planificación y documentación.

La colaboración con el cliente por encima de la negociación del contrato: En lugar de aislar a las partes interesadas del proyecto, Agile pretende mantener el contacto con ellas durante todo el proceso de creación.

Responder al cambio en lugar de seguir un plan: Seguir un plan que ya no tiene sentido puede ser contraproducente. La adaptación es fundamental en la filosofía Agile.

Los doce principios definen la entrega temprana y frecuente, la simplicidad, la retroalimentación constante, la colaboración de las partes interesadas y el apoyo individual, entre otros principios, como los pilares de la gestión de proyectos Agile [4].

Certificaciones Agile

Verifica tu conocimiento de Agile en su conjunto, o en metodologías ágiles específicas, con las certificaciones en gestión de proyectos Agile. Piensa en las habilidades que probablemente utilizarás en tu trabajo y en tu carrera antes de decidir qué certificación obtener.

Las certificaciones Agile más comunes son las siguientes:

• PMI-Agile Certified Practitioner (PMI-ACP)

• Profesional Certificado ICAgile (ICP)

• Fundación AgilePM (APMG)

También puedes considerar una certificación en un marco específico. Scrum es el método Agile más utilizado, por lo que una certificación de Scrum podría ser un buen punto de partida. Estos incluyen:

• Scrum Master Certificado (CSM)

• Scrum Master Profesional (PSM)

• Propietario de Productos Certificado de Scrum (CSPO)

Comenzando con Agile

La incorporación de Agile en tu trabajo comienza con el conocimiento de los fundamentos. Hay varios cursos en Coursera para ayudarte a empezar.

• Si eres un gerente de producto, considera la Especialización en Desarrollo Agile

• Si estás interesado en liderar equipos, echa un vistazo a la Especialización en Liderazgo Agile

• ¿Interesado en el desarrollo de software? Considera el curso de Procesos de Software y Prácticas Agile